El incremento de muertos en verano por ahogamiento dispara todas las alarmas

En un mes han fallecido siete personas en el agua, la misma cifra que en accidentes de tráfico. Los socorristas piden más concienciación

27 julio 2018 19:04 | Actualizado a 02 agosto 2018 18:40
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Una anciana de 81 años en el Riuet de Coma-ruga. Un hombre de 75 años en Torredembarra. Una mujer de 68 en la playa de Segur de Calafell. Otra, de la misma edad, en una piscina privada en Santa Oliva. O un niño de 10 años en Coma-ruga. Son sólo algunos de los fallecimientos en lo que va de verano en el medio acuático de la provincia. De nuevo, el número de ahogados vuelve a hacer saltar las alarmas, algo común por esta época de calor y gran afluencia de gente al litoral.

La Federación Española de Salvamento y Socorrismo reclama al Gobierno que conceda la misma importancia a los ahogados que a las víctimas de tráfico. También se añade a esa petición la Asociación Nacional de Seguridad Infantil, volcada en los menores. En la provincia, la comparativa es reveladora: en lo que va de verano, algo más de un mes, han muerto las mismas personas ahogadas que en accidente de tráfico, según balances del SEM, Protecció Civil y el Servei Català de Trànsit. 

Son siete fallecimientos en el agua, la mayor parte de ellos en playas y de personas de más de 65 años. «El inicio de campaña ha sido malo. Habrá que esperar cómo evoluciona la temporada», indica Montse Font, jefa del servicio de gestión de emergencias de Protecció Civil en Catalunya. Desde el 20 de junio, ha habido seis muertos en carretera.

«Faltan más campañas»

Ella también está entre los que dan la voz de alerta: «Hace años que detectamos que había un problema. Falta concienciación y que se impulsen más campañas. Las cifras de ahogados no mortales, además, son brutales y superan en hasta siete veces a los mortales. El trabajo de los socorristas es imprescindible. Sin él, la estadística de ahogados sería exagerada, quedaría muy por encima de las víctimas del tráfico». 

En lo que va de año, al menos 125 personas (seis de ellas tenían menos de 17 años) han muerto en España ahogadas en playas, piscinas, ríos, pantanos y embalses. En el 95% de los casos el fallecimiento se produjo en lugares donde no había vigilancia o el socorrista estaba fuera de turno. 

En Tarragona la casuística es diversa. La primera fallecida fue una mujer en El Vendrell, el 19 de junio, cuando aún no había comenzado el servicio de socorrista.Lo mismo sucedió con el fallecimiento de un hombre de 77 años en la playa del Arenal de Vandellòs i L’Hospitalet de l’Infant. «El factor principal es la meteorología. El calor hace que más gente vaya a la playa, de una forma masiva. Luego hay que tener en cuenta el riesgo de las banderas rojas», expone Montse Font, desde Protecció Civil, que traza un perfil concreto del ahogado en la provincia: «Es español, de más de 70 años, que suele arrastrar una patología previa. Eso sí, hemos visto que la media de edad está bajando este año».

En ese sentido, en la playa es más difícil que se ahogue un niño, ya que suele haber más ojos mirando. A pesar de eso, el mínimo despiste de los padres puede resultar fatal. A todo ello se añade un factor presente entre la actitud de los bañistas: las imprudencias, que muchas veces resultan fatales. «No hacer caso a los socorristas o a las banderas es un factor muy claro de riesgo. También hay un sentido de autoprotección de uno mismo. Si te encuentras mal, no te metas en el agua, porque con solo un palmo puede ser peligroso», agrega Montse Font. 

Desde el 1 de junio, el SEM ha realizado 19 salidas de emergencias para socorrer a personas en medios acuáticos, lo que supone un ligero incremento respecto al año pasado. Pese a todo, fuentes de las emergencias sostienen que el número de asistencias se ha mantenido estable. «No se ahoga ahora más gente que antes, aunque en las piscinas sí hay más margen de mejora», explican.

El abordaje de la cuestión que exigen algunas entidades parte de cero y empieza por disponer de registros oficiales. Hasta ahora la estadística procede de organismos como Protecció Civil o el SEM o por asociaciones que luchan contra la inseguridad en el agua. 
Piden realizar balances como hace la DGT con las víctimas del asfalto. Actualmente, la estadística del INE, que siempre se da a conocer con dos años de retraso, no distingue, por ejemplo, a un menor ahogado en una piscina con otro que tiene un accidente con una bolsa de plástico. 

Una cuestión legislativa

«Si se quiere ir hasta el final hay que abordar también una cuestión legislativa. Ahora mismo un municipio no tiene ninguna obligación de poner vigilancia en una playa. Sólo tiene que avisar diciendo que está vigilada o no. No existe una normativa que diga cuántos recursos tiene que haber ni de qué manera distribuirse. Y para eso hacen falta dotaciones económicas, teniendo en cuenta también que no se puede cargar todo ese peso sobre el municipio», añade Montse Font. 

Tarragona no goza de unas particularidades muy específicas respecto a otras provincias catalanas en cuanto a peligros en la costa. «No hay gran variación pero por ejemplo en zonas como el Maresme el usuario es más local que si te vas a la Costa Daurada, donde hay mucha más gente de fuera. Por otra parte, en Girona encontramos más calas y playas que están menos vigiladas. Pero, en general, si no hay corrientes, no hay muchas diferencias entre territorios», asume Montse Font. 

El peligro de los hinchables

Por el momento, las playas de Tarragona capital se salvan de padecer accidentes y percances gravas. «De momento el verano es bueno, hemos hecho pocos rescates, básicamente porque ha habido bastantes días de bandera verde y porque hemos hecho mucha prevención a pie de playa», cuenta Pedro Socías, coordinador de Creu Roja en Tarragona. 

Este responsable incide en consejos: «Hay que respetar mucho las indicaciones de los socorristas y también el resto de señales. La gente ve a veces que el mar está plano y tiene que saber que en ocasiones hay corrientes internas o vientos. En Tarragona el mistral es peligroso cuando sopla de tierra a mar. Puede arrastrar a la gente que lleva hinchables».

Que la gente mayor no entre en el agua con bandera amarilla o que los niños vayan siempre con personas adultas son algunas de las recomendaciones, a pesar de que la concienciación debe ir más allá. «Hace falta incidir más en la prevención, incluso desde el colegio, que desde pequeños se les enseñe qué significa una bandera, por ejemplo», concluye Socías. 

De momento, los siete fallecidos se reparten entre playas de El Vendrell, Vandellòs i l’Hospitalet de l’Infant, Calafell, Sant Carles de la Ràpita y Torredembarra y una piscina en Santa Oliva. La última víctima mortal también responde al perfil: un hombre de 71 años que se ahogó en la zona de Les Muscleres de Sant Carles de la Ràpita. En el último mes, ha habido siete muertos en carreteras de la provincia, tras los accidentes en Vila-seca, Cambrils, Alcanar, La Fatarella y Amposta, donde murieron dos personas por una salida de la vía el 4 de julio. El martes murió un motorista en Calafell. Fue la última víctima en el asfalto en lo que va de verano. 

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