El día que la República se quedó aún más sola

Una exposición en Barcelona recuerda la despedida de las Brigadas Internacionales. Incluye imágenes de L’Espluga de Francolí

30 octubre 2018 16:11 | Actualizado a 30 octubre 2018 16:21
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«Con su ausencia, en efecto, queda patente algo que ya nadie puede poner en duda. España lucha sola, completamente sola, contra la invasión extranjera: contra los sediciosos, desnaturalizados por su propia conducta, y las tropas que, cobardemente y subrepticiamente, han introducido en España dos grandes naciones tan poderosas como envilecidas por sus dictadores». Así reflejaba el poeta Antonio Machado la marcha de las Brigadas Internacionales en un artículo publicado en ‘La Vanguardia’ el 29 de octubre de 1938. Un día antes, 300.000 personas se habían lanzado a la calle para despedir a los soldados voluntarios que se habían unido a la República para luchar contra Franco y sus secuaces: las tropas de la Alemania de Hitler y la Italia de Mussolini.

Aquel 28 de octubre de 1938, el Gobierno encabezado por Juan Negrín cumplía finalmente el acuerdo internacional de no intervención por el cual ningún país extranjero podía tener soldados que combatieran en la Guerra Civil. La República hizo caso pero Hitler y Mussolini siguieron enviando soldados y dinero a Franco. Su ayuda fue fundamental para que ganase la guerra.

Dos exposiciones reflejan ahora la vicisitudes de las Brigadas Internacionales. El Museu de las Terres de l’Ebre, en Amposta, saca a la luz textos y fotografías bajo el título «El Ebre. Último escenario de las Brigadas Internacionales». En efecto, la Batalla del Ebre fue el último combate en que participaron los soldados extranjeros republicanos antes de ser repatriados. La muestra, que fue inaugurada el pasado jueves, 25 de octubre, puede visitarse hasta el 25 de noviembre.

La segunda exposición le queda una semana. Se clausura el próximo domingo, 4 de noviembre. Se trata de «El adiós a las Brigadas Internacionales». Se ubica en el Palau Robert, en Barcelona. Su horario es de lunes a sábado de 9 a 20 horas y domingos y festivos, de 9 a 14.30 h. El Palau Robert está en Passeig de Gràcia, 107, casi esquina con la Diagonal.

La muestra de Barcelona recoge algunas de las fotografías que el corresponsal del ‘The Daily Telegrah’, Henry Buckley, captó de los actos de despedida de las Brigadas Internacionales. Entre ellas, se exponen tres que tomó en L’Espluga de Francolí.

Aunque el acto ‘oficial’ de despedida tuvo lugar en Barcelona el viernes 28 de octubre, tres días antes, el martes 25, el ejército del Ebre rindió un homenaje en L’Espluga de Francolí a los que habían sido sus compañeros de armas. Tuvo lugar en el patio del actual Hotel Villa de Engracia, aunque las crónicas periodísticas aseguraron que se había celebrado «en las cercanías de Barcelona». 

El homenaje en la localidad de la Conca de Barberà no se publicitó por temor a un ataque de la aviación franquista sobre los concentrados. El mismo temor existía en Barcelona. Para evitarlo patrullas aéreas republicanas sobrevolaron el multitudinario desfile que tuvo lugar en la Diagonal, entonces Avenida 14 d’Abril.

A L’Espluga acudieron Negrín, el general Vicente Rojo (jefe del Estado Mayor del ejército) y el coronel Enrique Líster (comandante del V Cuerpo de Ejército durante la Batalla del Ebre). El Hotel Villa Engracia había sido convertido en hospital militar.

Subido en una tarima (ver la foto superior izquierda), Negrín se dirigió a los voluntarios internacionales: «Vosotros habéis contribuido enormemente al hecho de que el pueblo español no se sintiese abandonado, porque os veía a vosotros, auténticos representantes de vuestros pueblos, acudir en defensa de nuestra causa y facilitar con vuestra colaboración las grandes tareas de organización que han cristalizado en un magnífico y potente ejército, ahora ya auténticamente español, que avanza con paso firme y seguro hacia la victoria».

El legado fotográfico de Buckley se conserva en perfecto estado en el Arxiu Comarcal de l’Alt Penedès, en Vilafranca, y allí puede ser consultado. El fotógrafo, nacido en Urms, cerca de Manchester (Reino Unido) en 1904, falleció en Sitges en 1972. Sus hijos cedieron 200 imágenes inéditas de la Guerra Civil al Arxiu. Las habían hallado en la casa familiar de Sitges. En el verano de 1938, Buckely solía visitar Sitges, junto a colegas de profesión. Allí conoció a Maria Planas i Izábal. Se casaron aquel mismo año.

Buckley había sido destinado a España una década antes. Informó a sus lectores del final de la dictadura de Primo de Rivera, la proclamación de la II República, la Guerra Civil, con la Batalla del Ebre de la cual captó unas espectaculares instantáneas, la derrota, la huida, los campos de refugiados de Argelers y Sant Cebriá... 

El fotoperiodista británico cubrió también la II Guerra Mundial. Estuvo en el desembarco aliado en Anzio (Italia), donde fue herido por la explosión de un obús alemán. Tras la contienda fue destinado a Madrid como director de la agencia Reuters hasta que se jubiló. Pasó los últimos seis años de su vida en Sitges.

Buckley fue uno de los múltiples testigos de la marcha de las Brigadas Internacionales. En total llegaron a España 35.000 voluntarios republicanos. Sólo los que procedían de países con gobiernos democráticos pudieron volver a casa. Muchos alemanes, polacos, yugoslavos, italianos... prefirieron integrarse en el ejército español. Se jugaban la vida si volvían.

Mientras tanto la República se encaminaba a la derrota. Eso sí, con orgullo. «Nuestros peores enemigos han entrado todos por las puertas de la traición. Frente a ellos se yergue solitaria la hombría española, envuelta en los férreos harapos de nuestro Don Quijote, pero bañada en luz, toda vibrante de energía moral», escribió Antonio Machado.

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