El sociosanitario de Tarragona cierra menos camas pero la plantilla pide más personal

Los sindicatos avisan que la empresa no llegará a tiempo de contratar a más profesionales para sobrevivir al verano

24 julio 2017 20:06 | Actualizado a 25 julio 2017 07:05
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Más recursos y más personal. Esta es la frase que repiten hasta la saciedad los trabajadores del Hospital Sociosanitari Francolí. Y es que, por fin, después de muchas reivindicaciones, han conseguido que no se cerraran las 39 camas del centro que, normalmente, quedaban deshabitadas durante el mes de agosto. Este año, y según un comunicado de la propia empresa GiPSS, solamente se cerrarán 19 camas. Un avance importante, según los profesionales sanitarios. Pero no todo es de color de rosa. Los trabajadores sufren porque están convencidos de que la empresa no dotará el centro de más profesionales. El estrés y la carga de trabajo les preocupa.

Según el comunicado de GiPSS, la empresa tiene intención de contratar, para dar cobertura al cierre parcial de la zona, a un médico, una enfermera para cada turno, dos auxiliares de enfermería para el turno de mañana y tarde y un auxiliar y medio para el turno de noche. De momento, según explican los trabajadores, solamente ha llegado una médica, «que creemos que sustituye a otra médica que está de baja. No se trata de un refuerzo, sino de cubrir una ausencia», asegura Anna Padrol, delegada sindical de Metges de Catalunya y de AMIC, quien añade que «aquí no ha aparecido nadie más».

Por norma general, la empresa cierra 39 camas de un ala del hospital. Este año solo clausura 19

Todo empezó cuando la empresa decidió, hace años, cerrar un ala del Hospital Sociosanitari Francolí, con el objetivo de poder dar vacaciones sin necesidad de contratar a más personal. «La argumentación es fácil. Cierran camas, hay menos enfermos y, por lo tanto, la empresa se ahorra sueldos de sanitarios que cubren los puestos de trabajo de aquellos que están de vacaciones», explica Padrol, quien considera que «es muy injusto que el enfermo sea quien tenga que pagar estas situaciones de ahorro». El problema es que, con esta medida, las listas de espera se harán más largas que nunca, ya que aquellos pacientes que no son ingresados en el Sociosanitari Francolí en verano deben esperarse a septiembre. 

Este año, la cosa ha cambiado; después de muchas denuncias y reivindicaciones, el centro sanitario solamente cerrará 19 de las 39 camas previstas. Todo un logro.

Pero la  alegría es contenida. Por un lado, los profesionales están contentos porque «no tendremos que dar altas precipitadas, y contaremos con más camas y, por lo tanto, la atención asistencial será de más calidad. Pero por otro lado, somos conscientes de que tendremos más carga de trabajo», explica Tani Francesch, delegada sindical de Metges de Catalunya y de AMIC. A partir de ahora, los trabajadores deberán atender el doble de pacientes de lo habitual, ya que gran parte de la plantilla está de vacaciones y no se cubren estos puestos, «de momento», apunta Francesch, quien asegura que «a estas altura del año es muy difícil encontrar profesionales, ya que quien quiere trabajar en verano ya se ha buscado la vida».

La situación provoca listas de espera, porque los pacientes no pueden ingresar

La noticia del cierre de solamente 19 camas llegó el día 14 de julio y ha provocado algún problema entre los profesionales, «ya que la mayoría de pacientes ya tenían preparada el alta». Y es que en los años anteriores, el día 1 de agosto las camas tenían que estar vacías. 

Listas de espera

A causa del cierre parcial del ala, durante los meses de verano el número de pacientes que ingresa en el Sociosanitari Francolí es menor que el resto del año. Y no es porque los tarraconenses dejen de ponerse enfermos, sino porque deben quedarse ingresados en el Hospital Joan XXIII. Ignacio Tomás, médico del equipo de PADES del Tarragonès, destaca la diferencia entre un centro hospitalario y el otro. «En el Sociosanitari Francolí hacemos rehabilitación, recuperación y estabilización. El objetivo es que el paciente recupere su funcionalidad lo más rápido posible. En cambio, en Joan XXIII el objetivo es solucionar el problema que ha ocasionado la pérdida», explica Ignacio Tomás. El cierre de las camas provoca grandes listas de espera, ya que los enfermos deberán esperar en Joan XXIII hasta llegar a septiembre, cuando empieza la normalidad.

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