El gran salto de Alejandro

El nuevo portavoz del PP en el Parlament se despedirá el lunes del Saló de Plens tras 13 años como concejal

19 mayo 2017 17:18 | Actualizado a 21 mayo 2017 15:50
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El 28 de noviembre es una fecha clave en la vida de Alejandro Fernández. Ese día, en 2006, el entonces portavoz del PP –Francesc Ricomà– anunció que no repetiría como alcaldable en las elecciones de mayo de 2007 y se conocía que, contra todo pronóstico, su relevo sería el treintañero Alejandro Fernández. Ahora, justo una década después, Alejandro da el gran salto y dejará el Ayuntamiento de Tarragona para convertirse en el portavoz del PP en el Parlament de Catalunya o, lo que es lo mismo, en el número ‘2’ de Xavier García Albiol. Alejandro se despedirá de su puesto en la Plaça de la Font el próximo lunes, durante el pleno extraordinadio de presupuestos que se celebrará, curiosamente, un 28 de noviembre.

De esta forma, el líder de la formación conservadora cerrará un ciclo que se inició en marzo de 2000 –con apenas 23 años–, cuando entró como asesor del grupo municipal popular. En las elecciones de mayo de 1999, Alejandro ocupó el sexto puesto de la lista liderada por Francesc Ricomà, ejerciendo –además– como su jefe de campaña. En esos comicios los populares lograron cinco concejales, por lo que se quedó sin puesto en el pleno. Pocos meses después, sin embargo, se firmó el Pacte de Ciutat entre CiU y PP que permitió a Alejandro ocupar un cargo de confianza de la formación conservadora.

Según relata Francesc Ricomà en el libro Anatomia d’una passió, del periodista Jordi Salvat, «aquel cargo, por preparación e ilusión, debía ser para él. Lo escogimos para que fuera cogiendo experiencia con la mirada puesta en el futuro».


La apuesta de Ricomà
En los siguientes comicios, los de 2003, Ricomà lo tuvo claro: Alejandro ocupó el tercer puesto de la lista. «No tuve ninguna duda en apostar por él», afirma en el libro el entonces alcaldable. En esa cita con las urnas el PP perdió un concejal, pero Alejandro logró entrar en el Saló de Plens y, tras la renovación del pacto con Joan Miquel Nadal, asumió la cartera de Promoció Econòmica.

A finales de 2006 Ricomà anunció su retirada y pasó el relevo a Fernández, quien heredó un PP en el peor momento de los últimos años tras la marcha de Maria Mercè Martorell y Esteve Ortiz. «El reto para 2007 era muy complicado, ya que la tendencia en Tarragona era contraria al resto de Catalunya, pero me autoconvencí de que el voto del PP es muy sólido», narra Alejandro en el libro. De hecho, en esas elecciones los populares aguantaron los cuatro ediles, en unos resultados que fueron catalogados como de «éxito» por el propio Fernández.

«Los cuatro años en la oposición sirvieron al PP para lanzar ataques frontales a Josep Fèlix Ballesteros y abrir el partido a la sociedad civil», revela la obra de Salvat. Los resultados de esa política se cosecharon en 2011, cuando el PP logró el mejor resultado de su historia tras sumar 9.917 votos y empatar con CiU como segunda fuerza, con siete concejales. Ambas formaciones negociaron durante semanas reeditar el pacto de gobierno que ya mantuvieron entre 1999 y 2007, pero el acuerdo fue imposible y Alejandro perdió la gran oportunidad de ser alcalde, ni que fuera sólo por medio mandato.

Los populares pasaron cuatro año más en la oposición, si bien entre 2011 y 2015 mantuvieron un acuerdo sin cargos con el PSC, de forma que permitieron aprobar los presupuestos durante cuatro años y tirar hacia adelante el plan de ajuste económico. Tras las elecciones de 2015 –en las que los populares sufrieron el efecto Ciutadans y perdieron tres ediles–, Ballesteros y Fernández decidieron formalizar un pacto al que se sumó Unió y que permitió a Alejandro ejercer como primer teniente de alcalde, un cargo del que ahora se despide, seguramente, para aspirar a la alcaldía en un futuro no muy lejano.

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