Entresijos del doblaje, una profesión de emociones

Un docente y un alumno de la academia reusense Buenafuente’s Actors cuentan cómo es el proceso artístico entre bastidores

16 mayo 2020 14:21 | Actualizado a 16 mayo 2020 16:01
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«Les propongo un ejercicio que hacemos mucho en clase. Decir una frase neutra como si estuvieran enamorados, enfadados a punto de asesinar a alguien, llorando o felices, como si les acabara de tocar la lotería. Todas estas emociones se pueden imitar, pero otra cosa es que sean creíbles». Esta propuesta parte de Cèsar Constantí, locutor, compositor y director de teatro musical y de cine. Es también director de doblaje y profesor de la academia de artes escénicas y audiovisuales de Reus, Buenafuente’s Actors, que forma, entre otras disciplinas, a los futuros actores y actrices de doblaje. 

Transmitir, convencer, intimidar o hacer reír no es cosa fácil cuando se hace únicamente con la voz. Unos efectos que no son exclusivos de los intérpretes. «Son estudios para cualquiera que trabaje con oratoria pública sea vendedor, youtuber, presentador... Te enamoras de aquella persona que te dice una cosa bonita con una voz bien templada y controlada», manifiesta Constantí.

Acabas siendo intérprete, pero no es condición sine quanon para ser admitido en la academia. Es el caso del reusense Óscar Tortajada, quien ha aprovechado la oportunidad que le ofrece la escuela, que le permite formarse sin tener que desplazarse a Barcelona. «Te tienes que meter en el personaje», señala.

Constantí y Tortajada explican los entresijos de una disciplina desconocida para muchos y con altas dosis de anonimato. «Se dobla de todo. Es un gran abanico. Series, personajes de cine y dibujos, pero también documentales, cuñas de publicidad o audiolibros», explica el compositor.

En este sentido, Óscar cuenta que cuando llega al estudio desconoce qué papel le tocará. «Por el tipo de voz que tengo, me pegan los personajes más malvados, pero por ejemplo, si me convocaran para una película de miedo, la tendría que saber hacer, aunque es uno de los géneros que menos me gustan. Con el texto que me dan, tengo que transmitir lo que me pide el director de doblaje», que es la única persona de todo el equipo que conoce la película en toda su extensión.«De otro modo sería eterno y hay que tener en cuenta que se dobla, como mucho, en una semana», detalla Constantí.

De igual manera, a nivel profesional «se cobra lo mismo si eres el protagonista o uno de los secundarios, una vez escogidos por el director de doblaje, previo cásting», revela el profesor. 

«Ser profesional requiere una enseñanza previa con muchas horas y mucha práctica. Sufrimiento y lágrimas porque reímos mucho pero también lloramos mucho. Lo pasamos bien y mal, pero disfrutamos de descubrir lo que es la emoción humana. Los pasos por los que pasamos en el estudio los recomendamos a todos», alienta Cèsar, en lo que podría ser una versión moderna de la oratoria de la antigua Grecia.

«El único requisito para poder doblar es tener una voz. Luego se puede utilizar para una cosa u otra». Cèsar Constantí

Como una traducción literaria, profesor y alumno defienden que «un buen doblaje puede arreglar una película mediocre así como uno malo, fastidiar una gran producción». Una profesionalidad que también piden ser reconocida en los créditos de los trabajos en los que intervienen.

En todo caso, Buenafuente’s Actors ya funciona como cantera de profesionales. «Descubrir talento y dar oportunidades es la clave y lo que me pide el corazón», asevera Cèsar.

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