En Peñafría amanece, que no es poco

Cuando dos hippies, Moncho (Santi Millán) y su mujer Ruth (Ingrid Rubio), se adentran en Peñafría, un aparentemente pueblo vacío de la Soria más profunda, no se podían imaginar la que se les venía encima.

Ellos andan junto a su hijo Orión (Rubén Fulgencio) en busca del paraje perfecto para dar forma a su proyecto de vida que no es otro que crear una ecoaldea sostenible y colaborativa. Y para ello ponen un anuncio publicitando el pueblo y las condiciones para acogerse a su iniciativa.

A esta llamada acuden una serie de personas de lo más variopinta. Tenemos a Pablo (Raúl Fernández), un pijo de Madrid que harto de su buena vida y a punto de casarse, busca encontrarse a sí mismo en Peñafría. Al pueblo acude junto a Nacho (Daniel Pérez Prada), su amigo de toda la vida que ha permanecido a su sombra siempre y que no tiene ni oficio ni beneficio. Juanjo (Carlos Areces) y Amaya (María Hervás) son otra de las parejas que se presentan en el pueblo. Juanjo es un constructor sin escrúpulos que ha quedado en la ruina tras la explosión de la burbuja inmobiliaria y Amaya es su actual pareja, una mujer de muy buen ver y bastante más joven que él, que hace el papel de guapa y tonta a la perfección.

Laura (Ruth Díaz) y Macarena (Elisa Drabben) son una madre y su hija adolescente que han sido desahuciadas y no tienen dónde vivir. Macarena no sabe de esta nueva circunstancia y va engañada por su madre.

Gustavo (Jairo Sánchez) y Elisa (Blanca Rodríguez) son también madre e hijo, pero estos han ido al pueblo para que Gustavo se pueda centrar en estudiar unas oposiciones que lleva años preparando  sin éxito. Y por último tenemos a Echegui (Felipe Vélez), una estrella del rock en horas bajas que acude a Peñafría para intentar encontrar la inspiración musical que ha perdido.

Como vemos, el grupo no puede ser más diverso. Pero por si faltaba algo en la coctelera para terminar de arreglarlo resulta que Peñafría no está tan abandonada como parece. Al contrario, está habitada por cinco aldeanos que están bien orgullosos de su pueblo: Cándido (Ángel Jodrá), el alcalde del pequeño pueblo, que vive con su anciana madre Emilia (Emilia Ortiz); el Ovejas (Javier Losán), un pastor inocente y bonachón que a su vez es edil del ayuntamiento; Arsacio (Vicente Gil), también edil y un agricultor cascarrabias que vive con su mujer María (Empar Ferrer).

Segunda temporada. 
Se dio luz verde a una segunda temporada antes incluso del estreno de la primera. Tenían que decidir ya si la renovaban para rodar en Soria antes de que llegara el mal tiempo.

Choque de trenes
Entre los recién llegados y los aldeanos va a haber más de un conflicto, aunque el alcalde Cándido va a intentar por todos los medios que los forasteros se queden para intentar revitalizar su pueblo. Atención a la hilarante manera que tiene Cándido de conjugar los tiempos verbales... una maravilla.

Arsacio, acompañado de su fiel escopeta, no está para nada conforme con la idea de que los nuevos habitantes del pueblo se queden, pero por el contrario su mujer María, está la mar de contenta y su adaptación a las costumbres que traen los nuevos va a dar lugar a más de una situación realmente cómica.

Y El Ovejas, qué decir de él, es tal vez el personaje más entrañable de todos, y es que en ese hombre no existe ni un gramo de maldad.

La peculiar manera que tiene el alcalde Cándido de conjugar los tiempos verbales es hilarante

Con todo esto Alberto Caballero, el guionista de La que se avecina, junto con Julián Sastre y Nando Abad, curtidos en comedias como 7 vidas o Aída, han creado El Pueblo para Mediaset.

El Pueblo consta de ocho capítulos de 70 minutos cada uno en su primera temporada y, aunque es una producción de Mediaset, extrañamente se ha emitido primero en la plataforma Prime Video. Todavía no hay fecha para su estreno en Telecinco pero todo indica que podría ser durante el próximo otoño.

Humor surrealista y blanco
Particularmente a mí El Pueblo me recuerda en muchos momentos a la inolvidable película de José Luis Cuerda Amanece que no es poco. Sobre todo cuando intervienen cualquiera de los cinco aldeanos originarios de Peñafría.

Entre Cándido hablando a su particular manera, su madre Emilia que parece la vieja del visillo o la candidez del Ovejas se crea un ambiente muy surrealista y divertido.

En definitiva, El Pueblo es una serie perfecta para ayudarnos a pasar estos calores veraniegos.