El eterno legado de Jaume Guasch i Pujolà

‘Cor de Vellut’. Diez años después de su muerte, un documental pondrá en valor la herencia que el activista cultural dejó a la ciudad

06 diciembre 2021 06:50 | Actualizado a 06 diciembre 2021 07:06
Se lee en minutos
Participa:
Para guardar el artículo tienes que navegar logueado/a. Puedes iniciar sesión en este enlace.
Comparte en:

Temas:

Ayer se cumplían diez años de la muerte del activista cultural por excelencia de Tarragona. Hablamos de Jaume Guasch i Pujolà, un tarraconense ilustre que dedicó toda su vida al crecimiento cultural de su ciudad. Lo hizo de una manera generosa, transmitiendo todos sus conocimientos y sus pasiones a sus más allegados.

Con una personalidad fuerte y exigente, y con un corazón noble y altruista, dejó la ciudad en silencio tras su marcha. Pero diez años después de su partida, ha llegado el momento de poner en valor quién era Jaume Guasch y cuál es su legado. Este miércoles, en el marco del festival REC, se presentará el documental Cor de Vellut, en el que 18 personalidades de diferentes ámbitos hablarán de su manera de ser y de hacer. El Diari ha estado esta semana con sus dos hijos, Sergi y Jaume, y con su esposa, Rosa, quienes nos cuentan un poco mejor quien era el protagonista de hoy.

Jaume Guasch i Pujolà nació el 9 de septiembre de 1957 en Tarragona. De profesión, ebanista y, de vocación, activista cultural. En el año 1971, después de participar durante dos veranos en un curso de sardanas, fue uno de los dansaires-fundadors del Esbart Santa Tecla. Desde entonces y hasta el día que partió, Guasch se dedicó en cuerpo y alma a dar a Tarragona la riqueza cultural que se merecía. «Tenía una manera de hacer muy de él. Estudiaba, investigaba y se movía por todos lados hasta conseguir lo que quería. Era capaz de llevar los orígenes al presente, y de transmitir los conocimientos a los demás con la intención de no dejarlos perder», explica Rosa Llorach, su compañera de vida.

Guasch creó las coreografías del Cos de Dansa, y recuperó hasta cinco balls del Seguici Popular de Tarragona, que año tras año vemos danzar. Además, también fue autor los balls de la Víbria y de L’Àliga, entre otros. Sus grandes obras fueron los espectáculos de gran formato, como las Contalles de Sant Magí y el Retaule de Santa Tecla. Pero no tuvo suficiente con hacer crecer la cultura en su ciudad. Salió fuera poniendo su granito de arena en el Ball de Cavallets de Torredembarra o el Ball de Santa Margarida de la Riera. Es imposible nombrar aquí todas las creaciones del protagonista de hoy, la lista es interminable. Lo que está claro es que Guasch está presente en muchas fiestas populares de todo el Camp de Tarragona. Su manera de hacer ha dejado huella.

Ahora ha llegado el momento de reconocer todo su trabajo. De hecho, la familia y el Esbart Santa Tecla, pero también toda la ciudad, tiene la responsabilidad de no dejar que esta manera de hacer caiga en el olvido. «Queremos explicar cómo la gente de su entorno recibió todo lo que él transmitía», apunta Sergi Guasch, uno de los hijos del protagonista y director del documental, quien añade que «podremos ver esta visión poliédrica de Jaume, que iba desde la danza escénica, hasta la colaboración con otra entidades culturales, pasando por la música y el diseño de vestuario»

Le quedaban cosas por hacer

Riguroso, generoso y sin perder las raíces, Guasch se despidió cuando todavía le quedaban muchas cosas por hacer. Tarragona quedaba entonces un tanto huérfana de líder cultural. Una de sus grandes obras pendientes fue el Pas dels Titans, que formaba parte de la trilogía de espectáculos de gran formato, junto con las Contalles y el Retaule. Justo unos meses antes de fallecer, empezó la investigación que nunca acabó.

Por otro lado, una de las creaciones más valoradas por la ciudadanía, y que cada año por fiestas podemos ver, es justamente el Retaule de Santa Tecla. «Él se sentía con el deber de hacer llegar a los tarraconenses la vida de la Santa, y creía que la mejor manera era a través de la danza», explica Llorach.

Llevar a cabo el documental ha implicado un viaje emocional por los recuerdos. Sus hijos y su esposa coinciden en qué no han descubierto nada nuevo al oír hablar de Jaume. Era una persona transparente. Reconocen que, a lo largo del proceso, ha habido de todo: recuerdos dulces, y otros, más dolorosos. Al preguntar por el título del documental Cor de Vellut, Jaume Guasch hijo, explica que «es una manera de reflejar su personalidad. Detrás de una apariencia dura, había una persona sensible y noble. Un poco como el terciopelo». Guasch sigue estando presente en cada uno de los pasos que da la entidad que él representaba. La ciudad, por su parte, no puede hacer más que estar agradecida por todo lo que el protagonista de hoy nos regaló y nos dejó. Un legado que ha conseguido de Guasch sea eterno.

Comentarios
Multimedia Diari