El modelo de vivienda cooperativa aterriza en Tarragona

El sistema, que funciona en otros países, plantea una alternativa a la compra o el alquiler

29 octubre 2019 08:20 | Actualizado a 30 octubre 2019 11:43
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¿Comprar o alquilar? Para la mayoría de los ciudadanos estas son las dos únicas vías para acceder a una vivienda. Aunque lo cierto es que, tímidamente pero con fuerza, comienza a aparecer una tercera vía: la vivienda cooperativa en cesión de uso.

Sostre Cívic, una de las cooperativas que ya ha conseguido llevar a buen puerto algunos proyectos de viviendas de este tipo en Catalunya, acaba de aterrizar en Tarragona. Gemma Vendrell, técnica territorial del Camp de Tarragona y Terres de l’Ebre, presentó el modelo la semana pasada a un nutrido grupo de personas de todas las edades en la Biblioteca Pública.

Cómo funciona

Para entender el sistema, lo primero que hay que tener en cuenta es que la cooperativa siempre es la dueña de las viviendas, nunca una persona en particular. El socio que participa en un proyecto da una primera suma de dinero: el capital social inicial. Se trata de unos 7.000 a 20.000 euros generalmente. Este dinero está destinado a pagar la entrada de la hipoteca, que siempre se contrata con una banca ética.

Posteriormente, la persona va pagando una cuota mensual muy por debajo de los precios de mercado. Una vez que se termina de pagar la hipoteca, las cuotas se reducen aún más. A diferencia de un alquiler habitual, no cambian las condiciones del contrato ni se pueden subir las cuotas.

La persona tiene derecho a vivir en la vivienda durante 75 años, pero si decide dejar la cooperativa, el capital inicial se le devuelve y, en su lugar, puede entrar un nuevo socio.

Bajando costes

Los costes son menores que cuando se habla de vivienda libre por varias razones; la primera es el suelo. En muchos casos el terreno es del municipio, que mantiene la propiedad pero lo cede a la cooperativa a cambio de un canon anual.

En otros casos se trata de terrenos privados que la cooperativa compra. Igualmente se da el caso de edificios ya construidos y en desuso, bien de propiedad pública o de bancos que se rehabilitan.

La construcción también se encarga a cooperativas de arquitectos y algunos socios pueden optar por terminar de hacer, ellos mismos, los acabados, lo que reduce costes.

En este modelo tampoco hay promotora que se lleve una comisión. Al frente está la cooperativa, que es una asociación de utilidad pública sin ánimo de lucro.

Aunque la idea en España es muy incipiente, en otros países las cooperativas en cesión de uso son un modelo muy extendido. Destacan especialmente Dinamarca (con un 30% del parque de viviendas, conseguido en 100 años), Alemania (10% del parque, más de 1,8 millones de viviendas, en 75 años) y Uruguay (5% del parque de viviendas en 40 años).

Pero más allá de los aspectos prácticos, el modelo también implica un cambio de mentalidad. Los protagonistas son los socios y, en cada proyecto, el grupo promotor se involucra activamente en todo el proceso, desde la búsqueda del terreno hasta el último detalle de la construcción.

Cambio de mentalidad

Actualmente hay 25 de estos grupos organizados buscando patrimonio en Catalunya en función de sus necesidades e intereses. Hay desde un grupo de familias jóvenes de Lleida que busca un terreno en las afueras porque quieren tener terreno para huertos, o un grupo de personas mayores que aspira a vivir en el centro de Barcelona.

Los socios, que se conocen desde el principio, están dispuestos a llevar una vida comunitaria más allá de su propia casa. Así, es frecuente que se planteen espacios comunes y que, por ejemplo, haya una zona de lavadoras comunitaria. Se emplean, además, criterios de eficiencia energética.

En el fondo, el modelo busca tener un impacto en lo que se refiere a la especulación inmobiliaria, porque las viviendas nunca salen al mercado libre, con lo cual no se puede especular con su venta o alquiler.

No se trata, como se puede intuir, de un proceso corto, puede durar de cuatro a cinco años, así que, si se está interesado, además de informarse, un primer paso puede ser sumarse a alguno de los grupos existentes en función de los intereses, o formar uno.

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