El idilio de José con el Camino de Santiago no cesa a sus 80 años

José López comenzó a caminar cuando se jubiló y se preocupó por la vida sedentaria que llevaba. Hoy este peregrino de Tarragona ha participado hasta en 12 rutas para llegar a Santiago de Compostela

22 julio 2018 20:18 | Actualizado a 24 julio 2018 19:03
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José López es natural de Granada, pero lleva en Tarragona ya diecisiete años. «Setenta y cuatro de mis ochenta años los he vivido en Catalunya», puntualiza este hombre valiente. Es un auténtico peregrino, cuyo fuerte corazón y una mente inquieta le han llevado a hacer muchos kilómetros caminando después de lograr la jubilación.

Todo empieza por su inquietud en el momento en  el que cierra por última vez la puerta de su autoescuela en Barcelona, donde vivía con su familia por aquel entonces. Al darse cuenta de que se fatigaba a menudo y de que llevaba una vida demasiado sedentaria, decide dejar todo lo que no fuese sano atrás y comenzar una nueva vida. 

«Aparcaba el coche a ciento cincuenta metros de mi casa», cuenta José, y confiesa que estos eran los únicos pasos que daba. Luego, con su familia, se vinieron a Tarragona, donde, llevado por su ímpetu, el futuro peregrino se lanzó a realizar largas caminatas, sobre las cuales hoy habla con auténtica pasión. Entregado con entusiasmo y fe a su nueva actitud de vida, la actividad física le impone realizar un total de doce rutas diferentes a Santiago de Compostela.

En compañía de su mujer
Comenzó su idilio con el Camino de Santiago en el año 2003, junto con su mujer. Hasta que ella falleció, casi siempre iban juntos. Al inicio, él mismo financiaba estas actividades. Recuerda con nostalgia que a su mujer le hacía mucha ilusión pasar la noche en los albergues de peregrinos. Él mismo vuelve a aquellos tiempos recordando los detalles: como aquel día en que se rompió la mano por una caída, y otro recuerdo que le viene a la cabeza de forma automática son los pájaros que se oían mientras caminaba... 

Recomienda «zapatos cómodos y buenos calcetines, esto es lo fundamental» 

«A veces por las mañanas piensas en ponerte el chubasquero por las lluvias», rememora en voz alta, y añade que le han pasado «tantas cosas» que es difícil acordarse de todo. 
No es para menos, porque este hombre ha participado en estas doce rutas a Santiago de Compostela partiendo de diferentes lugares. El más largo que ha hecho es el Camino Mozárabe, de 1.400 kilómetros. Lo realizó en cincuenta días. Es el único en el que no fue acompañado de su mujer. 

Otra ruta larga es una de 1.200 kilómetros. «Fue el Camino de la Plata», narra José, y destaca que ha hecho también, entre otros, el Camino del Ebro, de 900 kilómetros; el Camino Catalán, de 1.100 kilómetros, y, por supuesto, el Camino Francés, el más utilizado oporm los peregrinos de todo el mundo y que él recomienda a los que decidan lanzarse en las caminatas. Él lo consiguió hacer en 29 días. Como era el primer camino que realizó, se lo autofinanció. Sin embargo, actualmente cuenta con la auyda del Consell Comarcal, en cuyas rutas participa caminando activamente.

«Se va siempre por caminos de tierra marcados», puntualiza. Y cuenta que en un día se llegan a hacer 25 kilómetros. A veces va acompañado solo por una o dos personas; no obstante, con los grupos llevados por el Consell Comarcal van juntos normalmente unas 25 personas. Uno de los caminos más duros que recuerda es el Camino Primitivo, que parte de Asturias. ¿Cuál es el más fácil de conseguir? «El Camino Francés», dice que de esta manera se hacen a diario veinte kilómetros, por lo tanto es el más realizado.

El Camino de Santiago es la ruta espiritual más antigua, concurrida y celebrada de Europa. En él se citan peregrinos de todo el mundo que emprenden una experiencia que mezcla la antigua devoción religiosa con la aventura, el encuentro y el conocimiento personal, el deporte y disfrute de la naturaleza y la cultura

A la pregunta de qué recomendaría a los que estén pensando realizar esta meta, contesta así: «Zapatos cómodos y buenos calcetines, esto es lo fundamental». Dice que la ropa cómoda y la mochila bien adaptada al cuerpo representan otros puntos importantes, y asegura que un buen masaje en los pies por la mañana antes del comienzo es imprescindible contra las ampollas y el sudor. 

Le sirven de ayuda también la fe y el espíritu que le mueven con sus ochenta años que lleva con orgullo. Durante estos viajes conoce a mucha gente, hace amistades y tiene «mucho tiempo para pensar en todo». Antes de comenzar una nueva caminata, siempre piensa en positivo y en sus proprias vivencias. «Vuelvo mejor que antes de marcharme», dice José, que procura llevar una vida sana. Anima a los curiosos a que sean  valientes y emprendan una caminata. «Yo cojo la mochila enseguida que me dicen de irme», confiesa con una sonrisa, y en sus palabras se percibe el poder de estos viajes tan peculiares...

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