El virus destruye 180 empleos al día en Tarragona

Nunca un segundo trimestre fue tan malo en la provincia. De abril a junio se perdieron 16.200 puestos, el triple que en el mismo periodo de 2008, con la crisis financiera en ciernes

28 julio 2020 19:17 | Actualizado a 29 julio 2020 16:05
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Una destrucción de empleo como nunca en el segundo trimestre del año. El impacto de la Covid-19 es histórico en Tarragona, según indica la Encuesta de Población Activa (EPA) difundida este martes. Si la del primer trimestre apenas recogía el impacto laboral de la pandemia, en esta, la que abarca de abril a junio, incluido el confinamiento, la devastación es bien palpable. 

La pandemia ha destruido 16.200 empleos en la provincia, todo un récord aciago, más aún en un segundo trimestre que suele generar trabajo de cara a la temporada alta. La media es de 180 empleos aniquilados a diario en Tarragona. No se trata solo de personas que se hayan ido al paro, sino de contratos y puestos que se han dejado de ofrecer debido a la situación sanitaria. 

De hecho, hay que regresar a 2008, en el inicio de la crisis financiera, para ver una bajada de la ocupación en un segundo trimestre (incluso en los años más duros de esa recesión, el trabajo crecía en ese periodo de abril a junio a rebufo de la dinámica estacional). Y aun así, en aquel 2008 donde empezaban a asomar los nubarrones, la cifra de aniquilación de puestos era tres veces inferior a la actual: 5.700. Por eso, ni siquiera aquella crisis económica provocó un periodo tan intenso y acentuado de reducción de empleo en las comarcas tarraconenses, que han visto cómo el paro subía en 9.400 personas, un 18,7% más. Por tanto, este socavón actual es inédito y mucho más acelerado que la recesión provocada por el estallido de la burbuja de hace más de una década, sostenida en el tiempo y más progresiva. 

En el primer trimestre de 2009, en los efectos iniciales tras la quiebra de Lehman Brothers en septiembre de 2008, la caída fue similar a la actual (16.300 puestos destruidos); por tanto, cifras parecidas, si bien es verdad que la crisis del ladrillo se agravó posteriormente.  

Y, además, los ERTE
Hay otro factor que deteriora la situación y que no aparece en estos balances trimestrales: en estas cifras del desempleo no se contemplan las casi 55.000 personas en la provincia que han padecido un ERTE (45.300 en el Camp de Tarragona y 9.400 en el Ebre). Buena parte de ellas siguen inmersas en estos expedientes reguladores.  

La EPA deja otro dato preocupante en Tarragona: las personas que pasaron a la inactividad, es decir, que ni trabajaron ni estuvieron buscando empleo. En España hubo 1.062.800 personas que transitaron hacia ese estado inactivo. Se trata del mayor incremento de la serie y lleva el total de inactivos hasta los 17.588.700, también el más elevado de la historia. Lo mismo sucede en Tarragona: 8.400 personas pasaron a engrosar el grupo de inactivos, que se queda en 289.200, la mayor cifra nunca registrada. 

Dentro de este colectivo, el que más crece es el adscrito a las labores del hogar, que suma 19.200 personas respecto al anterior trimestre y abarca a un total de 81.100 individuos. Este notable incremento, el mayor de la serie histórica, esconde probablemente a muchos desempleados como consecuencia de la pandemia. 

En el incremento de inactivos también tiene que ver una casuística muy vinculada al confinamiento y al estado de alarma, la de los ciudadanos que desisten en el rastreo de un empleo bien porque no hay ofertas en el mercado, bien porque están cerradas las empresas que ayudan a localizarlas o bien porque renuncian a buscar al estar al cargo de niños o ancianos. 

En cuanto a las áreas laborales afectadas, la encuesta no ofrece mucha novedad, en la línea de las radiografías que se vienen haciendo desde que a mediados de marzo arrancara la pandemia. Los servicios, con el turismo incluido, constituyen el sector más golpeado en Tarragona: se han destruido 10.700 empleos, el 66% del total. La construcción perdió 1.800 puestos, la industria 3.200 y la agricultura 400.

Con todo ello, la tasa de paro en Tarragona se ha disparado del 12,83% al 15,34%. Es, con diferencia, el indicador más elevado de toda Catalunya, que tiene la media en 12,78%. También la tasa de actividad, otro de los baremos representativos, muestra que Tarragona está siendo un territorio especialmente afectado. Es la más baja de Catalunya, con un 57,05%, por debajo de la media de 58,53%. Hay que tener en cuenta que la provincia partía, de entrada, de sufrir más paro de manera estructural. A eso se añade el peso específico del turismo en la economía tarraconense, que inevitablemente contribuye a empeorar la coyuntura. 

La EPA, que se realiza desde 1964, es uno de los indicadores más completos de la situación del mercado laboral con información sobre ocupados. En el global de España, este segundo trimestre ha dejado un millón de empleos destruidos. Es el mayor descenso para un trimestre desde que se publica la encuesta. De esta cifra, 22.000 ocupados son del sector público y 1.052.000, del privado.

La hibernación económica
En el global de España el paro aumentó en 55.000 personas en este segundo trimestre hasta sumar 3,37 millones, alcanzando una tasa del 15,33%, retrocediendo a niveles de hace dos años.

La encuesta refleja también el periodo de la hibernación económica decretado durante el estado de alarma. Apenas una de cada tres personas en edad de trabajar trabajó efectivamente (13,9 millones). Los ERTE sí han tenido algo de reflejo en parte de la estadística, como indica el INE: «La suspensión o reducción de jornada de los trabajadores afectados por ERTE, junto con otros tipos de ausencias al trabajo (como paro parcial por razones técnicas o económicas, o enfermedad, accidente o incapacidad temporal), sí ha tenido reflejo en las horas efectivas de trabajo realizadas, que han disminuido un 22,59% respecto al primer trimestre». 

El estado de alarma también se refleja en los indicadores sobre teletrabajo, una modalidad que va al alza, incluso después del confinamiento. El 16,2% de los ocupados trabajaron desde su propio domicilio «más de la mitad de los días». Este porcentaje supone multiplicar prácticamente por cuatro los niveles de 2019, cuando era del 4,8%.

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