El radar de tramo de la A-7 acumula 33.000 multas en un año

Los accidentes han disminuido progresivamente desde que el control de velocidad fue instalado en 2017. En los últimos siete años solo ha habido una víctima mortal, en 2015

08 enero 2022 18:00 | Actualizado a 09 enero 2022 07:20
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Tras un 2019 en el que estuvo funcionando a medias por una avería, y un 2020 en el que la movilidad se redujo a niveles nunca vistos a causa de la pandemia de la covid-19, el radar de tramo de la A-7 a su paso por Tarragona ha recuperado este 2021 las cifras habituales de sanciones impuestas por circular por él a una velocidad de más de 80 km/h. En 2017, cuando entró en funcionamiento, registró un total de 33.301 infracciones, 10.314 en sentido Valencia y 22.987 en sentido Barcelona. El año siguiente, se batieron récords, pues se abrieron un total de 49.888 expedientes sancionadores, la mayoría de los cuales para conductores que se saltaron la norma circulando en sentido Valencia, 33.126, respecto los 16.762 que lo hicieron en sentido norte.

El 2019 fue un año extraño, en el que una avería provocó que el controlador de velocidad que va desde la altura del cementerio hasta Les Gavarres estuviera fuera de servicio en sentido Barcelona. Según fuentes de Trànsit, cada vez que se rompe el radar es necesario realizar un proceso de validación y control para asegurar que funciona correctamente. El tiempo que dura este proceso, sumado a la lentitud de contratación de la administración, provocó que se tardara tanto en recuperar su actividad. Así, durante ese año solo se registraron 14.139 infracciones, todas en sentido Valencia.

«El tramo no es suficientemente peligroso para instalar un radar de ese tipo, tendría más sentido uno móvil de vez en cuando»

Carles Oliver. Presidente Autoescoles TGN

Las incidencias técnicas continuaron en 2020, lo que provocó parones sucesivos entre el 14 de febrero y el 2 de noviembre. Eso, sumado a la poca movilidad por carretera durante algunos meses debido al confinamiento por la pandemia, hizo que durante todo el año se registraran 21.800 sanciones, la segunda cifra más baja de la historia del radar. De éstas, 8.428 infracciones se cometieron en sentido Valencia y 13.372 en sentido Barcelona. Finalmente, este 2021, con el radar en pleno funcionamiento y sin restricciones de circulación, se ha vuelto a cifras más cercanas a las de 2017 y 2018. En total se han abierto 32.923 expedientes sancionadores por superar la velocidad permitida, de los cuales 9.733 a conductores que conducían hacía el sur y 23.190 que hacían lo propio en dirección norte.

Cabe recordar que los radares de tramo funcionan a través de un equipamiento de reconocimiento de matrículas situado al inicio y al final del sector controlado que mide el tiempo de recorrido de los 4 kilómetros, en el caso del de la A-7, y calcula la velocidad media para determinar si se ha superado el límite máximo de velocidad permitido. La sanción mínima que se pone por superar la media de 80 km/h es de 100 euros, la misma cuantía que hasta los 110 km/h, y no comporta retirada de puntos del carné. Si el vehículo circula entre los 111 y los 130 km/h, la multa es de 300 euros y comporta la retirada de dos puntos, mientras que si el exceso es de entre 131 y 140 km/h, el importe de la sanción aumenta hasta los 400 euros y supone la retirada de 4 puntos. Entre 141 y 150 km/h, la multa, aún considerada grave, como en los anteriores casos, asciende a 500 euros y seis puntos menos en el carné. Se considera como muy grave circular a más de 151 km/h. En este caso, la multa sube a 600 euros y se retiran, también, seis puntos del carné.

Reducción de los accidentes

Ciertamente, desde que se instaló el radar de tramo se han ido reduciendo de forma considerable los accidentes con víctimas en la parte de la A-7 que abarca. En 2015 fueron 23, con 32 víctimas, 28 de las cuales leves, dos graves y una persona perdió la vida. Se trata del único fallecido en los últimos siete años, pues desde entonces nadie más ha muerto en ese tramo. En 2016, hubo 24 accidentes, con 36 víctimas, todas heridas leves.

«Parece que esté puesto más para sancionar y recaudar que para evitar accidentes»
Carles Oliver. Presidente Autoescoles TGN

Al año siguiente, el del estreno del radar, los incidentes ya cayeron a 20, así como también hubo menos víctimas, tan solo 28 y ninguna con heridas graves. En 2018 fueron 21 los accidentes, con 35 víctimas, afortunadamente todas leves. En los últimos tres años es cuando más se ha notado esa disminución de la siniestralidad. En 2019 hubo 16 accidentes, con 35 víctimas, una de las cuales, eso sí, herida grave. En 2020 solo hubo 6 accidentes, con seis víctimas, todas ellas con heridas leves. Finalmente, este año, hasta el 14 de diciembre, se han producido 15 accidentes en ese tramo con un total de 23 víctimas y una de ellas acabó hospitalizada en estado grave.

¿Un radar para recaudar?

Con todo, el presidente de la Associació d’Autoescoles de la Província de Tarragona, Carles Oliver, cree que «ese tramo no es suficientemente peligroso como para instalar un radar de este tipo». Reconoce que «es cierto que cuando los conductores lo ven frenan, pero no hay ningún tipo de peligro y creo que seria más adecuado poner de vez en cuando un radar móvil». Por otro lado, Oliver señala también que «incluso hay mucha gente que se incorpora cuando ya ha empezado el tramo o que sale antes de que acabe y no lo hacen entero y, por lo tanto, no tienen la necesidad de cumplir con los 80 km/h». En este sentido, destaca que «uno que vaya a 120 km/h y haya entrado después o salga antes no es multado, pero uno que vaya todo el rato a 90 sí».

El presidente de la asociación de autoescuelas dice que «me gustaría que algún técnico me explicara que diferencia hay entre este tramo y el de antes y el de después, en los que se puede circular a 120 km/h», y llega a la conclusión de que «parece que esté puesto más para sancionar y recaudar que para evitar accidentes». Oliver, que insiste que en ese tramo no hay peligro claro, reconoce que hay más incorporaciones que en otras partes de la carretera, pero ante ello defiende que «los conductores deben espabilar y no salir si ven que viene otro por el carril y esperar a que la carretera esté despejada».

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