El mal estado del tanque dificulta el vaciado de las 100 toneladas de óxido

Durante la noche se pudieron trasvasar 55 toneladas del total de aproximadamente 100 que quedaron tras el incendio

18 enero 2020 09:10 | Actualizado a 20 enero 2020 12:36
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A las diez de la noche seguían los trabajos para vaciar completamente de óxido de etileno el tanque que comenzó a arder después de la explosión del reactor de la empresa Iqoxe el pasado martes. Después de que los bomberos dieran el jueves el incendio por completamente extinguido, seguidamente comenzaron los trabajos previos para comenzar a retirar el producto, que fue trasladado a las instalaciones de la empresa Repsol en el polígono petroquímico norte, donde tiene también tanques de este mismo producto. Sin embargo, se tenía que ver si el resultante de la explosión era apto para su utilización o, por el contrario, se tiene que destruir en alguna incineradora especial.

Sobre las diez de la noche se comenzó a vaciar el tanque y el líquido se trasvasó a un camión cisterna. Mientras, los Bombers de la Generalitat junto con los del Parc Químic y técnicos de la empresa estuvieron supervisando los trabajos. Durante la noche se pudieron trasvasar 55 toneladas del total de aproximadamente 100 que quedaron tras el incendio –antes de arden contenía 200–.

Rebaja del Plaseqcat

Con la llegada de la luz solar continuaron las labores. Y sobre las doce del mediodía comenzaba a cargar el cuarto camión-cisterna, ante la presencia todavía de una docena de dotaciones de los Bombers de la Generalitat.

Al mediodía, la Direcció General de Protecció Civil de la Generalitat rebajó el Plaseqcat a fase de alerta. Paralelamente también se desmanteló en el Centre de Comandament Avançat que se había instalado en La Canonja con el objetivo de coordinar todas las actuaciones posteriores a la explosión.

A las nueve de la noche se informaba que se había cargado ya una sexta cisterna. Y es que las tareas eran delicadas debido al mal estado en que quedó el tanque. A esa hora no se sabía si se necesitaría una séptima cisterna. Si quedaba poco producto y la empresa lo consideraba pertinente se procediería a diluir en agua y posteriormente se extraería ya sin peligro.

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