El ‘procés’ de Ciudadanos y ERC

El conflicto territorial relanza a las dos formaciones. Desde 2010 han multiplicado sus votos, desplazando a formaciones como el PP, el PSC o la ya antigua Convergència i Unió (CiU)

29 diciembre 2017 22:06 | Actualizado a 30 diciembre 2017 21:48
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28 de noviembre de 2010. Artur Mas (CiU) gana las elecciones al Parlament de Catalunya tras sumar 62 diputados y releva a José Montilla (PSC) como President de la Generalitat.

El Govern tripartito –formado por PSC, ERC e ICV– ha pasado factura a sus tres integrantes, que en conjunto acaban de perder 22 diputados respecto a los comicios de 2006.

Especialmente sangrante es el caso de la Esquerra Republicana liderada por Joan Puigcercós, que se queda con tan sólo diez escaños, siendo la quinta fuerza del hemiciclo.

Por su parte, Ciutadans –ya con Albert Rivera– no logra consolidarse y es la última fuerza de la cámara legislativa con solo tres escaños y un paupérrimo 3,39% de los votos.

Por lo que se refiere a Tarragona, ERC sumó un único representante tras sumar 26.000 votos, mientras que los naranjas se quedan sin diputado al no llegar ni al 3% mínimo exigido. 

Mucho ha llovido desde entonces para entender la explosión que han protagonizado Ciutadans y Esquerra. El proceso soberanista, el desgaste de formaciones como el PSC y el PP y la extinción de la antigua Convergència i Unió han cambiado, por completo, el panorama, hasta el punto de que ERC y Cs han multiplicado su poder en solo siete años.

Tocan fondo en 2011

Después de las elecciones autonómicas de 2010, ERC y Cs tocaron fondo en las municipales de mayo de 2011, cuando Esquerra perdió 35 concejales en la demarcación, quedándose fuera de los principales ayuntamientos como Tarragona o Reus. En esos comicios, Ciutadans logró un único concejal en la provincia.

El Procés, sin embargo, ha sido una válvula de escape para los dos partidos. Después de la primera gran manifestación independentista del Onze de Setembre de 2012, Artur Mas (CiU) convocó elecciones anticipadas para el 25 de noviembre de 2012.

CiU esperaba contar en esas elecciones con una mayoría absoluta que rubricara su apuesta por el Pacte Fiscal, pero se encontró con 12 diputados menos (50) y una ERC ya comandada por Oriol Junqueras que subió once escaños, tres de ellos en la circunscripción de Tarragona, donde dobló su número de votos.

Por su parte, Ciutadans logró su primer diputado (Matías Alonso) tras triplicar su volumen de apoyos, al pasar de los 8.400 a los más de 26.000.

Poco después, Esquerra dio un nuevo tirón en las Elecciones Europeas de 2014, logrando ser la primera fuerza en Catalunya y también en Tarragona, donde sumó el 25,2% de los sufragios.  

El presidente regional en el Camp de Tarragona de ERC, Ferran Civit, considera que una de las claves del progreso de Esquerra es que «llevamos en nuestro ADN desde 1931 la reivindicación de ser la referencia de la izquierdas nacional», equilibrando «las reivindicaciones para la República con las denuncias de los privilegios de los que apoyan a las empresas del Ibex 35».

A juicio de Civit, otro de los factores que han empujado a ERC ha sido el hecho  de que ahora el partido se ha actualizado «incorporando a gente de todos los orígenes y de perfiles diferentes que nos hacen ser un retrato fiel de lo que es el país», como demuestra el hecho de que forman parte de las candidaturas personas con pasado en el PSC o Unió Democràtica.

2015: el punto de inflexión

Las elecciones municipales de mayo de 2015 fueron la confirmación de ERC como primera fuerza independentista –en gran parte apoyada por la desintegración de CiU– y la explosión de Ciutadans, que en esos comicios se erigió como una importante alternativa en los grandes ayuntamientos, en este caso también en el de Tarragona ciudad.

Esquerra subió en la demarcación de Tarragona hasta los 419 ediles, mientras que Ciutadans hizo acto de presencia en la mayoría de consistorios, con un total de 33, si bien no logró ninguna alcaldía.

El plato fuerte de ese año llegó en la cita con las urnas del 27-S. En esos comicios, ERC rubricó un acuerdo con CDC para poner en liza Junts pel Sí, una candidatura que ganó las elecciones sumando 62 diputados.

Ciutadans dio entonces su segundo gran salto, ya que volvió a triplicar su número de votos, pasando de los diez diputados a los 25 de la mano de Inés Arrimadas.

En Tarragona, además, los naranjas fueron la segunda fuerza tras la coalición soberanista, llegando hasta los 80.000 votos y el 19% de los apoyos, unas cifras que fueron más altas que las que sumaron conjuntamente el PSC y el PP. 

Entre finales de 2015 y junio de 2016 tuvo lugar la doble cita con las Elecciones Generales, en las que ERC se asentó como segunda fuerza de Tarragona –por detrás de los Comuns–, mientras que Ciutadans dio el salto al Congreso, sumando primero 40 escaños y luego 32, convirtiéndose en la cuarta fuerza española.

El exsecretario general y ahora miembro de la ejecutiva, Matías Alonso, considera que el crecimiento «es fruto de nuestra tarea parlamentaria y del mejor conocimiento de nuestras propuestas», así como el hecho de que «la voz de Ciutadans ha sido la más clara para desmontar las mentiras del independentismo».

Asimismo, el representante del partido naranja está convencido de que Cs «no ha tocado techo». 

Precisamente, los comicios del 21-D consolidaron la tendencia positiva de ambas formaciones. Por primera vez, ERC pasó por delante de los exconvergentes, sumando más de 104.000 votos en Tarragona –por los 95.000 de Junts per Catalunya– y acreditando sus mejores resultados desde la recuperación de la democracia.

Desde 2010 ERC ha logrado 78.000 nuevos apoyos. Por su parte, Ciutadans confirmó la campanada y superó los 100.000 votos en la demarcación y el millón en el conjunto de Catalunya, llegando hasta los 36 escaños en el Parlament y rozando el sexto en Tarragona, que perdió en el recuento del voto exterior a favor de un PP que vive sus peores momentos con sólo cuatro diputados que deberán estar en el grupo mixto, seguramente sin la CUP.  

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