El médico Mariano Mullerat será beatificado en la Catedral de Tarragona

Esta será la primera beatificación de la historia que se oficiará en el templo catedralicio tarraconense y tendrá lugar el próximo 23 de marzo

12 enero 2019 18:01 | Actualizado a 13 febrero 2019 18:25
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El pasado día 8 de noviembre, la Congregación de la Causa de los Santos promulgó el Decreto de beatificación del Siervo de Dios Mariano Mullerat i Soldevila, padre de familia y médico de profesión, muerto el 13 de agosto de 1936 en El Pla, cerca de Arbeca, por odio a la fe.

Tras comprobar la fama de martirio extendida entre los fieles y con el consentimiento de las exigencias del Derecho, el día 9 de julio de 2003, el entonces arzobispo metropolitano de Tarragona, Mons. Lluís Martínez Sistach decretó abrir la Causa diocesana iniciando así el proceso de beatificación. Un año después, el día 26 de abril de 2004, se celebró la sesión de clausura. 

La fecha elegida para la celebración de beatificación de Mariano Mullerat es el sábado 23 de marzo, a las once de la mañana, en la Catedral Metropolitana y Primada de Tarragona. Presidirá el cardenal Angelo Becciu, prefecto de la Congregación de la Causa de los Santos. Esta será la primera beatificación de la historia que se oficiará en el templo catedralicio tarraconense.

Nacido en Santa Coloma de Queralt, Mariano Mullerat se licenció en medicina y ejerció como médico en el pueblo de Arbeca, en la comarca leridana de Les Garrigues, pero perteneciente a la archidiócesis de Tarragona, municipio del que también fue alcalde.

Con el estallido de la Guerra Civil y en plena persecución religiosa, el día 12 de agosto de 1936, miembros del Comité practicaron registro en el domicilio de Mullerat, persona de profundas convicciones cristianas y católico comprometido, los cuales echaron por el balcón todos los objetos y símbolos religiosos que encontraron, para prenderles fuego. Previamente obligaron al médico a firmar unos documentos para conseguir dinero.

Al día siguiente, fue sustraído violentamente de su hogar por parte de los milicianos y, junto con otros detenidos, subido a un camión. Consciente Mariano Mullerat del destino que le esperaba, al despedirse de su esposa pronunció estas palabras: «Dolors, perdónales como yo les perdono».

Se dio la circunstancia que a uno de los milicianos se le disparó el arma, de forma fortuita, y éste resultó herido; el doctor Mullerat tuvo el gesto de curarle. En el lugar conocido como El Pla, situado en la carretera que comunica Arbeca con Borges Blanques, los milicianos hicieron bajar del camión a los detenidos que fueron fusilados y posteriormente rociados de gasolina para ser quemados.

El 13 de agosto de 1940 se inauguró un monumento funerario de piedra picada en el punto exacto del asesinato, donde figura esculpido el nombre de Mariano Mullerat y de las otras cinco personas sacrificadas el mismo día. Las respectivas cenizas, dipositadas en una urna, se guardan en el interior del monumento, respetado por todos.

Numerosos son los testigos que dan fe de la persona íntegra y ejemplar que fue Mariano Mullerat i Soldevila, tanto en la vertiente profesional, como médico rural, y al frente de la alcaldía de Arbeca. Escogemos el testimonio de Antoni Pau i Sans, en su declaración: «Lo hago porque para estudiar la faceta del hombre político, o bien el profesional de la medicina, hay que tener en cuenta, primero, la dimensión cristiana de su vida, que es la que moldeó y condicionó toda su actuación como médico y como persona implicada en las cosas públicas. 

Cristiano de sólida formación y de profundas convicciones, se movía bajo el impulso de la propia fe, por encima de otro miramiento humano; testimonio permanente de su cristianismo con la valentía que, en momentos, exigen las circunstancias».

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