El ocio nocturno de Tarragona, en la UCI

El futuro para el sector es incierto. O se reinventan o traspasan el local. Estas son las dos opciones para los empresarios

07 diciembre 2020 20:00 | Actualizado a 08 diciembre 2020 06:15
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Fueron los primeros en cerrar y todo apunta a que serán los últimos en abrir. El futuro de los locales de ocio nocturno de la ciudad de Tarragona es totalmente incierto. Lo que cada vez está más claro es que las opciones para estos empresarios se reducen a dos: o bien se reinventan y convierten sus discotecas en una especie de bar de tapas y de tardeo, o bien cierran el negocio y lo traspasan. Según algunos informes, el 30% de los locales catalanes ya no volverán a abrir sus puertas tras los nueve meses de pandemia. ¿Y en Tarragona, cuál es la situación? El ocio nocturno de la ciudad se encuentra en estado crítico, en la UCI.

El Diari es conocedor de que, al menos, el 50% de los empresarios del sector en la ciudad tiene intención de traspasar el negocio. En algunos casos, el trámite ya está casi listo, como por ejemplo, el Groove, el mítico pub ubicado en la calle Cervantes. Machete, el actual propietario, asegura que «la situación ya es insostenible. No se puede aguantar». La decisión ya está tomada. No es el único, pero la mayoría de empresarios que optan por esta opción prefiere no pronunciarse hasta tener el acuerdo firmado.

Traspasar los locales de ocio nocturno tiene sus peligros. Uno de ellos es que, teniendo en cuenta la situación, los nuevos propietarios opten por cambiar el modelo de negocio y, por ejemplo, convertir un bar musical en un restaurante. De esta manera, la presencia de locales de ocio nocturno iría poco a poco desapareciendo en la ciudad.

El sector también alerta de que los fondos buitres están empezando a interesarse por estos locales nocturnos, ya que se prevé que las licencias de discotecas se revaloricen cuando empecemos a recuperarnos de la pandemia. El colectivo tiene miedo a que, tras la crisis sanitaria, se produzca una especie de especulación con las licencias.

Toni Vera, propietario del The Premium Club –discoteca situada en la calle dels Rebolledo–, asegura que «no hay ningún negocio que pueda aguantar diez meses sin facturar ni un duro y haciendo frente a las facturas de luz, alquiler y agua». Vera regentaba, a parte de la discoteca, un bar musical en la misma calle. A finales de abril ya decidió cerrarlo. Ahora, se encuentra a la expectativa. «Estoy abierto a cualquier posibilidad. Lo único que sé es que tengo muchas ganas de trabajar y que es una vergüenza que la administración deje morir el sector de esta manera», comenta Vera.

Por otro lado, Àngel Pérez, propietario de la discoteca Bloomsbury de la calle Major, también está al límite. «No es normal que nos obliguen a cerrar a cambio de nada. El Ayuntamiento sacó unas ayudas por un valor de dos mil euros. Esto no da ni para pagar un 10% de los gastos generados en los nueves meses que está durando la pandemia», asegura Pérez.

En la misma línea se muestra Javier Guillén, responsable de comunicación de la discoteca Highland, de la Rambla Vella. En su caso, los propietarios tienen claro que no abrirán las puertas del local hasta que no puedan acoger el 70% del aforo habitual. «Es lo mínimo que necesitamos para no perder tanto dinero. Ahora estamos perdiendo, pero sabemos cuánto. Si abrimos, el problema puede empeorar», explica Guillén, quien añade que «estamos aguantando gracias a que somos una empresa muy sólida con una buena tesorería. Pero si la situación se alarga un año, tendremos que cerrar. La tesorería es finita». Por otro lado, la Sala Zero ofrecerá este sábado un concierto nueve meses después y tiene programados otros dos este diciembre.

Reinventarse o morir

Otra de las opciones que contemplan los locales con licencia de bar musical –no las discotecas– es la de reinventarse. Pasar de abrir a la medianoche, para hacerlo a las cuatro de la tarde. Así lo ha hecho el Totem Café –también ubicado en la Rambla Nova–. Hace dos semanas, el propietario, Christian Compte, subió la persiana y apostó por el tardeo, muy conocido y exitoso en algunas partes de la geografía española. «Hemos estado muchos meses cerrados, pero nos vemos obligados a buscarnos la vida tras tanto tiempo sin tener ninguna ayuda», dice Compte. Ahora, sirven copas y palomitas, pero Totem Café se prepara para servir tapas variadas. «No seremos un restaurante, nos adaptaremos a nuestro espacio», apunta el propietario, quien añade que «apostaremos por el tardeo. Hay que cambiar la concepción del ocio nocturno, al menos, por el momento». Además, después de cuatro meses solicitando la terraza, el Ayuntamiento ya ha aceptado la petición.

Las discotecas y bares musicales cerraron sus puertas el pasado 13 de marzo. Desde entonces y hasta hoy, solo han abierto un total de cinco semanas, con restricciones muy severas e insostenibles para la mayoría de estos locales.

Los empresarios confían en poder reabrir sus locales entre junio y julio de 2021. Compte, por su parte, tiene la esperanza de que la reapertura sea antes, gracias a los tests de antígenos. «Combinar las pruebas rápidas con una aplicación de móvil que demuestre que estás sano puede ser la clave», dice Compte. En esta línea, la Sala Apolo de Barcelona está preparando un concierto de mil personas para el próximo 12 de diciembre para probar la eficacia de los tests de antígenos. Veremos el resultado.

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