El confinamiento desata sueños raros y pesadillas

El temor y el estrés por el coronavirus nos lleva a soñar cosas malas, como que enfermamos o nos quitan la vida, y a ‘cumplir’ deseos, como reencontrarnos con seres queridos

06 mayo 2020 18:30 | Actualizado a 07 mayo 2020 22:09
Se lee en minutos
Participa:
Para guardar el artículo tienes que navegar logueado/a. Puedes iniciar sesión en este enlace.
Comparte en:

«Un grupo de sicarios me perseguía por un edificio medio en ruinas y, por más que yo corría, al final me dispararon. Me desperté sofocado». Irse a la cama durante el confinamiento es, para muchos, como ir al cine a ver una película de ciencia ficción o de terror. Lógico. Nos pasamos el día deambulando por calles semivacías y sorteando a convecinos con mascarilla como si de zombies se tratara. El paisaje es apocalíptico. Y claro, llega la noche y la mente nos sumerge en mundos estrambóticos de tinieblas, temores y anhelos.

«La situación excepcional en la que estamos nos afecta, nos demos cuenta o no, y se puede expresar en forma de malestar, inquietudes, miedos, angustias y frustraciones. Y esta afectación se puede manifestar a través de sueños que hacen posibles nuestros deseos, como reencontrarnos con seres queridos sin límite de movilidad; o en forma de pesadillas en las que, oníricamente, podemos enfermar o incluso perder la vida», explica Jaume Descarrega, psicólogo clínico, psicoanalista y miembro de la junta de gobierno del Col·legi Oficial de Psicologia de Catalunya.

La búsqueda del término «sueños raros» en internet se ha disparado durante la cuarentena, según Google Trends -herramienta que analiza los datos que rastreamos en la web-. «La otra noche soñé que volvía al instituto. Tenía un examen de inglés y no me lo había preparado. Lo pasé realmente mal», explica un casi cuarentón, que amaneció otro día después de que «unos tipos desconocidos le arrojaran a un río». No de forma literal, sino es su cabeza.

Parece evidente que la incertidumbre, la preocupación y el estrés que nos genera el coronavirus nos perturba. Sigmund Freud, padre del psicoanálisis, sostenía que los sueños son proyecciones que emergen desde el inconsciente hasta el consciente, mostrando, entre otras cosas, deseos insatisfechos de la vida diurna. Una teoría que encaja en esta cuarentena que nos está privando de derechos y libertades tan básicos como salir a la calle con normalidad o abrazar a nuestros familiares y amigos.

«El sueño vela y revela a la vez. Por un lado esconde su significado disfrazándolo de formas muy extrañas, alejándolo de nuestra comprensión, pero, al mismo tiempo, si somos capaces de ‘descifrarlo’ nos muestra cuál es su sentido, desvelándonos su significado», afirma Descarrega.

Sin embargo, no existe un diccionario que nos permita traducir a ciencia cierta lo que representan. «Para poder interpretar los sueños debemos recurrir a las asociaciones que pueda hacer la personas que los ha tenido, ya que para cada uno tienen una simbolización propia. No hay recetarios preestablecidos, se trata de una interpretación individualizada, caso por caso», apunta Descarrega.

¿Por qué ahora nos parece que soñamos más que nunca? En realidad siempre soñamos, pero no siempre lo recordamos cuando nos despertamos. «Existen distintas teorías. Algunas apuntan que el hecho de que no se conserven en la memoria representa su escaso valor anímico. Freud, en cambio, plantea que todas las desfiguraciones que se dan en los sueños, tanto la extravagancia y absurdidad de su contenido como olvidarlos, son producto de la censura psíquica», sostiene Descarrega. También hay un razonamiento neurofisiológico que señala que «es en la fase del sueño REM cuando se produce nuestro ciclo de sueño más profundo y eso hace que podamos recordar aquellos sueños que se dan en este periodo».

Comentarios
Multimedia Diari