El mercadillo de Bonavista vende menos que otros años

Menos turistas. Los vendedores han notado un descenso en sus ventas debido a la poca afluencia turística, entre otras cosas, según ellos

23 julio 2018 07:13 | Actualizado a 23 julio 2018 07:20
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Si el mercadillo de Bonavista suele estar abarrotado, en verano la afluencia se multiplica. En un descampado de 50.000 metros, paradistas trabajando  cada domingo de sol a sol y miles de personas que se acercan hasta allí para comprar o simplemente darse una vuelta y disfrutar del barullo, los colores y la gente del mítico mercadillo de Bonavista.

Allí puedes encontrar y comprar de todo. Ropa, calzado, cacharros de cocina, fruta, verdura, discos, joyas... Para aquellos que se lo conocen bien, aseguran que se necesitan horas para poder recorrerlo entero. 

Entre la gente se escuchaba hablar a alguien en francés. Pierre y su familia han venido a Tarragona de vacaciones y ayer paseaban asombrados por el mercadillo de Bonavista. «En Francia también se montan mercados en la calle, pero no tan grandes. ¡Es impresionante!». Explicaba que otros amigos que habían visitado la ciudad el año pasado les habían recomendado pasarse por el mercadillo. «De momento hemos comprado embutidos y quesos y mis hijas ya llevan bolsas de ropa y sandalias», decía.

Lo cierto es que los paradistas no han notado tanta afluencia de turistas alemanes o rusos como venía siendo de costumbre estos últimos años. «Sobretodo hay franceses, pero que no gastan tanto como los rusos...», añadía Diego, uno de los paradistas.

Pese a que la empresa de seguridad que trabaja cada domingo en el mercadillo de Bonavista no quiso dar ninguna declaración al Diari sobre el balance de incidencias de este verano, por su parte, los marchantes aseguran que echan en falta más seguridad en la zona. «Aún así, supongo que por mucho que se aumente la seguridad, carteristas los habrá siempre», añadía Diego.

Manuel y su mujer llevan más de cuarenta años vendiendo en Bonavista y han notado un descenso de ventas. «El otro día revisaba las cuentas y me quedé sorprendido, el año pasado a estas alturas habíamos facturado un 35% más que ahora», decía.

La preocupación del momento

Otro grupo de marchantes comentaba en corrillo la situación que por el momento más les preocupa: el mercadillo de Tarragona. «Este martes se va a liar», decía Dani junto a su mujer Alicia. Ellos, además de trabajar en Bonavista los domingos, también montan su parada los martes y los jueves en Tarragona. La pareja explicaba que mañana están obligados a dejar la Rambla Nova para volver a instalarse en la Plaça Corsini.

Pese a la orden que les obliga a dejar la Rambla, los marchantes piden que el traslado se haga después de la campaña de verano. «Nos va a perjudicar mucho cambiar de sitio en julio, es preferible hacerlo en septiembre, cuando las ventas no son tan elevadas como en los meses de verano», coincidían todos.

Como ya anunciaron hace unos días, no van a dar su brazo a torcer y está previsto que mañana se reúnan todos para hacerse escuchar. «Nos llevaron a la Rambla Nova para estar tres años y ya llevamos once, solo estamos pidiendo posponer el traslado por un par de meses», comentaba Manuel.

Aunque a muchos no les gusta la idea de volver, ya que después de más de una década se han adaptado a la perfección a la Rambla y allí han encontrado muchas más facilidades, dicen que no les quedará otra que acatar el traslado. 

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