El boom del vermut

Tradición. Tres expertos analizan por qué esta bebida tan nuestra ha vuelto a recuperar protagonismo

24 febrero 2020 06:50 | Actualizado a 27 febrero 2020 10:04
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Base de vino blanco, alcohol, agua y una mezcla de botánicos única. Así nace el vermut, una de las bebidas ancestrales con más personalidad, autenticidad y ‘muy nuestra’. Un licor con raíces que nos evoca al relajado momento del aperitivo, nos hace viajar a la infancia y que forma parte de nuestro ADN: «la zona de Tarragona es la cuna del vermut de la Península, ya que fueron los primeros vermuts que se elaboraron y la zona de entrada desde Italia a finales del siglo XIX», explica Jordi Vizcarro, empresario y barman.

Pero, ¿qué ha sucedido para que en los últimos años haya aumentado de forma tan explosiva el interés por esta bebida, haciendo crecer su oferta y creando tendencia entre los más jóvenes? Jordi Domènech, enólogo que ha colaborado con empresas del sector del vermut, explica que «es un fenómeno por el que llegaron a consultarnos periodistas de EE.UU para conocer este cambio de cifras tan espectaculares». Tras realizar estudios pertinentes, llegaron a la conclusión de que el principal factor «ha sido el cambio de hábitos del fin de semana de la franja potencialmente consumidora: personas entre 18 y 45 años, que antes invertían mucho tiempo en ocio nocturno, ahora, con los controles de alcoholemia, los precios de las copas y entradas a las discotecas y el fomento de actividades saludables al aire libre, ha pasado a disfrutar de un ocio de mañanas».

Vizcarro y Domènech coinciden en esa idea, además de que ambos creen que el vermut «se suele asociar a un momento agradable y por tanto inconscientemente, de placer y de distensión con el que disfrutar de amigos y familia». Vizcarro sostiene que además tiene que ver con la recuperación de las tradiciones y por una cuestión generacional «tenemos un poco más de poder adquisitivo y, sobre todo, más paladar. Hemos aprendido a disfrutar de las cosas buenas. Antes pedías un vermut en cualquier bar y nadie se fijaba en cuál era: ahora la gente quiere aprender cosas sobre el vermut, las variedades,...».

«Personas que antes invertían mucho tiempo en ocio nocturno, han pasado a disfrutar de  un ocio de mañanas», Jordi Domènech, enólogo

Para el empresario Joan Tàpies, el vermut nunca ha pasado de moda. El propietario del Museu del Vermut de Reus colecciona y estudia todo lo relacionado con esta bebida desde 1982 porque es una bebida que siempre ha estado entre nosotros: «aunque entre 2013 y 2014 hubo un despunte. La gente joven lo ha visto como algo vintage, que sólo lo tomaban gente más mayor y ellos lo han vuelto a poner en la palestra».

Actividades a la carta

La mejor manera de conocer un producto es degustándolo y las bodegas lo saben. Es por ello que a lo largo de estos años han ampliado las experiencias en sus espacios. «En Vermuts Padró las actividades con más éxito son las visitas guiadas donde se explica qué es, cómo se elabora, qué ingredientes lleva,... la gente lo puede oler, ver y tocar. Al finalizar realizamos catas de vermut», explica Jordi Vizcarro, brand ambassador de Padró. «En breve también empezaremos con los maridajes, ya que el vermut es un producto muy gastronómico, que tiene cuerpo y potencia en boca y que liga muy bien con determinados platos», destaca.

«Las visitas guiadas de grupos, donde explicamos la historia del Museu, que recoge la colección de vermut más importante del mundo y cómo se elabora son las actividades que más salidas tienen», sostiene Tàpies. «Además de esto, realizamos catas con vermuts extranjeros, otros del resto del Estado,... todo ello para que la gente aprenda a diferenciar sabores, aromas,...».

«Históricamente el vermut es ese ratito que iba entre la salida de la misa de las 12 h y justo antes de comer», Jordi Vizcarro, Empresario y barman

Y el favorito es...

Los tres expertos destacan que, aunque aún no existe las denominaciones de origen dentro del mundo del vermut, el elemento especial y diferencial de los que se elaboran en la provincia es un punto más dulce, con toques de canela significativos, y que «se hace de forma artesanal, macerado con hierbas no con jarabes y lo elaboran bodegas pequeñas que se pueden entretener a mimarlo mucho más,.. además, trabajamos con fórmulas muy antiguas», afirma Tàpies.

Aunque siempre se ha ligado a la hora del aperitivo porque, como cuenta Vizcarro, «históricamente el vermut es ese ratito que iba entre la salida de hora de la misa de las 12h y justo antes de comer y, porque al tener notas amargantes, hacen que salives más y provoca que se te abra el apetito», los tres defienden que resulta una bebida ideal para cualquier momento del día. «Un buen vermut, como una copa desenfadada después de cenar o saliendo de fiesta, es una opción fantástica», apunta Tàpies. «Por supuesto en el aperitivo, pero también en la sobremesa, en el momento afterwork o antes de cenar. Incluso puede ser un buen acompañante de las noches de verano en el chiringuito», apuntilla Domènech.

«El vermut nunca ha pasado de moda», Joan Tàpies, Propietario del Museu del Vermut de Reus

Al preguntarles por su vermut favorito, Vizcarro destaca los reserva «por las notas de envejecimiento y las notas terciarias y oxidativas, son mucho más atractivas y dan mucha más complejidad al vermut. También me atraen mucho los grandes vermuts italianos, que tienen unas notas amargas mucho más potentes, que hace que sean unos vermuts muy largos, muy expresivos,... muy diferentes a lo que estamos acostumbrados a tomar aquí».

El favorito de Tàpies es, lógicamente, el Cori, aunque reconoce que le gustan muchísimo los sabores de los vermuts que se elaboran en Reus.

Para Domènech, su preferido «es aquel que viene acompañado de buenos amigos y grandes momentos porque me encanta el componente social. Pero siempre vermut de Reus».

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