Estas serán las Navidades más caras de la historia

El IPC alcanza en Tarragona su récord desde 1993. La energía encarecerá los menús de Navidad. Los problemas de suministros y materias primas elevarán el coste de las compras

28 noviembre 2021 11:00 | Actualizado a 28 noviembre 2021 19:00
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En Tarragona pagamos un 51,4% más que hace un año por la luz y la gasolina ha alcanzado su precio más alto desde 2013. A eso se añade el récord registrado en octubre, último mes disponible para las provincias, por el IPC: subió un 5,8%, llegando a su nivel más alto en 28 años, desde 1993. La escalada de precios es, en realidad, un efecto dominó por los problemas de suministros y el coste de la energía. Todo ello conduce a que ese Índice de Precios al Consumo determine los costes de los productos y servicios de estas semanas y se prevea una cesta navideña de la compra más cara que nunca. «Hay un efecto transmisión de determinados costes que acaban repercutiendo en el consumo final», diagnostica Mercedes Teruel, directora de la Càtedra per al Foment de la Innovació Empresarial de la URV.

En ese sentido, «la correa de transmisión del sector eléctrico afecta a toda la actividad económica», dice Teruel. Uno de los ejemplos más claros de estos días es el pan, cuyo precio ha subido debido a la alta dependencia de la electricidad para producirlo. La afectación está siendo global, aunque no impacta de igual manera en los productos. «Hay subidas que serán más a largo plazo, porque no se repercuten inmediatamente. Es decir, es más fácil ver cómo se incrementan los precios en la restauración, donde nos pueden aplicar ese aumento ya, que cuando hablamos de un producto que se compra a terceros y que quizás tiene un precio fijado para seis meses», añade Teruel.

«La situación provocará el freno del consumo, pese a que esté en marcha una recuperación»
Mercedes Teruel. Directora Càtedra Foment de la Innovació Empresarial URV

Un repaso por las tarifas muestra que el incremento ya se ha producido en muchos de los productos y servicios y va seguir siendo así en Navidad. Solo por poner algunos ejemplos en alimentación: los aceites y las grasas se han encarecido un 23,6%, el agua y los refrescos un 6,4% y los huevos un 3,4%, según las estadísticas del INE. Productos que pueden ser claves para las cenas de Nochebuena o Nochevieja también se ven sujetos a esa dinámica alcista: la carne de ovino como el cordero ha subido un 4,6% y la de ave, donde se incluye el pollo, un 2,8%. El pescado fresco y el congelado también subieron, en este caso un 2%. «Los incrementos no se dan solo por la producción, sino por las propias materias primas. Y tampoco la escasez lo explica todo. Es decir, en el caso de los chips, como hay menos, suben los precios, pero estamos viendo que la producción de cualquier materia prima cuesta más y eso acaba impactando en los precios. La misma cuestión energética afecta a la producción de materias primas», explica Teruel.

Compras y regalos más caros

Otra lista de los productos que están subiendo precios, según la estadística del INE en Tarragona: el coste de las bebidas no alcohólicas ha crecido un 8,3% y las alcohólicas un 0,9%. También se están viendo perjudicados otros géneros, susceptibles de las compras o los regalos que se hagan en esta campaña de Navidad recién iniciada con el pistoletazo de salida del Black Friday.

El calzado ha subido de media un 1,5%, los muebles y accesorios un 5,3% y los artículos textiles para el hogar un 2,6%. La inercia ha venido para quedarse y, aunque aún falta un mes para la Navidad, se antoja difícil escapar de ella. «No sabemos hasta cuándo durará. La repercusión hasta la Navidad no será excesivamente significativa a partir de ahora. Habrá que ver hacia dónde tira el sistema energético. También puede ser que otros temas como la huelga del transporte repercutan en algún encarecimiento añadido», añade Teruel.

La huella de la globalización, una de las claves de la expansión de la Covid-19, es precisamente la que ahora hace que estemos pagando más, en general, por adquirir un producto. Se está viendo estos días en el mismo Black Friday, con ofertas menos agresivas por la inflación. Hay que prepararse para pagar más por los regalos y a encontrarse con escasez de manera puntual. «Estamos acostumbrados a ver productos con rebajas muy atractivas pero esta será una Navidad atípica y no tendremos la misma variedad de productos ni descuentos; de hecho, los precios pueden llegar a subir», advierte Cristian Castillo, profesor de los estudios de Economía y Empresa de la UOC y experto en logística.

«La escasez de chips hará que los productos tecnológicos sean más caros»
Eduard Álvarez. Profesor de Economía UOC

«Estamos en una situación sin precedentes de desabastecimiento global y hace un año que la arrastramos», indica Castillo. En ello influye no solo la luz, sino una tendencia más global que se da, fundamentalmente, por tres grandes motivos. El primero es el cuello de botella de la producción postpandemia. «El efecto de la Covid-19 representó una parada para la industria y su producción, y ahora que ha repuntado la economía, las fábricas no son capaces de reactivar la fabricación en el mismo grado en el que lo hace la demanda, y por eso no hay stock», cuenta Castillo. En la ecuación hay que incluir la escasez en el transporte. «Muchos de los contenedores que llegaron a Europa desde Asia no se volvieron cuando tocaba, con lo cual, en estos momentos, cuando intentamos reactivar los envíos, nos encontramos con que no hay contenedores vacíos para esta demanda o que se hallan en puertos situados en Europa o América en los que no se hacen estas expediciones», dice Castillo. Así, el precio de estos receptáculos se ha multiplicado por diez, al pasar de 2.000 dólares a 20.000. El otro factor es la estrategia geopolítica del país más importante de Asia. «China ha acaparado materias primas, como plásticos, maderas o semiconductores, para asegurarse su propio abastecimiento. Eso provoca que otros países tengan problemas», dice el experto de la UOC.

«Estamos en una situación sin precedentes de desabastecimiento global»
Cristian Castillo. Profesor de Economía UOC

«Precisamente la escasez de semiconductores hará que los precios de producción de los productos tecnológicos sean más altos», admite Eduard Álvarez, también profesor de Economía en la UOC, que añade: «Normalmente las empresas tecnológicas aprovecharían el lanzamiento de nuevos modelos para rebajar los desfasados y deshacerse del stock acumulado. Ahora las dificultades para producir pueden atrasar los lanzamientos y mantener los modelos antiguos con descuentos moderados», explica el docente.

Es, en suma, una tormenta perfecta que eleva los costes y entorpece la salida de la pandemia, por mucho que haya perfiles con dinero ahorrado y ganas de gastar –prueba de ello son las tiendas llenas de este fin de semana–. «Hay una recuperación en marcha pero esto va a provocar una disminución y un freno del gasto, se harán determinadas actuaciones para restringir el consumo», concluye Mercedes Teruel desde la URV.

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