El reto de la igualdad

Acabar con los estereotipos. Exatletas de máximo nivel internacional denuncian que las deportistas aún sufren discriminaciones machistas

20 marzo 2019 09:49 | Actualizado a 22 marzo 2019 13:12
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Ona Carbonell, Mireia Belmonte o Laia Sanz son algunas de las referencias que el deporte femenino español tiene a día de hoy en primera linea mundial. Durante los últimos años, las competiciones de mujeres han tomado una notable relevancia, como demuestra el hecho de que el pasado domingo el estadio del Wanda Metropolitano registró una entrada de más de 60.000 personas para presenciar el partido de fútbol entre el Atlético de Madrid y el Barcelona, que se decantó del lado culé por 0-2. 

Pese a ello, las deportistas de alto nivel deben hacer frente aún a muchos estereotipos y discriminaciones que provocan que «tengamos que ser mejores para ser tratadas igual que los hombres», según se expuso ayer en la Cambra de Comerç en el debate sobre Conductes sexistes a l’esport.   

En la jornada se presentó el audiovisual Més que una medalla, que se grabó durante la celebración de los Juegos del Mediterráneo y que pretende visualizar los obstáculos que deben superar las plusmarquistas para poder desarrollar sus carreras. En el vídeo se recogen las opiniones de mujeres que practican deportes tradicionalmente liderados por hombres, como Irene Martínez (halterofilia), Lydia Pérez (lucha libre) o Eva Calvo (taekwondo). 

De especial valor es el testimonio de la atleta retirada argelina Hassiba Boulmerka, quien llevó guardaespaldas durante 13 años tras las amenazas de muerte recibidas de grupos fundamentalistas islámicos por correr en pantalón corto y negarse a usar el velo en actos públicos. 

Educación desde la escuela
Las ponentes hicieron un especial hincapié en la fase de educación, que debe impulsarse tanto desde los centros educativos como a nivel familiar. Judith Solanas, del Institut Català de l’Esport, expuso que en la fase de fomento del deporte el porcentaje de niños y niñas es del 50%. «Sin embargo, cuando llegan a la edad de competir el índice se decanta un 60% a favor de los niños» resalta. 

La exatleta Covadonga Mateos especifica que la diminución de deportistas se detecta especialmente en la etapa de la ESO «por los cambios hormonales, lo que provoca que a las niñas les cueste más competir. Entre todos debemos trabajar para que esto no pase», a la vez que critica que «en los medios se destaquen más los atributos femeninos que los logros deportivos». 

En la misma linea se expresa la extenista y entrenadora profesional Carme Ripoll. «Las chicas debemos llegar tres veces para que se hable de nosotras. Además, hay temas como la maternidad, los bajos contratos laborales o la falta de ayuda de los patrocinadores que no ayudan», afirma. Ripoll resalta, además, que «en vez de valorarse los retos o las hazañas, en deportes como el tennis impera la feminidad, lo que hace un flaco favor al deporte», indica. 

«Una herramienta para igualar»
La tarraconense Bito Fuster, que fue campeona del mundo de gimnasia rítmica en 1991, reconoce que «aún hay mucho camino por recorrer» y cita que «en los puestos de responsabilidad de los Juegos había siete hombres por una sola mujer». Pese a ello, destaca que «dos instalaciones como el estadio de atletismo y la piscina olímpica llevan nombre de mujer», como son Natalia Rodríguez y Sylvia Fontana.  
Fontana –olímpica en Montreal 76– resalta que el deporte «es una gran herramienta para la igualdad», si bien lamenta que «para las mujeres la belleza es una exigencia más, cuando lo más importante es dar una imagen de liderazgo y seguridad, más allá del físico». 

Finalmente, el director de deportes de los Juegos del Mediterráneo, Ramon Cuadrat, indicó que el 40% de los deportistas del evento «fueron mujeres» y se mostró convencido de que la base para lograr la igualdad «debe empezar ya desde casa».

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