El reto de aparcar barato en Tarragona

Quiniela de precios. Las tarifas de los parkings oscilan entre los 5,50 y los 20 euros al día. ¿Es normal que dos empresas municipales gestionen parkings... a precios distintos?

04 abril 2018 19:57 | Actualizado a 05 abril 2018 07:37
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Reconozco que soy un usuario habitual de los aparcamientos soterrados. Durante el día tengo un abono de 12 horas a 20 euros al mes en el de delante de Joan XXIII y, cuando salgo a cenar, lo dejo en el de la Avinguda Catalunya, que en horario nocturno tiene una tarifa de 0,60 euros la hora, por lo que el ticket de estacionamiento –normalmente de unas tres horas entre el ágape y tomar algo– puede ni llegar a los dos euros. Por ello, debe decirse que Tarragona ha mejorado mucho su tarifa en los aparcamientos municipales, ya que el máximo diario es de 5,50 euros, una cifra que está a años luz de los más de veinte euros que puede llegar a costar –como límite– un estacionamiento gestionado por una empresa privada. 

Precisamente, éste es el gran problema. Hay una enorme variedad en las tarifas, debido a que el Ayuntamiento no se encarga directamente de todas las instalaciones, ya que solo lo hace con diez de los 16 equipamientos. Hay seis (los más céntricos, como son los dos de la Rambla Nova, el de la Plaça de la Font, el de El Serrrallo, el de La Pedrera o el de Fra Antoni Cardona i Grau) que están en manos de empresas privadas. Esto provoca que los que somos de la ciudad sí que sepamos que hay precios reducidos para dejar el coche en los parkings Saavedra, Avinguda Catalunya, Battestini (que no es soterrado), Rambla Lluís Companys, Torroja (al aire libre), Estació d’Autobusos, Francesc Bastos y Joan XXIII. Los que vivimos o trabajamos en la ciudad ya sabemos con detalle los trucos para estacionar a low cost y, asimismo, conocemos la estrechez que tienen casi todas las instalaciones, tanto para poder estacionar el vehículo como para bajar o subir de planta. Fíjense, si no, en el de la Plaça Corsini, que ha regalado innumerables «recuerdos» a los coches de los turistas. 

Con todo ello, llego a la conclusión de que el visitante –o el no tarraconense– va muy perdido a la hora de intentar dejar el coche bajo techo. Si tiene suerte, puede encontrarse con un párking low cost en la segunda corona, ya que hacerlo en el «meollo» es una misión (casi) imposible. Por ello, si quiere aparcar de forma soterrada en la Rambla Nova o en la Plaça de la Font deberá rascarse el bolsillo, con unas diferencias de precio absolutamente desorbitadas con las de Aparcaments Municipals. Yo mismo, hace dos fines de semana, me atreví a dejar mi coche tres horas en el de El Serrallo. La factura fue de casi de siete euros. Un atraco a mano armada.     

A lo largo de los últimos tiempos el gobierno municipal ha reivindicado la importancia de rebajar el coste del párking para atraer a potenciales visitantes que vengan a comprar y comer a la ciudad. La idea es que estacionar el coche no les signifique un «menú extra» de unos diez euros. Esta filosofía me parece la más correcta, más cuando pasan los años y los parkings siguen con las mismas deficiencias de siempre, con plazas estrechas y máquinas que se estropean cada dos por tres.  

Hace tiempo que me pregunto por qué el Consistorio tiene dos empresas que gestionan aparcamientos. Una de ellas –Espimsa– se dedica, en teoría, a los mercados municipales. Sin embargo, también lleva los dos parkings del Mercat, con precios más altos que la firma municipal que, en teoría, se dedica a los parkings, como es Aparcaments. ¿No sería más lógico –y económico para el usuario– que estos espacios los gestionara también Aparcaments?  

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