El fiscal pide casi siete años de prisión por vender droga en una fiesta ilegal en El Catllar

Los Mossos acudieron al recinto en octubre del año pasado, en pleno confinamiento, y encontraron a unas 130 personas. El procesado también se habría resistido a ser registrado

02 junio 2021 05:00 | Actualizado a 02 junio 2021 05:20
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Un hombre que presuntamente vendía droga en una rave en El Catllar y se enfrentó a los Mossos d’Esquadra cuando procedían a desalojar a los asistentes a dicha fiesta ilegal se enfrenta a casi siete años de prisión, según el escrito de acusación que ha presentado la Fiscalía de Tarragona. El juicio por este caso tendrá lugar mañana jueves y el viernes en la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Tarragona.

El acusado es un ciudadano japonés de 24 años y sin antecedentes penales. El escrito del Ministerio Público recoge que en la madrugada del 18 de octubre del año pasado, los Mossos d’Esquadra se personaron en una masía situada en el municipio de El Catllar. Acudieron después de ser alertados de que se estaba llevando a cabo una fiesta convocada por redes sociales y con asistencia de un gran número de personas.

Al llegar a la masía, los agentes se identificaron y ordenaron que parara la música. Obligaron a los asistentes a desalojar el inmueble de forma ordenada, poniéndose la mascarilla y manteniendo la distancia de seguridad.

Cuando la mayor parte de los asistentes a la fiesta ya habían salido al exterior, los agentes encontraron a un grupo de personas escondido en la bodega de la casa. Entre ellos estaba el ahora procesado. Los agentes lo identificaron y lo registraron. El acusado, «con manifiesto desprecio al principio de autoridad», se resistió activamente a ser registrado por los agentes. Fue necesario que estos lo tumbaran en el suelo y se colocaran encima de sus piernas ante las continuas patadas que éste les estaba propinando.

Finalmente, los policías consiguieron llevar a cabo el registro del acusado. Le encontraron escondida dentro de su ropa interior una bolsa de plástico, que contenía muchas bolsitas de plástico con diversas sustancias estupefacientes, «que el procesado había llevado a la fiesta con intención de venderlas a otros asistentes».

Concretamente, el procesado poseía 53 pastillas de éxtasis, una pieza de cartón troquelada con 0,60 gramos de LSD, una bolsa con 0,67 gramos de marihuana, y 35 bolsitas con 25,10 gramos de ketamina y éxtasis. El valor total de la droga era de 1.939,42 euros. En el momento de la detención, el sospechoso llevaba 170 euros, procedentes de la venta de droga, siempre según el fiscal. Al día siguiente, el joven ingresó en prisión preventiva.

El fiscal considera que los hechos constituyen un delito contra la salud pública de sustancias que causan grave daño a la salud, por el que solicita seis años de prisión y multa de 5.250 euros. Hay que sumar diez meses de cárcel más por un delito de resistencia a la autoridad.

«Para consumo propio»

El acusado aseguró en su día que la droga era para su consumo propio ya que la fiesta iba a durar tres días. Negó haberse resistido a los agentes.

En su día, la Policía catalana informó que hacia la medianoche del sábado los agentes accedieron a una masía donde se celebraba una fiesta convocada a través de las redes sociales y que anunciaban que se prolongaría hasta el lunes por la mañana. Los agentes encontraron a unas 130 personas sin mascarilla y sin respetar las distancias de seguridad ni otras medidas sanitarias y comprobaron que los equipos de música estaban en funcionamiento, mientras las personas bailaban y bebían.

La actitud hostil y agresiva de las personas reunidas dificultó desde el principio la actuación policial para clausurar la fiesta, una operación que finalizó a las 3.30 horas. Los Mossos denunciaron administrativamente al organizador, mientras que intervinieron los equipos de música, además de levantar acta por no respetar las medidas sanitarias y otra por consumo de sustancias estupefacientes que algunos de los asistentes lanzaron al suelo al llegar la policía.

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