Estudiantes de la URV colaboran en la vacunación

Unos 50 alumnos de Ciencias de la Salud apoyan la campaña en Tortosa y Tarragona

03 agosto 2021 09:20 | Actualizado a 03 agosto 2021 11:46
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La pandemia ha llevado a los estudiantes de los diferentes grados de ciencias de la salud de la URV a colaborar con Salut con su fuerza de trabajo. Ya lo hicieron en las primeras semanas y meses del estado de alarma, cuando supusieron un refuerzo para los centros asistenciales, y han vuelto a hacerlo durante el periodo de vacunación. Una treintena de estudiantes de Enfermería, que este curso y el próximo llegarán al final de la carrera universitaria, trabajan en los puntos de vacunación masiva de Tortosa y Tarragona, además de apoyar en otros centros y en empresas.

Se encargan de preparar y administrar las dosis y de controlar la sala de reposo donde tienen que esperarse las personas ya vacunadas en caso de que tengan una reacción adversa durante los primeros minutos. 26 estudiantes más de la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud y de primero de la Facultad de Enfermería han estado haciendo tareas de voluntarios en el Palau d’Esports de la Anella Mediterrània.

Los estudiantes de Enfermería se apuntaron como voluntarios cuando Salut hizo un llamamiento en enero para preparar la vacunación masiva. Unos meses más tarde, los que cursaban tercero y cuarto se incorporaban para hacer esta tarea pero con un contrato de auxilio sanitario, como el que ya tuvieron durante los primeros meses de pandemia los estudiantes que trabajaron en los centros asistenciales. «Empezamos con la ayuda de una enfermera que nos explicó cómo funcionaba el programa y el protocolo de la vacunación y al cabo de una semana nos pusieron por parejas de estudiantes: uno registraba en el ordenador al paciente que iba a vacunarse y el otro preparaba la dosis de la vacuna correspondiente y se la administraba al paciente», explica Candela Honrubia, estudiante de Enfermería, que estuvo en el Pavelló de Tortosa.

Pasado el tiempo, los estudiantes ya hacen directamente la preparación y administración de dosis porque un auxiliar administrativo se encarga de las tareas de registro. Explican que «es un trabajo gratificante porque en el panorama actual la vacuna otorga esperanza a la población, y nosotros estamos contribuyendo», dice Honrubia: «La gente, mayoritariamente, viene muy ilusionada a vacunarse y esto te llena». Alexandra Morari, estudiante, es de un parecer similar: «Acepté el trabajo con mucha ilusión y cada día aprendemos cosas nuevas». Añade que se trata de una «experiencia positiva pero mejorable en cuanto a las condiciones». Es al fin y al cabo un aprendizaje con el cual cuentan con personal sanitario titulado, que las guía en aquello que necesitan: «Nos han hecho sentir una más del equipo y nos han dado su confianza».

Gestión de colas e información

Los de Enfermería, una treintena en total, no han sido los únicos estudiantes que han colaborado con la campaña de vacunación. Como ya hicieron en la primera oleada de la pandemia, los estudiantes de la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud con el apoyo del centro crearon una bolsa de voluntarios a quienes Salut contactó para gestionar las colas del pabellón de Tarragona, y dar información sobre el proceso de vacunación a las personas que llegaban.

Lidia Plano, que ha cursado primero de Enfermería, explica que antes de la pandemia ya tenía muy claro qué quería estudiar y formar parte de un equipo sanitario. Por eso, cuando recibió el correo del Departament de Salut pidiendo voluntarios entre los estudiantes, pensó que era su momento: «Respondí rápidamente y a pesar de que no podía vacunar, sí que podía ayudar en otras tareas, como por ejemplo informar a los usuarios, gestionar a las personas que iban a su punto de vacunación, repartir mascarillas, supervisar la sala de reposo y expedir justificantes». Afirma que se siente «muy agradecida» de participar en el que considera «el principio del final de la pandemia».

Los estudiantes voluntario estuvieron en el pabellón desde el inicio de la vacunación masiva hasta final de curso, contribuyendo a gestionar los flujos de personas que llegaban en un punto en el que se administran 40.000 vacunas a la semana.

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