El vecino de TGN que colecciona quejas para el Síndic

El equipo del defensor del pueblo recogió 18 reclamos contra el Ayuntamiento, casi la mitad de los 40 de todo el año pasado. Hubo para todos los gustos

09 noviembre 2018 09:19 | Actualizado a 09 noviembre 2018 09:22
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Rafael Egea es un vecino de Tarragona que se ha dado a la tarea de documentar con fotos y algunos recortes de prensa grandes y pequeñas calamidades que aquejan a la ciudad y sobre las que, asegura, el Ayuntamiento hace oídos sordos. «Y eso que no he traído todas las fotocopias», advierte, mientras enseña un buen pliego de papeles.
Egea es uno de los 31 ciudadanos que ayer acudieron a entrevistarse con el equipo del Síndic de Greuges en su visita a la ciudad. En esta oportunidad se presentaron 41 quejas, de las cuales 18 iban dirigidas al Ayuntamiento de Tarragona. Son casi la mitad de las 40 que se recibieron en todo el año pasado.

Del cableado a la Guàrdia Urbana
La lista de Egea es larga y variada. Hay fotos de montones de basura al lado de contenedores «porque sobra permisividad» y de fachadas de edificios surcadas por un enjambre de cables eléctricos, «un peligro».
Sobran asuntos difíciles de entender, dice, como el de la recogida selectiva: los envases se pueden tirar las 24 horas, pero el papel sólo se puede desechar hasta las nueve de la noche. 

Se fija en los carteles de los parquímetros que anuncian la tarifa de lunes a viernes y festivos. «¿Y los sábados?», pregunta. Documenta, además, señales con errores de ortografía y parkings de motos donde éstas no caben.
Pero tal vez lo que más le preocupa es que, a su juicio, la Guàrdia Urbana tarda demasiado en llegar si se la necesita. Relata que lo ha vivido en carne propia cuando ha tenido que llamar porque un coche bloqueaba el párking y enseña una noticia del Diari donde se reseña la respuesta que dieron a una vecina cuando se percató de que en su casa habían entrado a robar: «No podemos enviarle ahora una patrulla, son fiestas de Santa Tecla». 

Sin manos para el patrimonio
Pero al IMET, donde atiende el equipo del Síndic, no para de llegar gente. Los siguientes son 5 trabajadores de los 25 despedidos, a su juicio injustamente, del Museu d’Història de Tarragona.
El grupo explica que, más allá de su situación particular, quieren evidenciar que el patrimonio de la ciudad se está quedando desatendido al bajar las ratios de personal. Ponen un ejemplo: ahora mismo para atender el recinto de las Muralles sólo queda una persona en la taquilla y un vigilante. Este último debe hacerse cargo de una extensión amplísima de terreno. Lo mismo sucede en el Amfiteatre, donde sólo han quedado dos trabajadores.

Defienden, además, que en la ciudad ya no se reciben turistas sólo en verano (ellos fueron despedidos el 30 de septiembre), sino que cada vez hay más visitantes durante todo el año, como se demostró en el último puente.
El Barri del Port e iDental
Tampoco faltaron, como habían prometido, los vecinos del Barri del Port, para quejarse de la falta de respuestas después de las últimas inundaciones y hasta los afectados por el cierre de las clínicas iDental. Eva Francés, portavoz de la plataforma, dice que quieren que las administraciones se comprometan en su lucha. «Por eso tocamos la puerta del Síndic».

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