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«Hace un par de años que ya no vamos a la playa del Miracle. En un kilómetro de paseo no hay ni un solo aparcamiento de moto. Solo podemos dejarla debajo de la plataforma del Miracle. Nos queda muy lejos de la zona donde nos gusta ponernos», asegura Agustina Pons, mientras deja la moto en uno de los parkings que hay en la playa de L’Arrabassada. Otro bañista, Pablo González, asegura que son muchos los tarraconenses que han decidido cambiar de playa por culpa de las pocas plazas para las motos.
Toñi Fèlix y Jordi Jiménez son un ejemplo. «Opino que ya que han hecho todo el paseo nuevo, no les costaba nada habilitar un espacio para las motos. Una idea sería a la altura de los ascensores de la plataforma», asegura Fèlix, quien añade que «ahora vamos a la Savinosa. Es más cómodo».
Las opciones se reducen a una. Quien quiera ir a la playa del Miracle en moto solo puede aparcar debajo de la plataforma. Hay cerca de treinta plazas y, la mayoría de ellas están siempre vacías.
No es suficiente
La del Miracle no es la única playa con problemas a la hora de aparcar. Los fines de semana, las plazas de moto son insuficientes para abastecer todos los bañistas de la ciudad. En L’Arrabassada hay 40 plazas, algunas de ellas están siempre ocupadas por coches que esperan para aparcar.
Por otro lado, en la playa de la Savinosa hay solamente un espacio habilitado para dejar las motos. Se encuentra delante del parking de tierra y tiene capacidad para 25 motos. Insuficiente durante los sábados y domingos. Finalmente, en la playa Llarga, los aparcamientos se concentran en la zona de Cala Romana, donde hay aproximadamente unas setenta plazas.
