El teletrabajo y la Covid-19 dejan sin clientes de menú del día a los restaurantes

Un estudio de la Federación Española de Empresas de Distribución a Hosteleria y Restauración anuncia que la caída de la actividad hostelera acumula una pérdida en septiembre del 45%

02 octubre 2020 17:10 | Actualizado a 03 octubre 2020 08:51
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El teletrabajo y la crisis del coronavirus están poniendo en jaque al sector de la hostelería y a uno de sus principales canales de ingresos, como son los menús diarios. La opción de trabajar desde casa o de comer directamente en el trabajo mediante la herramienta ‘tupper’ con el objetivo de reducir gastos ha ganado fuerza, reduciendo la capacidad de ingreso de los restaurantes mediante esta oferta. No hablamos de un hecho baladí, puesto que hay muchos restaurantes que tienen este target como una de sus principales fuentes de ingreso.

Este es el caso del restaurante Besso, situado en el corazón de Salou y que ha visto cómo su clientela al mediodía se ha visto reducida tras su reapertura. «Es cierto que durante los mediodías viene menos gente y eso es debido a que el teletrabajo ha hecho mucho daño en ese sentido. Ahora por los mediodías vienen pocos trabajadores, vecinos de la zona y empresarios que aprovechan su día de fiesta para venir a comer aquí. Pero lo mismo te encuentras con que un mediodía tienes bastante ambientillo, con que al día siguiente hay poco trabajo», explican Manolo Martínez y Juanpe Lara, dueños del restaurante salouense.

El verano no ha sido bueno para la hostelería debido a las restricciones de la Covid

Esta reducción de venta de los menús del día también la confirma Javier Escribano, presidente de la Associació d’Empresaris d’Hosteleria de Tarragona: «Ha afectado muchísimo, el menú diario que te mantiene diariamente pues está tendiendo a desaparecer por el teletrabajo. Los pocos restaurantes que pueden trabajar durante la semana gracias a este tipo de clientela tienen su época fuerte ahora, con el invierno, y ni siquiera ellos van a poder disfrutarla».

Un verano complicado

Más allá de los menús diarios, el sector en general de la hostelería está contra las cuerdas. Los meses pasan y la recuperación económica no llega porque ni la reapertura tras el confinamiento ha sido suficiente para cerrar una herida que amenaza con irse haciendo más grande. «El verano ha sido desastroso. La temporada alta en Tarragona comienza en abril y termina en octubre. Este año hemos trabajado solo dos meses durante esta época y hemos facturado la mitad. Hemos acabado agosto y septiembre ha sido pasar directamente a noviembre porque ahora hay cero turismo. Entre semana se ha dejado de trabajar, ya que ahora solo tenemos clientela de verdad los fines de semana. No tenemos los ahorros que hacemos durante todos los siete meses restantes del año y además la climatología a partir de ahora provoca que muchos días no se pueda estar fuera, en la terraza, y muchos locales tienen una limitación del 50% del aforo e incluso algunos más». Así de explícito y contundente se muestra Javier Escribano, presidente de la Associació d’Empresaris d’Hosteleria de Tarragona.

Por su parte, Martínez y Lara aseguran que ellos sí que han podido resistir tras el confinamiento gracias en parte a que una zona como Salou les ayuda sobre todo en la época del verano: «La gente ha respondido bien. Cada vez tenemos más clientes de distintos puntos de la provincia y sobre todo en verano hemos tenido mucha clientela de vecinos que tienen en Salou su segunda residencia. Ha venido mucha gente de La Rioja, Navarra, Zaragoza...».

Los hosteleros temen que los clientes se reduzcan aún más por la incertidumbre

A pesar de ello, los dueños de Besso no niegan que también se han visto afectados por el coronavirus: «Obviamente, no estamos como antes. Las restricciones de aforo para proteger al cliente las estamos notando y el hecho de tener que cerrar a la una también nos está haciendo mucho daño. Por suerte, tenemos que agradercer al Ayuntamiento de Salou el hecho de que mientras sigan las restricciones no tenemos que pagar el impuesto de las terrazas. En Tarragona, por ejemplo, tienen que pagar a partir de ahora. Por lo tanto, es un detalle que tenemos que agradecer».

Las sensaciones extraídas por la cruda realidad que se está viviendo son malas por parte de los hosteleros tarraconenses y los números a nivel nacional tampoco ayudan a vislumbrar el futuro con cierto optimismo. Según un estudio de Fedishoreca (Federación Española de Empresas de Distribución a Hosteleria y Restauración), «la caída de la actividad del sector de la Hostelería en el primer semestre ha sido de más del 50% y a mediados de septiembre acumula una pérdida del 45%».

Un verano para cubrir gastos

Javier Escribano cree que son importantes resaltar estos datos, ya que la gente puede tener una idea equivocada viendo que algunas terrazas de la ciudad tienen un bueno número de comensales y clientes a lo largo del día. Los hay, pero no suficientes como para detener la sangría económica que se está viviendo en el sector hostelero.

«La gente sale a la calle y ve que las terrazas están llenas y cree que ha pasado todo, pero la realidad es que ni mucho menos. Hemos perdido muchos meses de ingresos, hemos trabajado solo dos y ahora estamos facturando la mitad y ya ni eso con el verano ya pasado», relata el presidente de una de las asociaciones hosteleras de la provincia.

Además añade que «ha sido un verano para cubrir gastos, pero no hemos ahorrado nada».

Lejos de mostrarse optimista con lo que viene, Escribano apunta a que ahora es cuando van a comenzar a ver las consecuencias más extremas de la crisis del coronavirus en el sector de la hostelería: «A partir de ahora se vienen cierres temporales y otros negocios no van a poder aguantar y van a tener que cerrar de manera definitiva».

Martínez y Lara tampoco ven nada claro el futuro y afirman lo siguiente: «Ahora mismo todo se resume con la palabra incertidumbre. Antes te podías plantear las cosas a dos meses vista; ahora no se puede, ya que no sabes si en dos meses estarás confinado o vete tú a saber».

Para el hostelero tarraconense hay diversos motivos por los cuales ha bajado la clientela a nivel general pese a la reapertura de bares y restaurantes tras el confinamiento. Ni el verano ni el buen tiempo han sido capaces de derrocar un contexto crítico en el que el miedo a gastar y las limitaciones físicas para reducir el riesgo de contagio de la covid se han impuesto por encima de todo.

«Hemos tenido y vamos a tener una falta de clientes importantes por el coronavirus y por la crisis económica que viene. Hay gente que se ha quedado sin trabajo y no puede ir a cenar fuera y otra que tiene miedo a quedarse sin empleo y prefiere gastar lo mínimo posible porque no sabe lo que vendrá».

Escribano se muestra todavía más firme para hacer hincapié en un aspecto que le tiene algo cansado: «Parece que los hosteleros siempre somos los que salimos a quejarnos. Nos gustaría que el Ayuntamiento hablara con los puestos indirectos de la hostelería y alucinarían con el nivel de miedo que tienen estos sectores».

Además, el presidente Associació d’Empresaris d’Hosteleria de Tarragona no duda en lanzar un dardo al Ayuntamiento, al que agradece algunas de sus acciones pero al que le pide más ayuda: «Tarragona no puede sacar pecho porque no ha sido pionera en nada. El Ayuntamiento nos ha ayudado en lo que ha podido, pero solo ha sido durante seis meses, que está bien, pero ahora por ejemplo nos podrían ayudar con el tema de los impuestos de las terrazas y las basuras».

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