En Tarragona 135 pacientes esperan un trasplante de órgano

El año pasado 135 pacientes del Camp de Tarragona y las Terres de l’Ebre estaban a la espera de un trasplante de órgano, la mayoría (114), de riñón. La cifra es ligeramente superior al año anterior, cuando había 125 pacientes esperando.

Apesar de todo, explican los especialistas, el año pasado se batió un récord de trasplantes en Catalunya. Se hicieron 908, de los cuales 89 fueron a pacientes de la demarcación.

De las cifras de Tarragona llama la atención especialmente la cantidad de donantes vivos. El año pasado fueron 21, veinte de riñón y uno de hígado. La doctora María Bodí, jefa del servicio de Medicina Intensiva del Hospital Universitari Joan XXIII y coordinadora de trasplantes de la demarcación, destaca que la cifra de donantes vivos en nuestro territorio está por encima de la media catalana y estatal. De hecho, en lo que se refiere a los trasplantes renales, la tasa de donantes vivos en la provincia es del 33%, frente al 27% de Catalunya.

El director de la Organització Catalana de Trasplantaments, Jaume Tort, apunta que contar con un donante vivo, especialmente en el caso de pacientes jóvenes, supone una gran diferencia. Los pacientes jóvenes que reciben una donación de este tipo (generalmente un familiar)pueden evitar pasar por procedimientos como la diálisis y su esperanza de vida es similar a la del resto de personas de su edad.

El gran reto, explican Bodí y Tort, es conseguir aumentar las donaciones. De hecho, el año pasado hubo 14 donaciones de cadáver en la demarcación. En lo que va de 2015 ya se han registrado 8.

Apunta Tort que, aunque todos los trasplantes se realizan en Barcelona, el sistema no se sostendría si no fuera por los hospitales que se dedican a captar órganos en Catalunya. En el caso de Tarragona son el Joan XXIII, Santa Tecla, el Sant Joan de Reus y el Verge de la Cinta de Tortosa.

Cambia el perfil del donante

Apuntan los especialistas que el perfil de los donantes ha cambiado, puesto que si hace 15 ó 20 años la mayoría eran jóvenes que fallecían en accidentes de tráfico o laborales, ahora ese grupo sólo supone un 4% en Catalunya. En el caso de Tarragona, por ejemplo, no hubo donantes de estas características el año pasado.

Por contra, ahora la mayoría de los donantes son personas mayores que han sufrido un accidente cerebrovascular, lo cual supone también limitaciones en cuanto al estado de sus órganos.

Justamente con la intención de ampliar la cantidad de órganos disponibles, Joan XXIII ha puesto en marcha este año un programa de extracción asistólica. Es decir, se obtienen órganos de pacientes que acaban de sufrir una parada cardíaca, lo que supone un gran reto, ya que deben extraerse en poco tiempo para evitar que sufran daños. El hospital de Tarragona es el primero fuera de Barcelona que realiza el procedimiento. En lo que va de año ya se han practicado dos intervenciones de este tipo.

Los médicos coinciden en que cada vez hay más conciencia entre la población de la importancia de las donaciones. No obstante, todavía hay familias que deciden no donar. En el caso de Tarragona dichas negativas fueron el año pasado del 23,8%.

Una de las dificultades es que, en la inmensa mayoría de los casos, la decisión de donar queda en manos de la familia que, además, se encuentra en un momento crítico. Rara vez se encuentran pacientes que, en vida, hayan formalizado su intención de convertirse en donantes.

Justamente en este sentido Tort explicó que se trabaja en un apartado de la historia clínica de los pacientes en la que estos podrán entrar con una contraseña y manifestar si desean convertirse en donantes o no.

Bodí y Tort participaron ayer en la jornada sobre trasplantes ‘Nuevos tiempos, nuevas acciones’, que tuvo lugar en la ciudad y contó con la participación de médicos de la demarcación, de Barcelona y de Granada.