El restaurante vegano de Tarragona seguirá prohibiendo la entrada de biberones

Los dueños de 'El Vergel' defienden su decisión de prohibir el acceso de todo tipo de productos animales, pero niegan haber expulsado a ninguna madre por dar de comer a su bebé

19 mayo 2017 15:51 | Actualizado a 21 mayo 2017 13:21
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El asunto saltó a la palestra con un comentario en el portal Trip Advisor. Una usuaria que se identificaba como ‘Madre humillada’, explicaba en su opinión sobre el restaurante vegano ‘El Vergel’, ubicado en la Calle Mayor, que «Estuvimos celebrando un cumpleaños con amigos, a mi bebe de 4 meses le tocaba comer y le di el biberón. Poco después de empezarlo, el camarero me puso un papel al lado de mi plato y se fue. El papel ponía que no se puede entrar con comida de origen animal y si se trata de biberón pues tampoco. Alucinante. No sabía qué hacer, fue una situación totalmente inesperada, humillante y sin poder defenderme...Al acabar la cena me dijo (el camarero) que la próxima vez me prepararán un biberón de leche vegetal… Esto no funciona así. Los bebes están en desarrollo y no pueden cambiar de comida como un adulto.»

En la respuesta al comentario uno de los propietarios del local, Alvaro Soto, lamentaba que la clienta se hubiera sentido humillada, aunque terminaba su exposición lamentando que «las madres verdaderamente humilladas son aquellas violadas durante toda su vida para tener bebés que son robados y descuartizados para que los humanos les arrebatemos la leche que era para ellos: estas madres son las vacas, ovejas y cabras, víctimas del biberón de su hijo».

La polémica tardó poco en saltar a las redes sociales y de allí a todos los medios de comunicación, primero a una revista infantil y después a canales de TV y medios nacionales. El otro dueño del restaurante, Angel Martín, explicaba que se habían visto obligados a cerrar sus perfiles en Facebook e Instagram debido a los insultos que estaban recibiendo.

Martín confirma la norma interna del local que prohibe la entrada de todo tipo de productos de origen animal, también de potitos para bebés y biberones de leche de vaca. Recuerda que la norma está escrita en un cartel a la entrada al establecimiento y que luego se recuerda personalmente a los clientes antes de entrar a la sala por si alguno se ha percatado. Eso sí, apunta, nunca han expulsado a nadie del local, como afirmaron algunas noticias, tampoco a la madre del comentario de Trip Advisor.

Insisten en que son un local de ocio al que los clientes acuden voluntariamente y tienen derecho a imponer sus normas «igual que te piden el gorro para entrar a la piscina, o te dicen que no puedes entrar a un local en bikini... No les estamos diciendo como alimentar a sus hijos, sino que tenemos unas normas», apunta.

Martín lamenta que la polémica se está convirtiendo en una discusión «veganos sí, veganos no», que les está haciendo daño. Señala que «Estamos emocionalmente muy afectados y estamos perdiendo clientes... Hay 14 personas, 14 empleados que dependen de esto». Están estudiando qué medidas legales tomar.

También aprovecha para negar como les han acusado en las redes de ‘talibanes’ o de ser anti-niños «no discriminamos la entrada a nadie, tenemos tronas, lápices libros de mandalas, potitos de verduras, preparado para papillas. No odiamos a los niños».

Apunta que en los tres años que lleva abierto el establecimiento ya habían tenido conflictos de este tipo y por ello habían decidido colgar el cartel de la entrada, pero nunca habían tenido una polémica de estas proporciones.

 

-----> Esta es la discusión que tuvieron la madre y el propietario del local en Trip Advisor 

 

¿Estamos ante un posible conflicto legal?

La directora del Observatorio Justicia y Defensa Animal y abogada de Derecho Animal, Nuria Menéndez de Llano, explica que el restaurante «podría estar amparado por el derecho a la libertad ideológica y de conciencia. En esta ideología entraría la filosofía vegana, de no querer dañar a los animales y no utilizar ningún producto alimenticio o de otro tipo que implique la explotación de los animales». El restaurante también estaría amparado por el derecho a la libertad de empresa. «Cuando creas tu propia empresa puedes dictar tus propias normas dentro de la legalidad. Creo que a nadie le llama la atención que en cualquier restaurante no se pueda entrar con comida y bebida del exterior para ser consumida allí».

Estos son algunos de los argumentos legales que servirían para defender la postura del restaurante, pero por encima está, según la experta, «el interés superior del menor». «La protección del menor es un interés que está por encima de las libertades individuales», afirma Nuria Menéndez de Llano. Y se pregunta «quién va a imponer a un bebé otro alimento diferente al que está acostumbrado, nos guste o no, o nos parezca bien o mal». «El límite está en los intereses del menor de edad. Nadie puede decirle a una madre cómo debe alimentar a su hijo», concluye la experta.

 

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