El día que una genetista se ‘coló’ en la clase

Educación. ¿Qué tiene que ver la genética con el enanismo de Tyron Lannister (Juego de Tronos)?... Es de esas cosas que se pueden saber cuando una experta viene al aula

24 abril 2021 16:50 | Actualizado a 07 mayo 2021 13:02
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«Imagina que eres asesor/a genético del Servei de Genètica de l’Hospital Vall d’Hebrón y vienen a la consulta Aina y Martí, una pareja de 31 y 30 años, respectivamente. El motivo por el cual acuden es que se están planteando tener hijos pero están preocupados por sus antecedentes familiares...». En el caso de ambos tienen familiares que han tenido anemia falciforme, un tipo de anemia crónica y grave de origen genético.

A cualquiera que no esté versado en el asunto no se le ocurriría ni por dónde comenzar a plantearse la situación que propone el ejercicio. Y sin embargo allí están, son un grupo de alumnos de primero y segundo de bachillerato de Lestonnac, y están argumentando con propiedad lo que dirían a la hipotética pareja de la consulta.

Pero atención, que para llegar a este punto se han pasado toda la mañana repasando las leyes de la genética y aprendiendo sobre los compuestos de la sangre de la mano de Mar Costa Roger, doctoranda del grupo de genética de la Universitat Pompeu Fabra. La joven investigadora ha estado hablando con ellos en sus mismos términos: «Sabéis ese reto de Tik Tok...?» les pregunta, pero sus explicaciones no pierden en ningún momento el rigor ni la profundidad. Todos los chicos están atentísimos.

Enseñar e inspirar

La experiencia es parte del programa educativo Amgen TransferCiència, impulsado por la biotecnológica Amgen y la Fundació Catalana per a la Recerca i la Innovació (FCRI) que este año en su segunda edición llegará a unos 400 alumnos de Catalunya de secundaria y bachillerato. En el caso de la demarcación Tarragona participan Lestonnac y el Institut Vidal i Barraquer.

El programa, explican los organizadores, persigue un doble objetivo: enseñar e inspirar, especialmente a las edades en las que los jóvenes están decidiendo qué estudiarán en el futuro. Se procura, además, que haya referentes femeninos, por lo que de los 26 investigadores que participan el 73% son mujeres.

¿Discriminación genética?

Los jóvenes que participaron en la experiencia descubrieron, por ejemplo, cómo era el árbol genealógico de la Casa Lannister (Juego de Tronos) y por qué Tyrion Lannister sufre enanismo.

También tuvieron oportunidad de procesar muestras con un cromatógrafo (un instrumento analítico que mide el contenido de los diversos componentes de una muestra) cuyas instrucciones, para más señas, venían en inglés.

Aunque no solo de tubos de ensayo iba la cosa. Asistimos a un debate ético de lo más intenso en el que los adolescentes tenían, una vez más, que tomar decisiones y solucionar casos hipotéticos.

No eran, ni mucho menos, cuestiones fáciles. Se les proponía, por ejemplo, el caso de aseguradoras en EEUU que hacen pruebas a sus futuros clientes de origen africano para descartar que tengan el gen de la talasemia (un trastorno sanguíneo hereditario). La mayoría estaba de acuerdo en que nadie debería de ser discriminado por sus genes, pero un chico defendía que las aseguradoras «son un negocio, hay que tenerlo claro».

La profesora de biología del grupo, Txell Navarrete Gatell, que les acompañó en todo momento, comentaba que una de las ventajas de poder a conocer a investigadores de primera mano es que les permiten ver nuevos perfiles a los que podrían dedicarse.

Y un poco de ‘spoiler’: Analizando los datos resultó que los dos miembros de la pareja del principio eran portadores del gen de la anemia falciforme, así que sí, tenían posibilidades de tener un hijo con la enfermedad.

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