«Este es el momento más íntimo para los ‘serrallencs’»

Ester, Laura y Gummer hablan sobre lo que significa para ellas el Viacrucis de este sábado

07 abril 2019 15:56 | Actualizado a 07 abril 2019 16:03
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Ester Maixé, Laura Fernández y Gummer Cañón. Tres mujeres con un denominador común: forman parte de las bandas de tambores que acompañan a los misterios de Setmana Santa del Serrallo. Y este sábado  tenían una cita, el Viacrucis y la procesión del barrio marinero, organizado por el Gremi de Marejants, en el que participaron los Armats del Gremi al frente,  el Sant Crist, y los misterios del Sant Sopar, la Presa de Jesús y el Sant Enterrament. Se trata del primer Viacrucis de la ciudad, que da el pistoletazo de salida a la Setmana Santa tarraconense. 

Cada una de las protagonistas de este artículo vivió de manera distinta la procesión, que sucedió al Viacrucis por el interior de la iglesia de Sant Pere del Serrallo. Lo quisieron compartir con el Diari. 

Ester Maixé tiene 28 años y desde hace 20 toca el tambor con la banda del Sant Sopar. «El Viacrucis del Serrallo es el momento más íntimo para nosotros. De aquí parte todo, y esto se nota. Pienso en mis abuelos y en mis padres», asegura Maixé, minutos antes de salir en procesión. Para esta joven, el momento más especial de la tarde llega cuando todo termina y los cofrades pueden besar al Cristo en las escaleras de la iglesia.

Para la familia Maixé, la mañana de este sábado sirvió para planchar las vestas, una tradición muy arrelada para aquellos que participan en la Setmana Santa. Y es que ellos salen casi todos. El hermano de Ester lleva a hombros el Sant Sopar, el padre, el Sant Enterrament y la hermana va en las hileras. La madre este año descansa. A las seis, Maixé estaba convocada en la Plaça de Sant Magí. Los Armats del Gremi vinieron a buscar las bandas, que tocaron conjuntamente hasta llegar a la iglesia. 

Gummer Cañón también es timbalera, pero en este caso de la Presa de Jesús. Tiene 51 años y lleva 12 en la entidad. «Hoy empieza todo. Los nervios están concentrados aquí», explicaba ayer Cañón, quien aseguraba que «aunque este no es mi barrio, me siento muy serrallenca». Cañón recordaba emocionada, poco antes de empezar la procesión, que «para mi es muy especial este día. Mi padre, que ya falleció, siempre nos traía a a verla. Era el único Viacrucis al que íbamos».

Para ella, el momento más emotivo de la tarde fue cuando los Armats del Gremi les recogieron. «Es el instante más solemne, donde recordamos a todos aquellos que ya no están con nosotros», decía Cañón.  

La tercera protagonista es Laura Fernández, componente de la banda del Sant Enterrament. «Sin duda, es nuestro día. Lo vivo con mucha intensidad y sentimiento. Las calles del Serrallo son un escenario perfecto para el sonido de los tambores», explicaba Fernández, quien tenía claro que el mejor momento de la tarde era cuando todo empezaba. «La sensación de nervios y de ilusión es inexplicable», decía. Hace ocho años que forma parte de la banda. 

Ester, Laura y Gummer ya tienen la mirada puesta en la procesión del Sant Enterrament del Viernes Santo. Mientras tanto, toca ensayar para dar lo mejor de ellas. 

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