Ellas se vacunan más que ellos en Tarragona

La brecha entre géneros es amplia en los segmentos más jóvenes, donde llega incluso a los ocho puntos. La percepción del riesgo es clave. Preocupa el agujero entre los 30 y los 39 años

06 septiembre 2021 17:15 | Actualizado a 06 septiembre 2021 17:24
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Las mujeres se vacunan más que los hombres en Tarragona, en prácticamente todas las franjas de edad. En algunos segmentos, como el de 20 a 29 años, hay una diferencia de hasta siete puntos en la cobertura de primera dosis. Un ejemplo: ellas rozan el 70% y ellos están en el 62,5%. Similar desigualdad se percibe cuando se trata de la pauta completa. 

La brecha a favor del colectivo femenino se va reproduciendo en todos los estratos hasta llegar a los 60, cuando hay un cambio. En esa década existe un equilibrio entre los dos sexos y, a partir de ahí, son ellos los que adquieren una ligera ventaja. Es en las franjas de juventud donde hay una mayor distancia, algo que se replica también si se atiende a la pauta completa de vacunación. Casi ocho puntos de diferencia entre los veinteañeros completamente inmunizados y más de tres en el colectivo de treintañeros. 

Teniendo en cuenta que la militancia antivacunas es marginal en España, sobre todo en comparación con otros países, hay factores que pueden influir. Es decir, no hay un rechazo activo y fundamentado al pinchazo pero sí cierta dejadez a la hora de pedir la cita. «Hay perfiles que tienen otras percepciones del riesgo, que en este caso piensan que si se contagiarán estarán leves. Esas ideas persisten por mucho que se lancen mensajes y cuesta vencerlas. Sucede por ejemplo cuando se hacen campañas desde los gobiernos contra el alcohol o el tabaco, es algo similar, porque hay franjas de edad con otras prioridades», detecta Conrad Casas, subdirector de Salut Pública en el Camp de Tarragona y las Terres de l’Ebre. En ese sentido, las chicas parecen más aplicadas que los chicos, sobre todo en ese segmento crítico que preocupa al Departament de Salut y que se engloba, más o menos, entre los 20 y los 40 años.  

Casi un 40% de los tarraconenses de entre 30 y 34 años no se ha puesto ni una dosis

En concreto, en el subgrupo de 30 a 34 es donde habitan las grandes carencias. Ahí u n 40% de los tarraconenses ni siquiera se ha pinchado la primera dosis y un 45% no dispone de la pauta completa, vital para hacerle frente a los estragos de la variante Delta. Los segmentos más jóvenes han superado sus cifras de vacunación, a pesar de que las franjas se hubiesen abierto más tarde. 

El mensaje a los adolescentes
«En la franja de 12 a 15 años hemos dado un salto cualitativo y estamos satisfechos. Se ha hecho una campaña intensiva durante este verano y creemos que el mensaje ha llegado», apunta Conrad Casas. Esa cohorte, si bien menos numerosa en términos absolutos, ha alcanzado casi el 61% de protección de primeras dosis en solo un mes y ha dado un ejemplo de responsabilidad. 

La inercia en cuanto a los géneros se repite por regiones sanitarias. En el Camp de Tarragona, ellas gozan de tres puntos más de diferencia en la cobertura de la primera dosis y de la pauta completa, una separación que también tiene lugar en el Ebre. 

Sigue el ritmo lento
También en el colectivo de entre 30 y 34, con unas cifras que deberían ser mejores por el tiempo que se ha tenido para inocularse, se percibe el desequilibrio: ellas tienen un porcentaje cuatro puntos superior de primeras dosis en relación a los hombres. 

La vacunación discurre a ritmo lento. Solo el frenazo durante todo el mes de agosto, con una caída de la demanda pese a haber dosis disponibles, ha impedido que Tarragona haya llegado a septiembre sin alcanzar el 70% de población total inmunizada. Ese objetivo, a pesar de la falta de solicitudes por las vacaciones, está cerca: un 67,7% de los habitantes ya gozan de la pauta completa. Sí se ha alcanzado el reto en lo que se refiere a las primeras dosis: un 71,4% de tarraconenses tienen ese primer pinchazo en su brazo. 

Más allá de las descompensación y los agujeros en algunos estratos, a Salut le preocupa ese bajo ritmo de pinchazos de las últimas semanas, a la espera de lo que suceda en este mes de septiembre que ha arrancado más o menos igual. La media de dosis diarias puestas en Tarragona en este mes de septiembre es aún más baja: 3.624 pinchazos frente a los 4.269 de agosto, si bien hay que tener en cuenta el efecto del fin de semana, que condiciona la estadística de unos pocos días. Son, en todo caso, balances muy alejados del exitoso saldo que se firmó en julio, con más de 7.500 dosis administradas cada 24 horas en el Camp y el Ebre. 

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