El estruendo de la explosión fue detectado a 75 km de distancia

Los sismógrafos de la Illa de Buda y del Far de la Banya registraron la onda acústica, no la sísmica, que hace temblar la tierra

18 enero 2020 09:10 | Actualizado a 20 enero 2020 12:36
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Dos de los sismógrafos que el Institut Cartogràfic i Geològic de Catalunya (ICGC ) tiene en las comarcas del Ebre detectaron el pasado martes la onda acústica provocada por la explosión del reactor de la planta que la empresa Iqoxe tiene en el complejo petroquímico sur, en La Canonja. Los efectos de la onda acústica fueron registrados por los sismógrafos situados en las estaciones de la Illa de Buda –ubicada a 55 kilómetros del epicentro– y del Far de la Banya –a 75 kilómetros–.

Jordi Díaz, investigador del Institut de Ciències de la Terra Jaume Almera (ICTJA), perteneciente al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), aseguraba al Diari que es curioso que la onda expansiva solo fuera detectada por las estaciones que el ICGC tiene en las Terres de l’Ebre y no por las situadas hacia el norte: «Tendría que ver con la misma geometría, porque hacia el sur no hay zonas montañosas. También podrían haber influido las condiciones atmosféricas».

Pero para ver cómo se desarrolló el episodio es muy explícito el registro que tomó el acelerómetro situado en el edificio del Cecat (Emergències 112), delante de La Canonja, a dos kilómetros y medio de la fábrica siniestrada. En el gráfico superior se puede ver los siete segundos (antes de notarse la onda acústica) que duró la onda sísmica, cuando el suelo se movió, debido a la explosión en el reactor, unos datos que ya no recogieron los sismógrafos situados en las Terres de l’Ebre.

¿Y en la esacala de Richter?

Díaz comentaba que es muy difícil trasladar el registro de la onda sísmica a lo que sería en la escala sismológica de Richter, porque depende de muchos factores. Pero lo que está claro es que sería una cifra muy baja, posiblemente inferior a 1, por lo que es imperceptible para la población.

Lo que los ciudadanos notaron es la onda acústica. Aunque la explosión y el correspondiente estruendo salieron simultáneamente de la fábrica, primero se expandió el pequeño movimiento sísmico, porque se propaga a una velocidad de entre cuatro y cinco kilómetros por segundo, mientras que el sonido lo hace a 343,2 metros por segundo, casi diez veces más lento.

La onda acústica duró apenas dos segundos, aunque su intensidad fue muy alta.

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