A plausos
La cita ineludible es a las 20.00 horas, cuando todo el país sale al balcón o a las ventanas a rendir un caluroso y merecido homenaje a los sanitarios que se están dejando la piel en la lucha contra el coronavirus, un aplauso que también se ha extendido a otros profesionales esenciales. También se podían haber elegido otras palabras, como aburrimiento, tan propio de este largo confinamiento, o asintomático, en referencia a esas personas que tienen el virus en el cuerpo pero que no presentan síntomas, aunque pueden transmitirlo.B ulo
Incluso en tiempos tan complicados como los que estamos viviendo siempre hay algunas personas que tratan de desinformar, de mentir, de contribuir al caos inventando o propagando informaciones falsas, en ocasiones solo por el hecho de hacerlo, como si fuera una gracia, y otras veces con oscuros intereses. Vox se ha demostrado un aprendiz aventajado en esta práctica. También podríamos haber elegido la palabra balcón, que ha cobrado gran protagonismo estos días.C oronavirus
Ya todos nos hemos familiarizado con este vocablo y con todo lo que representa. Sabemos que hay muchos coronavirus pero que este Covid-19 nos ha cambiado la vida. También podíamos haber optado por confinamiento, ese encierro del que aún no henos salido. O por curva, que nada tiene que ver con la carretera y de la que tan pendientes estamos para volver a la normalidad.D esescalada
Ni siquiera está en el diccionario, pero en los últimos días nos aferramos a esta palabra con el deseo de regresar poco a poco a la vida normal. Está vinculada al desconfinamiento, lo cual quiere decir también con la recuperación de la libertad.E rte
Todos hemos introducido estas siglas que significan Expediente de Regulación Temporal de Empleo en nuestras conversaciones. De hecho, ha sido la medida estrella del Gobierno para sortear la crisis y la parálisis en que nos hemos sumido sin que se disparasen las cifras de parados, que, aun así, lo han hecho. Pero los ERTE han suavizado la tragedia. Había otras palabras con esta letra, como esenciales, que ha cobrado un sentido especial y ha dignificado profesiones y trabajos que hemos aprendido a valorar. O EPI, esos equipos de protección individual que tanto hemos echado en falta.F amilia
Las quejas de aquellos que lamentaban el poco tiempo que disponían para disfrutar de la familia fueron escuchadas y el confinamiento ha permitido, para lo bueno y para lo malo, mantener al núcleo familiar reunido. Esperemos que haya servido para reforzar las relaciones entre parejas, entre padres e hijos y entre hermanos. No hay mal que por bien no venga. También había otras palabras, como fase, que nos invita a la paciencia, o franja horaria, que nos divide en sectores de población a la hora de salir a la calle.G el
Hemos descubierto el gel hidroalcohólico como solución desinfectante. Si en los primeros días desapareció de los puntos habituales de venta y su precio se disparó, ahora ya es pieza obligada en todos los lugares y, dado su éxito, su precio ha tenido que ser regulado por el Gobierno. Otra palabra que empieza por g y que ya nos es familiar es guantes. También podíamos haber destacado la palabra gimnasia, que tanto furor ha hecho en todas las casas incluso entre quienes jamás habían practicado deporte.H ibernación
Con este término se ha llamado a la reducción drástica de la actividad económica a la mínima esencial con vigencia del 30 de marzo al 9 abril para limitar aún más la movilidad de personas, una hibernación necesaria para evitar el aumento de los contagios pero que costará mucho recuperar.I mprescindibles
Los ha habido –los hay–, y muchos. Comenzando por los sanitarios y siguiendo por todas esas personas que se han mantenido al pie del cañón mientras la mayor parte de la ciudadanía se hallaba confinada para que la vida, al menos en lo que respecta a los servicios más esenciales, siguiera fluyendo. También se podría haber escogido la palabra inmunidad, esa a la que todos deseamos llegar.J ugar
La cuarentena y el largo periodo sin poder salir de casa nos ha hecho reencontrarnos con los juegos de mesa: hemos desempolvado el Monopoly o el parchís y jugamos con los pequeños de la casa a ir a la playa o de safari a África. Todo lo que sea para matar ese tiempo que, por una vez, incluso nos ha sobrado.K ilos
Los que hemos cogido de más, hasta el punto de que muchos han bromeado con que habría que hacer las puertas más anchas para poder salir de casa cuando todo esto acabe. De hecho, un estudio de Deusto Salud vaticina que los españoles ganarán entre 3 y 5 kilos de media durante el confinamiento debido a la falta de ejercicio, la ansiedad y la ingesta excesiva de alimentos.L aboratorio
En ellos está centrada toda nuestra esperanza, pues durante estos días y fruto de este nuevo virus hemos descubierto el valor y recuperado la fe en la ciencia, que debería darnos la gran solución.M ascarilla
Sin duda, es la gran protagonista. Ya la hemos interiorizado como una prenda más al salir a la calle, ir al súper, incluso es obligatoria en el transporte público. Todo sea por protegerse y evitar nuevos contagios. Había otras palabras que empezaban con m, como ese miedo que nos paraliza. O makers, ese palabro nuevo que hemos asumido ya y que define a ese ejército de personas que han dado una nueva vida a las impresoras 3D para hacer caretas y EPi. O la muerte, que tantas personas nos ha robado.N ueva normalidad
Es muy posible que ya nada vuelva a ser como era hace apenas unos meses. De hecho, ya no avanzamos hacia la normalidad, sino hacia la llamada nueva normalidad, esa que nos mantendrá distanciados, que impondrá las mamparas y que evitará el contacto físico.