El futuro de la Tabacalera según Ricomà

Mientras no haya un proyecto definitivo, el Consistorio defiende la cesión puntual de espacios, siempre y cuando el uso no tenga una afectación en las instalaciones

13 junio 2021 18:50 | Actualizado a 14 junio 2021 05:19
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El alcalde de Tarragona, Pau Ricomà (ERC), denuncia que el Gobierno Central no tiene conocimiento de ningún proyecto para que la Tabacalera pueda ser la sede de la gran biblioteca provincial. En declaraciones al Diari, el máximo representante municipal avanza que el pasado 12 de marzo acudió a una reunión en Madrid con el secretario general de Cultura y la directora general del libro, «y nos encontramos con la sorpresa de que el anterior gobierno municipal no había hecho ninguna gestión y que nadie les había informado de nada sobre la biblioteca». Pese a ello, el alcalde y concejal de Cultura afirma que «nos ponemos manos a la obra» para dar los primeros pasos de una transformación global que el alcalde tiene claro que «deberá ir por fases».

De momento, a corto plazo lo primero será reformar el almacén número 6, que se espera que «este mismo mandato» sea una de las sedes del Centre d’Art. El equipamiento estará en la planta baja. «Para el siguiente, el objetivo es que ya estén funcionando las otras cuatro plantas del inmueble con el coworking artístico y el local de ensayo para la danza y las otras especialidades», añade Ricomà, quien espera que el emplazamiento se convierta «en un foco cultural importantísimo, que generará una nueva centralidad».

Ya a medio plazo, el Consistorio espera que sea la gran biblioteca la primera que pueda ser una realidad, una inversión que deberá ir a cargo del Estado. «Con la inversión que se está haciendo en el Museu Arqueològic, vemos difícil poder apretar por acelerar el de la Tabacalera. Negociaremos con el Gobierno Central y en breve me reuniré con la nueva consellera de Cultura, Natàlia Garriga», indica.

Sobre el plan funcional que dejó el PSC, el alcalde afirma que «podemos estar de acuerdo en bastantes cosas, pero apostamos por alguna modificación». Una de ellas es que «el plan prevé abrir primero el patio interior e ir haciendo cosas allí, pero esto no nos convence porque lo que queremos es abrirlo cuando haya una vida social, laboral y profesional, ya que de lo contrario podría convertirse en un nuevo foco de problemas». Por ello, Ricomà apuesta por dotar primero «de equipamientos» el recinto antes de abrir el espacio al público.

Recientemente, se ha visto actividad en la Tabacalera. Las instalaciones fueron el escenario del rodaje de la película ‘Los renglones torcidos de Dios’, que podrá verse en los cines el año que viene. Días más tarde, se daba a conocer que Bombers de la Generalitat ha solicitado poder utilizar el espacio para poder realizar ejercicios prácticos. La petición está en fase de alegaciones. No obstante, el Ayuntamiento la ve con buenos ojos, ya que se trata de una cesión temporal del patio y del espacio que se utiliza como aparcamiento, que en ningún caso afecta al interior del recinto. «La idea es que si hay peticiones que son compatibles con el espacio y no hay afectaciones que pongan en peligro al patrimonio entendemos que puede ser aceptable», indica el concejal de Béns Patrimonials, Hermán Pinedo.

En ambos casos se evaluaron las solicitudes y sobre el rodaje de la película se consideró que contribuye a la «promoción de ciudad». En cuanto a la petición de Bombers, Pinedo defiende que «entendemos que la formación de estos profesionales, para que estén preparados para cualquier tipo de emergencia, es casi una función social». El Consistorio defiende este tipo de cesiones, que son gratuitas, mientras no se impulse el proyecto definitivo.

Uno de los equipamientos con más peso dentro de la futura Tabacalera debe ser el futuro MNAT. «Se hace difícil exigir que construyan un nuevo museo, cuando están finalizando las obras en la Plaça del Rei», indica el presidente de la Reial Societat Arqueològica Tarraconense (RSAT), Joan-Vianney Maria Arbeloa. Sin embargo, considera que debería aprovecharse este tiempo para «empezar a pensar cómo se hará y qué más debería haber». Y es que, una de las preocupaciones es que al final las instalaciones sean un cajón de sastre, que no permitan que el futuro museo esté «bien dimensionado».

Por su parte, el barítono Àngel Òdena defiende que, ante la «dificultad» de afrontar toda la inversión se empiece con algunos de los servicios. «El tema de la biblioteca estaría muy bien para empezar, incluso podría hablarse con la Diputació, que tienen problemas de espacio en el Conservatori, y esto generaría mucha vida, para empezar».

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