El coronavirus pospone el inicio de la temporada de cruceros en Tarragona

Las navieras están replanteando unas rutas que ya habían empezado a vender de cara al verano. Costa Cruceros y Royal Caribbean han suspendido escalas previstas en el puerto tarraconense

30 marzo 2020 07:20 | Actualizado a 30 marzo 2020 08:52
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El de los cruceros, uno de los sectores turísticos con mayor crecimiento en los últimos años, se enfrenta a aguas turbulentas en los próximos meses. Mares y océanos se están quedando sin estos grandes barcos y las navieras están reaccionando rápido y adaptando sus planes, en función de cómo se propaga el Covid-19 en los diferentes puntos del planeta. El Port de Tarragona también se verá afectado por esta situación de incertidumbre. De momento, el arranque de la temporada tendrá que posponerse y algunas de las principales industrias del sector, como Costa Cruceros y Royal Caribbean, han tomado decisiones que ya suponen las primeras cancelaciones.

El presidente del Port de Tarragona, Josep Maria Cruset, explica que «las compañías se están replanteando rutas, en función de la situación en la que se encuentran los puertos del Mediterráneo y así nos lo han manifestado tanto los port agents como las empresas». Inicialmente la suspensión de operaciones en Italia hizo que estas navieras reprogramasen los itinerarios de los barcos y planteasen cambiarlos por puertos en la península Ibérica, Baleares y Francia. Aunque este plan se vio frustrado cuando, el viernes 13 de marzo, el Gobierno español también decidió cerrar los puertos a estos buques. Esto afectaba también a los barcos de pasaje que operan líneas regulares desde Italia. En un primer momento esta limitación era hasta el 26 de marzo, aunque, con la prolongación del estado de alarma, esta situación de excepcionalidad también sigue vigente.

De momento cuatro barcos

La temporada en el Port de Tarragona arrancó el pasado 5 de marzo. El Marella Dream atracó a las siete de la mañana, con más de 1.500 personas de pasaje. Fue la primera vez en que se ponía de nuevo en funcionamiento el operativo de cruceros este años. La llegada de este buque, del operador TUI UK Ltd, debía ser el aperitivo a la espera del comienzo definitivo, previsto para el próximo siete de abril. De momento, tanto el Berlin, como el Europa 2 y un Costa Fortuna no podrán atracar en Tarragona. Son los tres buques previstos en el calendario hasta el sábado 11 de abril (fecha en la que, hasta el momento se prolongará el estado de alarma). A la espera que de este siga en vigor algunas semanas, o de que el Gobierno no levante todas las medidas de golpe, hay un cuarto barco que estaba previsto que atracara en el enclave tarraconense y que no va a hacerlo. Es el Rhapsody of the Seas, el barco con el que Royal Caribbean se estrenaba en Tarragona y que no atracará el día 2 de mayo, tal y como estaba previsto. La segunda compañía de este sector más importante del mundo ha adoptado severas medidas para evitar la propagación del Covid-19. Ahora mismo tiene todos sus barcos en puerto. Así lo decidió el pasado 14 de marzo, cuando hizo un comunicado a través de su página web, en el que informaba de que todas las operaciones quedaban suspendidas hasta el 11 de mayo. La medida se adoptó 24 horas después de que la empresa ya había decidido suspender todos los viajes de salida de los puertos de Estados Unidos.

No se descarta que en las próximas semanas pueda haber nuevas cancelaciones

Royal Caribbean prevé reanudar sus operaciones a partir del 12 de mayo, a excepción de aquellos viajes con salida desde los puertos canadienses –que permanecerán cerrados hasta el 1 de julio– y el enclave de Singapur, que hasta mayo no recuperará su actividad. No obstante, esta compañía mantiene los otros cuatro itinerarios con escala en Tarragona hasta noviembre de 2020.

Costa Cruceros también cierra

No es la única gran naviera que opera en el enclave tarraconense que ha adoptado una decisión de estas características. Costa Cruceros decidió el pasado lunes que, por primera vez en setenta años, suspendía la actividad de todos los barcos de la compañía hasta finales de abril. Esto afecta a uno de los diecinueve servicios previstos para este verano. En concreto, al Costa Fortuna del 11 de abril, un buque con capacidad para más de 3.400 personas.

El presidente del Port reconocía que «es posible que se produzcan nuevas cancelaciones en la medida que nos acerquemos a las fechas de las escalas». Las empresas informan a los clientes afectados por la cancelación de las reservas mientras ya están promocionando créditos del hasta el 125%, de cara a un futuro crucero, hasta finales de año. Con promociones como esta, el sector busca intentar salvar una temporada que ahora mismo tiene muchos interrogantes. Y es que, a la necesidad de modificar rutas, en función de los focos de contagio del virus, las empresas deberán luchar contra algunas imágenes que hemos visto en las últimas semanas. Es el caso de los barcos que no podían atracar en ningún puerto del oeste del Mediterráneo, porque estaban cerrados, o de pasajes «secuestrados» en el interior del barco, y que no podían bajar porque se había dado el caso de algún contagiado. No obstante, uno de los factores que juega a favor del enclave tarraconense es que el grueso de las escalas arranca a principios de mayo y se concentra en los meses de julio a septiembre.

Más de 100.000 cruceristas

Esta nueva temporada de cruceros se presentó desde el Port de Tarragona como la de «transitoriedad». Las previsiones eran ligeramente inferiores a las del año pasado, con la pérdida de diecisiete escalas y una reducción en la cifra de pasajeros de 127.495 en 2019 a 102.000 este ejercicio. Uno de los factores que explican este descenso es la pérdida de los servicios semanales regulares de Costa Cruceros. Asimismo, el inicio de las obras del nuevo Moll de Baleares se prevé que en cierto modo afecten a algunas operativas. No obstante, esto se veía compensado por la apuesta de Royal Caribbean, una empresa insignia en el sector, que supone la posibilidad de entrar a jugar a la Champions.

Finalmente, a las cancelaciones por parte de las navieras hay que sumarle un segundo factor que acabará afectando la actividad. Y es que, en un primer momento se decidió que las obras de construcción de la nueva terminal bajarían su intensidad pero se mantendrían. Ahora, cuando las restricciones se han acentuado, también habrá que suspenderlas.

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