El jardín vertical y la pantalla gigante de la Tabacalera, víctimas de la dejadez 

El conjunto costó 3,3 millones de euros y estaba llamado a ser el símbolo de la Smart City. El Ayuntamiento no tiene previsto cambiar las estructuras oxidadas ni arreglar la pantalla

08 abril 2018 16:40 | Actualizado a 08 abril 2018 19:46
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La naturaleza hace su trabajo, también en el Jardín Vertical. Un poco de lluvia y las buenas temperaturas de los últimos días han hecho que la imagen de la fachada de la Tabacalera mejore un poco respecto a las últimas semanas... Pero mejor mirar de lejos que acercarse. 

El que estaba llamado a ser el buque insignia del concepto Smart City en la ciudad dista mucho de mostrar una imagen cuidada.  Hay numerosas ‘calvas’ sin plantas, ramas muertas, hierbajos que crecen sin control... Y, sobre todo, goteras, muchas goteras que desbordan de una estructura oxidada.

«El otro día se cayó una viga, menos mal que no había nadie debajo», explica una vecina que pasea dos perros mientras señala los canalones por donde el agua se desborda creando charcos.

A la escena se suman los malos  olores de los excrementos de palomas que han colonizado el jardín. 

Pasar por debajo no resulta precisamente apetecible, menos teniendo en cuenta el estado de la zona de la Tabacalera que está en desuso. En esta parte hay trozos de  la fachada que se caen, literalmente, a pedazos. Además, a través de las vallas, pueden verse las vergüenzas del edificio abandonado y cúmulos de materiales y basura.

El jardín vertical más grande de Europa se inauguró el 23 de mayo de 2012 a bombo y platillo. El propio jardín, más los 8.000 metros cuadrados de zona verde adyacente, así como la instalación de la pantalla gigante de 100 metros cuadrados, costaron 3,3 millones de euros.

Fueron sufragados íntegramente por el Fondo Estatal para la Ocupación y la Sostenibilidad, conocido como ‘Plan Zapatero’. 

Mejor el jardín ‘horizontal’

Los vecinos que pasean por la zona, como Juan Carlos, cuidador de una persona que va en silla de ruedas, se quejan de que falta mantenimiento: «Es una pena, porque es una zona accesible y muy agradable para pasear, venimos mucho».

Anna, otra vecina de la zona, dice que el jardín da vergüenza. Relata que en una oportunidad llegó una turista de Bilbao preguntando dónde estaba el jardín. Ella le dijo que lo tenía enfrente. «Se quedó a cuadros», relata. 

Otros, como Josep, un señor mayor que pasa por el sitio con frecuencia, dice que lo que sucede es que el mantenimiento es demasiado complicado, «yo no lo querría ni regalado. Ya ves cómo se cuelgan cuando hay que cambiar una planta», relata.

Y apunta, para ser justos, que la imagen del jardín vertical contrasta con la del que está a ras de suelo, mucho mejor cuidada. Tiene razón, de hecho el día de la visita hay jardineros trabajando.

Consultados sobre la frecuencia con la que se hace mantenimiento al jardín vertical, desde el Ayuntamiento responden que cada dos o tres veces por semana se controla el riego y que «cuando se ve una zona degradada se replanta, no tenemos una temporalidad específica».
Respecto a las estructuras oxidadas reconocen que no hay ningún plan para sustituirlas.

Mantenimiento polémico

El mantenimiento del jardín y su coste han sido objeto de polémicas ya desde hace años. En 2014 se tuvo que hacer una reparación de urgencia porque tenía deficiencias «de nivel considerable» según el Ayuntamiento. Costó 4.271€.

Ese mismo año un informe técnico encargado por la agrupación local de Ciutadans aconsejaba  desmontarlo y aseguraba que su mantenimiento costaba más de 60.000 euros al año. La entonces concejal de Espais Públics, Ivana Martínez, aseguró que el coste anual era

de 24.200 euros y estaba dentro de los parámetros de otros parques. El coste de mantener el Camp de Mart, por ejemplo, era de 103.066€.
En una consulta hecha por el Diari de Tarragona el año pasado en la que participaron 1.206 personas, 790 votaron por retirarlo y 416 por que se debería rediseñar la jardinería.

La pantalla seguirá en negro

El conjunto del jardín lo completa la pantalla gigante de 104 metros cuadrados que no se ha visto funcionar desde finales de 2015 y que posteriormente sufrió un incendio en 2016.

Sobre su destino, desde el Ayuntamiento se explica que «cambiarla cuesta mucho dinero y, por ahora, no está previsto».
A diferencia de lo que sucedió en otros eventos deportivos, como cuando España jugó la final de la Eurocopa de 2012 y se retransmitió, para los próximos Jocs del Mediterrani la pantalla seguirá en negro.

Paradójicamente, una página web del Ayuntamiento dedicada a La Tabacalera habla de ella como si todavía funcionara: «La pantalla es utilizada como medio de comunicación ciudadana y elemento central de numerosos acontecimientos públicos, retransmisiones de acontecimientos, fiestas municipales, etc.». E invita a publicitarse en ella.

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