Escepticismo del mundo de la cultura sobre el proyecto de Tabacalera

Con algunas puntualizaciones la solución arquitectónica es satisfactoria. Hay desconfianza en que se materialice

08 marzo 2019 10:11 | Actualizado a 08 marzo 2019 10:15
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El plan de transformación de la antigua fábrica de Tabacalera ha sido recibido con prudencia y mucho escepticismo desde el mundo de la cultura. El contexto en el que se presentó, a cuatro días de cerrarse el periodo de inauguraciones por la convocatoria de las elecciones, y el largo historial de anuncios que no acaban de materializarse, genera ciertas dudas sobre el futuro. 

«No me lo creo. Todo son proyectos y las cosas se hacen eternas y  que se haya dado a conocer de esta forma, en periodo preelectoral, hace que desgraciadamente no lo vea», argumenta el barítono tarraconense Àngel Òdena. Éste apunta que «estamos hartos de realidades ficticias» y que «el papel lo aguanta todo», lo que le conduce a afirmar que «no me parece nada creíble». Òdena, no obstante, valora muy positivamente que Tarragona pudiera disponer de un recinto de estas características en el que el Museu Nacional Arqueològic y la biblioteca pública ocupen un espacio estratégico. «El proyecto como tal es fantástico. Debemos ser ambiciosos como ciudad y pensar que lo que es una normalidad en cualquier otro sitio también debe poder serlo aquí», argumenta. 

«Se ha invertido mucho en patrimonio y en las fiestas, y no lo menosprecio, pero deberíamos pensar más en un futuro», Alfred Fort, Associació de Profesionals de Circ de Catalunya

Muchos de los representantes de este ámbito en la ciudad afirman que han conocido su contenido a través de los medios de comunicación y que no se les ha consultado para un debate previo. Es el caso del artista Oriol Grau o el gerente de la Associació de Profesionals de Circ de Catalunya, Alfred Fort. Este último defiende que «se habla mucho del museo y de la biblioteca, pero no veo por ninguna parte la contemporaneidad y esto me preocupa. Hace demasiado tiempo que en Tarragona no se invierte en cultura». 

«No me lo creo. Todo son proyectos y las cosas se hacen eternas. Que se haya dado a conocer en periodo preelectoral hace que no lo vea», Àngel Òdena, Barítono

Fort expone que Tarragona, como ciudad de más de 130.000 habitantes y capital de la segunda área metropolitana de Catalunya, debe hacer una apuesta firme. «Debe ser un proyecto de ciudad, pero la sensación es que en los últimos años se ha invertido mucho en patrimonio y en las fiestas, y no lo menosprecio, pero deberíamos pensar más en un futuro y para ello sería importante que viniera acompañado de un proyecto cultural», argumenta. 

La economía del presente
El fotógrafo Pep Escoda también es escéptico. «El nuevo Joan XXIII, La Savinosa y ahora Tabacalera, todo son propuestas de cara a unas elecciones», argumenta. Escoda pone en valor la propuesta arquitectónica que se ha hecho para la recuperación de un recinto cerrado desde 2007, aunque lamenta que se haya apostado por una plaza dura en el centro del complejo. «Reivindico la mediterraneidad de esta ciudad que poco a poco se está abriendo el mar. En el lugar en el que estamos, un espacio así tan solo es apto para lipotimias», argumenta. 

«Es clave que haya un espacio de creación para los artistas en el que pueda exponerse y construirse. Tenemos una ciudad de capillitas, nos falta una catedral», Pep Escoda, Fotógrafo
 

Este fotógrafo reconocido internacionalmente insiste en que el proyecto no puede concebirse si un centro de cultura contemporánea. «Es clave que haya un espacio de creación para los artistas en el que pueda exponerse y construirse un discurso cultural. Ahora tenemos una ciudad de capillitas, nos falta una catedral», argumenta. 

Escoda lamenta que «mucha gente muy buena de Tarragona ha tenido que irse para ganarse la vida». De hecho, afirma que él mismo se lo está planteando. «La cultura es la economía del presente. Si no tenemos referentes no iremos a ninguna parte». 

«Debe poder proyectarse Roma durante todo el año. En cambio tengo la sensación de que han hecho un cajón de sastre», Xavier Allué, Portavoz de la Reial Societat Arqueològica Tarraconense

Por su parte, Xavier Allué, portavoz de la Reial Societat Arqueològica Tarraconense (RSAT) discrepa de «el interés en ubicar demasiados servicios en un mismo punto». Defiende que dificultará que el museo tenga suficiente espacio no tan solo para exponer toda la colección que ahora está almacenada, sino para poder explicar también aquel componente social que ahora no está representado. «Debe poder proyectarse Roma durante todo el año. En cambio tengo la sensación de que han hecho un cajón de sastre».

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