El iman de Ripoll vivió en Segur de Calafell

Fue juzgado por tráfico de drogas junto a tres vecinos de Cambrils

24 agosto 2017 17:13 | Actualizado a 25 agosto 2017 00:51
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El Juzgado de lo Penal número dos de Ceuta condenó en diciembre de 2011 a Abdelbaki Es Satty a cuatro años y un mes de prisión por un delito contra la salud pública. La sentencia, que adquirió firmeza en febrero de 2012 porque no fue recurrida, castigó al imán de Ripoll (Gerona), máximo responsable de los atentados mortales de Barcelona y Cambrils, por introducir en España 121 kilos de hachís en una furgoneta el 1 de enero de 2010, día de su cumpleaños.

Nacido en Madchar Benghaya (Marruecos) en 1973 y residente entonces en Segur de Calafell, Es Satty estuvo en prisión provisional por esta causa desde el 2 de enero de 2010 tras ser detenido un día antes en el puerto de Ceuta, donde se disponía a embarcar a las 18:15 horas en un trasbordador con dirección a Algeciras (Cádiz).

Según la sentencia, fue un perro detector de la Guardia Civil quien marcó la droga en el vehículo al realizar el reconocimiento superficial. Entonces, los agentes registraron el interior y encontraron los fardos ocultos en cuatro dobles fondos del techo del coche. Los 121 kilos de hachís, con un índice de THC de 10,31% y un valor estimado de 176.087 euros, fueron adquiridos en Marruecos por Es Satty "y cuyo destino final era la venta o donación a terceras personas".

Por estos hechos fueron acusados además otras tres personas, los hermanos Mohamed, Abderrahim y Mourad Tajrioui, residentes en Cambrils, uno de los lugares de los atentados. Éstos dijeron en el juicio que desconocían que Es Satty llevara en la furgoneta la droga y finalmente fueron absueltos por falta de pruebas. Ello, pese a que el imán de Ripoll, que reconoció los hechos, les llegó a involucrar en el tráfico de estupefacientes, que justificó por amenazas de los narcos a su familia marroquí.

 Por ese motivo,  el condenado justificó en su defensa haber sufrido "una situación de acoso, amenaza, perturbación, o algún miedo insuperable" que le hizo cometer el delito, lo que hubiera supuesto un atenuante, pero ni la Fiscalía ni el juez lo estimaron.

Un dato curioso es que, pese a que la Fiscalía reclamaba cuatro años y dos meses de prisión para él (casi la misma pena que la condena final impuesta), la defensa de Es Satty no recurrió la sentencia ante la Audiencia Provincial y admitió el fallo del Juzgado de lo Penal de Ceuta.

Tras pasar dos años en prisión preventiva, el imán de Ripoll cumplió el resto de su pena en el centro penitenciario de Castellón, de donde salió en abril de 2014. Es Satty fue condenado además a una multa de 176.087 euros, el valor total de la droga intervenida.     

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