Escanear alimentos para comer saludable

Tecnología. Diferentes aplicaciones analizan la composición de los productos y calculan el grado de procesamiento

11 marzo 2020 08:00 | Actualizado a 11 marzo 2020 09:23
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Conocer la composición de los alimentos y favorecer una pauta de alimentación saludable son lo que tienen en común las aplicaciones que escanean los códigos de barras de los productos y ofrecen un análisis de su composición. La tecnología está al servicio de la salud a través de herramientas como Yuka, El Coco o MyRealFood.

«Actualmente, vivimos en una sociedad obsesionada con la comida; algo que forma parte de nuestra cultura, tanto para bien (la gastronomía) como para mal (los trastornos o las malas prácticas derivadas de la alimentación inadecuada)», afirma Raquel Herrera, profesora colaboradora de los Estudios de Ciencias de la Salud de la UOC.

Una realidad que convive con la cada vez mayor necesidad y preocupación por tener una buena salud y que esté nutrida por un acceso adecuado a la información sobre este tema. «El hecho de que los fabricantes deban detallar la composición de los productos y que existan aplicaciones que interpreten los ingredientes y los componentes de las etiquetas hace que, a priori, el consumidor esté mejor informado, especialmente frente a la oferta de productos procesados que podemos encontrar en grandes superficies o supermercados», añade la experta.

Por ello, Raquel Herrera distingue los siguientes tres niveles: «Un producto sin procesar, un producto procesado y un++ ultraprocesado. Entonces, cuanto más procesado está un producto más alejado está del alimento original y más necesitamos saber si aquello que se ha añadido tiene alguna justificación y si es saludable».

En esta misma línea, Eva Espona, consultora en nutrición y profesora de los Estudios de Ciencias de la Salud de la UOC reconoce que es cierto que cada vez la población está más concienciada de la necesidad de indagar en las características de los alimentos que consume.

Con esta intención, en los últimos años han proliferado aplicaciones diseñadas para, después de escanear el código de barras del producto en cuestión con la cámara del móvil, ofrecer un análisis de su composición.

Una de ellas es Yuka que calcula los datos nutricionales basándose en el NutriScore, un sistema que ha sido adoptado en Francia, Bélgica y España. «Este método tiene en cuenta los siguientes elementos: calorías, azúcar, sal, grasas saturadas, proteínas, fibra, frutas y verduras», explica Ophélia Bierschwale, responsable de prensa de dicha aplicación, quien detalla que «la calidad nutricional representa el 60% de la nota, mientras que los aditivos representan el 30% de la puntuación del producto basándose, este último porcentaje, en dictámenes emitidos por organismos oficiales que han estudiado la peligrosidad de los aditivos alimentarios, así como estudios independientes».

El restante 10% hace referencia a la dimensión ecológica, ya que –en palabras de Bierschwale– «los productos considerados como ecológicos son los que tienen la etiqueta ecológica europea. Eso garantiza la ausencia de utilización de pesticidas que pueden tener efectos perjudiciales para la salud».

Actualmente, la aplicación tiene registrados 1,5 millones de productos en su base de datos (incluyendo un 70% de productos alimentarios y un 30% de productos cosméticos), tiene 17 millones de usuarios en 8 países (2,5 millones en España) y se escanean 5 millones de productos por día.

A nivel práctico, cabe preguntarse si tener acceso a esta información es garantía de que el consumidor entienda toda la información. «La cuestión es que en poco tiempo, unos años aproximadamente, hemos pasado de no preocuparnos por estas cosas, a querer tener una formación nutricional que muchos de nosotros no tenemos, por lo que puede que confundamos conceptos», afirma Raquel Herrera.

En este sentido, a la pregunta de si este tipo de aplicaciones contribuyen a comer más sano, desde Yuka responden que «es una herramienta que ayuda a nuestros usuarios a tomar mejores decisiones para su salud».

«Cuando el impacto del producto es negativo, Yuka recomienda productos similares que sean más saludables y un estudio realizado en 2019 reveló que no solo ayuda los usuarios a comprar mejores productos, sino que contribuye de manera más general a situar la alimentación en el centro de las preocupaciones», asegura Ophélia Bierschwale.

Múltiples inquietudes

Según un estudio reciente elaborado por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), las tres aplicaciones de este tipo más populares son El Coco, Yuka y MyRealFood. «En general, se trata de buenas herramientas que pueden ayudar a hacer una compra más conveniente. Otra ventaja importante es que pueden favorecer que la industria alimentaria mejore la composición nutricional de sus productos. Sin embargo, por sí solas, no tienen la misma efectividad si antes el consumidor no tiene claro cuál debe ser el patrón de una alimentación saludable», explica la experta Eva Espona.

En este sentido, la aplicación El Coco calcula el grado de procesamiento de cada producto y avisa al usuario cuando son ultraprocesados. «Incorporamos en nuestro equipo varios nutricionistas que se encargan de asegurarse que los criterios de análisis de productos en los cuales se basa El CoCo son fiables y rigurosos científicamente», detallan desde la aplicación. Mientras que desde MyRealFood destacan que «ayuda a conseguir una alimentación basada en las 3 reglas del Realfooding: basa tu alimentación en comida real, complementa tu alimentación con buenos procesados y evita los ultraprocesados».

La aparición de estas aplicaciones coincide con diferentes inquietudes como la creciente preocupación por la salud o la necesidad de hacer dieta. «Aunque no es lo mismo adelgazar que querer comer alimentos saludables, el paraguas de todo ello es una preocupación mayor por el cambio climático, preocupación por todo aquello que rodea la soberanía alimentaria, productos de kilómetro 0 y concienciación ecológica», concluye la profesora colaboradora de los Estudios de Ciencias de la Salud de la UOC.

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