En Prades se ha grabado el primer disco de la historia con energía solar

Hito en la Bartra. El reputado músico El Petit de Cal Eril registró en una casa rural de Montblanc, cerca de Farena, el primer álbum sin luz eléctrica fuera de un estudio convencional. 'Energia fosca' acaba de salir publicado

20 mayo 2019 16:46 | Actualizado a 22 mayo 2019 13:08
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Muchos artistas solicitan a Joan Pons, El Petit de Cal Eril, su espacio en la Plaça Major de Guissona. Apartados del mundanal ruido, allí se recluyen; conviven y graban sus discos, que produce él mismo. Sin ir más lejos, así procedieron Els Pets en 'Som', su último álbum. Pero a su vez, Joan Pons, convertido ya en un referente indispensable del llamado pop metafísico catalán, también se entrega a esa búsqueda cuando debe abordar una nueva tongada de canciones para su carrera. «Fue un hallazgo. Llevaba meses buscando un lugar para grabar el disco y no es fácil conseguirlo», explica el ilerdense sobre su tesoro encontrado, Mas de Caret, una casa rural en la Bartra (Montblanc), cerca de Farena, en plenas montañas de Prades.

Joan le escribió a Teresa, la dueña. «Me gustó mucho cómo me contestaron. Conectamos rápido y fue muy agradable». Los propietarios recibieron aquella propuesta inusual, que nada tenía que ver con una estancia de ocio o de desconexión campestre: un grupo de músicos se iban a encerrar allí, en esa masía del siglo XVIII, la quintaesencia de las tradicionales casas de campo catalanas, para grabar un disco durante diez días.

 

Joan era exigente: «El lugar debía tener varios requisitos. Es sobre todo una cuestión de energía. Tiene que ser un sitio suficientemente aislado para estar solos, tranquilos. Tiene que tener ventanas, para que entre el sol. Y debe ser un sitio cómodo, que te dejen hacer, desarrollar un proceso creativo». Hizo una visita para Fin de Año. «Nada más aparcar el coche vi tuve la sensación de que era un lugar ideal», admite.

Pocos días después, del 17 al 27 de enero de este año, se enclaustró allí con sus músicos para darle forma a 'Energia Fosca' (Bankrobber), su nuevo disco, recién publicado, un álbum que remite al cosmos, a fuerzas gravitacionales, a materia oscura. «Fue muy divertido. Eran jornadas largas, maratonianas y muy intensas y fructíferas. Empezábamos a las nueve de la mañana y acabábamos a las dos de la madrugada. Hacíamos una canción cada día o cada día y medio», rememora. 

Hubo pocas salidas, pero muy provechosas, que irremediablemente se filtraron en el disco. «Hacíamos mini excursiones pero eran muy especiales, sobre todo por la noche». Canciones como 'Pols', 'Sento', 'El sentit de les coses', 'Ets una idea' o 'Sents el sol', que llevarán a El Petit de Cal Eril por los festivales y los escenarios de referencia, se forjaron allí. «Llegué con el material muy virgen. De hecho, pensaba grabarlo en varias tandas y en distintos sitios, pero fue tanta la conexión con el lugar que todo fue rodado y lo grabamos allí entero. Se palpa muchísimo el ambiente».

Armonía y placas solares
Momentos de luminiscencia se alternan con atmósferas inquietantes. Tan ‘sui generis’ fue que 'Energia fosca' es un hito en la forma: está entre los escasísimos discos de la historia de la música grabados íntegramente con luz solar. «Era un lugar con muy poca luz para preservar esta armonía. La casa funciona con placas solares, y así se grabó todo el disco». 

Es el primer álbum de la historia de la música grabado así fuera de un estudio convencional. Antes sólo lo hizo el hawaiano Jack Johnson, aunque en un lugar habilitado para la ocasión. La circunstancia acabó por confirmar que el disco debería llamarse así, 'Energia fosca', en alusión a ese componente de la cosmología física que trae de cabeza a la ciencia. «La energía solar es la energía oscura. El nombre lo tenía contemplado como una opción. El lugar traspasó las canciones de una forma muy intensa y acabó saliendo un álbum conceptual», cuenta Joan, aún seducido por la experiencia. «He podido conocer las montañas de Prades desde el otro lado. Nunca había entrado desde La Riba. Descubrí un mundo nuevo, muy desconocido pero magnífico. Siempre había ido a Prades por Poblet, no por La Riba». 

En la retina, quedan aquellas noches invernales bajo el cielo rotundo y nitidísimo o la presencia, en Mas de Caret, de un poni blanco, otra de esas visiones subyugantes que se colaron en el proceso de creación. A ello se añade el agradecimiento a los anfitriones. «Una de las grandes virtudes de la música es conocer a personas y en ese caso, Teresa, la dueña, fue muy afable. Es extraño que alguien te ofrezca su casa y para mí eso también fue importante, igual que la comida, que era muy buena. Puede parecer una tontería pero no lo es. Siempre invertimos en la comida. También tomamos solo vinos naturales, sin sulfitos». 

La conexión casi mística con Prades (recordemos: uno de los cielos más espectaculares de Catalunya, codiciados por los astrofotógrafos) se convirtió en un elemento fundamental del disco, a la hora de musicar con toda la banda esa energía oscura que se intuye, que tiene que existir pero que nadie ha logrado percibir. Pero no quedó ahí el vínculo con la provincia. Aquella visita para Fin de Año, a la hora de explorar el lugar, ya le marcó tanto a Joan que acabó el día componiendo dos de las canciones frente al mar de Cambrils, donde la familia tiene casa.

Parte del resultado ya se puede escuchar en forma de clip. Las canciones 'Ets una idea' y 'Sento' son una muestra: 

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