En busca de la siguiente Marie Curie

La industria química, los centros educativos y las empresas de servicios tienen hoy en la escasez de nuevas vocaciones científicas STEM (Science, Technology, Engineering, Mathematics) y profesionales especialistas una de sus mayores preocupaciones. Este déficit de perfiles se intensifica cuando desagregamos por géneros, en términos de igualdad: no hay suficientes mujeres.

El mundo científico ha estado dominado por los hombres históricamente, y las pocas que consiguieron dedicarse a su vocación raramente recibían el reconocimiento merecido. Las dificultades no se limitan al acceso a las vocaciones científicas, también las diferencias de salario, los obstáculos para lograr cargos directivos y la conciliación familiar han alejado a las mujeres de profesiones STEM. Aún así, esta tendencia se transforma poco a poco, y los centros educativos y las empresas empiezan a implementar políticas y proyectos para dar las mismas oportunidades a las mujeres en cualquier ámbito.

El trabajo empieza en las aulas, promocionando las carreras científicas entre las estudiantes. En ese sentido la Generalitat de Catalunya cuenta con el programa STEMcat, una iniciativa que quiere promover el interés científico en las chicas durante los estudios obligatorios. Este programa tiene como objetivo crear vínculos reales entre el mundo educativo y los principales agentes en el mundo cientificotecnológico. 

Una de las principales acciones que se ha realizado en el marco del programa es el ciclo de conferencias que se realizaron de forma simultánea por parte de 100 científicas de éxito en 100 centros educativos en toda Catalunya. La inciativa ‘100tífiques’ se realizó el 11 de febrero, ‘Día de la Mujer y la Niña en la Ciencia’. Uno de los actos centrales fue la conferencia de Ada Yonath, premio Nobel de Química 2009.

El mundo laboral

Las empresas químicas cada vez más cuentan con mujeres en sus equipos de profesionales y esto es, en parte, gracias al convenio colectivo. La Federación Empresarial de la Industria Química Española (Feique) aprobó en 2018 un nuevo convenio que contempla diferentes políticas de igualdad.

Entre otras medidas, todas las empresas de más de 150 trabajadores –la Ley de Igualdad solo recoge las superiores a 250- deberán negociar un Plan de Igualdad. También se ha empezado a exigir a las industrias que la información salarial se entregue segregada por sexos. Esto se refiere a las empresas del sector químico, uno de los sectores que más trabaja por la igualdad, según Cristina Vázquez, Directora de Asuntos Socio-Laborales y Relaciones Institucionales de Feique.

«Las empresas están acogiendo las medidas con naturalidad», asegura Vázquez, «pero el sector es muy diverso, desde la industria farmacéutica a la de pintura, y no es lo mismo en unas que otras». La directora asegura que las empresas han aceptado las normativas con naturalidad, y que «valoran positivamente todas las propuestas del sector que lo dirigen hacia la igualdad». Resalta también un dado positivo, y es que el 55,4% de las personas que trabajan en I+D en la industria química ya son mujeres.

Un porcentaje más bajo aunque prometedor es el total de mujeres que trabajan en el sector químico, un 36,6% del total (por encima del 26,9% de la media industrial), aunque «el objetivo final es la paridad», según Vázquez, que asegura que las empresas cada vez tienen más en cuenta a las mujeres para puestos directivos y de calidad, pero que les resulta más difícil para posiciones de producción o trabajos menos cualificados, hecho que achaca a varios motivos, como la falta de formación en ciclos formativos o la dificultad de la conciliación familiar, entre otros.

Estos datos demuestran que la mujer ya es una parte imprescindible de la innovación científica, como lo ha sido siempre. Más y más jóvenes con talento y ambición escojen vocaciones científicas y la industria química trabaja para que éstas tengan las mismas oportunidades que sus compañeros.