En el 80% de poblaciones mueren más de los que nacen

El invierno demográfico se recrudece, y no solo en el interior rural. Hasta Reus registra más defunciones que alumbramientos

11 febrero 2020 11:31 | Actualizado a 11 febrero 2020 11:46
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Los datos definitivos de nacimientos y defunciones muestran el declive de la natalidad y el envejecimiento progresivo. En 2017 llegó el previsible punto de inflexión, de forma que las defunciones (7.026) superaron por muy poco a los nacimientos (7.006) en el global de la provincia, algo que hasta ese momento solo sucedía en determinados municipios. 

Un año después de ese vuelco, en 2018, los datos se han agravado y la brecha se amplía irremediablemente, como sucede en buena parte de la llamada ‘España vaciada’. En la provincia hubo 7.226 fallecidos por 6.637 alumbramientos: un saldo vegetativo negativo de 589 personas. Pero ese balance negativo ya no es cosa solo de los municipios de interior o del rural tarraconense. En el 80% de las poblaciones ya fallece más gente de la que nace. Ahí se incluyen ciudades tan importantes y pobladas como Reus, El Vendrell, Tortosa, Amposta o Valls, todas ellas ubicadas en el ‘top ten’ de relevancia provincial. 

El caso de la capital del Baix Camp es especialmente significativo. En 2018, por primera vez sufrió ese vuelco: 958 fallecimientos que superan a los 946 nacimientos durante ese año. 

Más funerales que bautizos

Ni tan siquiera la pujanza costera se salva de la dinámica. También los vecinos de Torredembarra, Roda de Berà, Sant Carles de la Ràpita o Creixell asisten a más funerales que bautizos. 

Así, ¿quién se salva de esa inercia? Un total de 38 poblaciones, el 20% del total, aunque en algunas la estadística, de tan baja, es poco representativa. Con Reus ya padeciendo el crecimiento vegetativo negativo, Tarragona capital sigue en positivo, al igual que otros núcleos potentes de la costa como Cambrils, Salou o Calafell. También Altafulla o Mont-roig del Camp se mantienen en ese grupo de privilegiados que ofrecen algunos ejemplos puntuales de milagros natalicios, poblaciones que gozan de una revitalización demográfica insólita. Un ejemplo es lo que sucede con Vila-seca o La Pobla de Mafumet. La inmigración de jóvenes llegada a esos lugares procedentes de ciudades como Reus o Tarragona está teniendo ahora hijos, lo que está salvando a esas poblaciones, algo que se ve también en el padrón. 

Son excepciones al signo de los tiempos. Las muertes se incrementaron un 2,8% en la provincia durante 2018, mientras que los nacimientos bajaron un 5,2%. Suman ya diez años de retroceso.

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