El hospital que no ha cerrado ni un día en 850 años

Fundado en la Edad Media, Santa Tecla ha cuidado a pacientes por más de ocho siglos. Así ha sobrevivido a guerras, epidemias y a los avatares de la ciudad

16 abril 2021 19:20 | Actualizado a 17 abril 2021 06:18
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Hoy hace justo 850 años que el arzobispo de Tarragona, Hug de Cervelló, dictaba su testamento antes de morir (fue asesinado) en el que dejaba 100 maravedís, la moneda en curso en 1171, para el hospital que él mismo había mandado levantar. Es el primer documento que hace referencia al hospital precursor del actual Hospital de Sant Pau y Santa Tecla, aunque es probable que el centro ya existiera con anterioridad.

Lo explica Neus Sánchez Pie, archivera del hospital e historiadora. Y es que sí, el hospital tiene desde hace una década un archivo propio que se ha dado a la ingente labor de conservar y catalogar materiales acumulados durante siglos.

En la calle de Les Coques

La primera sede del hospital, que en la Edad Media tenía unas diez camas, se encontraba en la actual calle de Les Coques, en el edificio que hoy ocupa el Consell Comarcal. Pero atención, que Sánchez Pie nos advierte que entonces un hospital y la medicina no eran lo que hoy. Se trataba de una especie de posada dirigida por canonges donde además había un espacio para tratar a los enfermos con plantas medicinales y procedimientos rudimentarios.

En 1370 la ciudad tuvo un segundo hospital, fundado esta vez por el Ayuntamiento. En 1464 este hospital y el de los canonges se fusionaron y dieron lugar al Hospital de Santa Tecla, en honor a la patrona de la ciudad.

En aquellos tiempos «al hospital iban los pobres», cuenta la archivera, porque a la gente de bien «el médico le iba a casa». Y cuando había un brote de peste, como el de 1529, los enfermos eran atendidos en un hospital creado expresamente fuera de la muralla para llevar a los ‘infectados’.

Pero justamente llegó un momento en que el crecimiento de la ciudad dentro de las murallas se hizo insostenible. Esto fue lo que motivó que comenzaran a establecerse algunas instituciones fuera de la misma. Así fue como en 1588 se inauguraba un nuevo edificio en la actual Rambla Vella, donde el hospital ha permanecido hasta nuestros días. El edificio inicial se encontraba donde hoy está el servicio de urgencias.

Entre 1713 y 1750 (Guerra de Sucesión) el hospital fue ocupado por el ejército borbónico para llevar allí a sus enfermos. Pese a todo el hospital siguió con su actividad, para lo cual alquiló una casa en la Calle de Sant Magí.

La historia se repetiría en la Guerra del Francès, pero esta vez el edificio fue ocupado para ser usado como cuartel.

Eso sí, antes de ello, en 1802, hubo otro hito: el doctor Vives Rubio se convirtió en el primer médico residente del hospital. Lo de residente era literal: fue el primero en irse a vivir al sanatorio.

Otra curiosidad es que entre 1820 y 1823 se construyó el desaparecido Teatro Principal, un teatro en toda regla anexo al hospital ubicado entre la Rambla Vella y Comte de Rius. Tenía, además, un café, y la mayor parte de lo que se obtenía con las funciones era para el hospital.

Desde 1825 el hospital se convirtió en dueño también del cementerio de la ciudad, del cual es responsable hasta nuestros días.

Las heridas de la Guerra Civil

Ya entrados en el siglo XX se produjo la revolución que haría que los cuidados médicos se profesionalizaran y dieran un salto cualitativo. Fue bajo la dirección del doctor Rafael Battestini (fusilado en 1939 por el bando franquista), quien comandó un equipo de médicos que trajo a la ciudad los rayos X, fundó una maternidad y profesionalizó a las monjas que trabajaban como enfermeras.

Siguiendo esta estela, desde 1952 y hasta 1980 el hospital fue escuela de ATS hasta que los estudios de enfermería pasaron a impartirse en la universidad.

El edificio se amplió en los setenta y en 1985 el hospital pasó a formar parte de la Xarxa d’Hospitals d’Utilització Pública del ICS.

En 2000 se creó la Xarxa donde se han incorporado instituciones de carácter social... Y el año pasado llegó la Covid, la enésima pandemia a poner de nuevo al hospital a prueba. «Pocas instituciones han dado asistencia hospitalaria de manera ininterrumpida. La historia del hospital es la historia de la ciudad», resume Sánchez.

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