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Quince euros en efectivo, un paquete de tabaco, una mochila, tarjetas sanitarias, un DNI, dos boletos de la Primitiva y dos tarjetas de crédito. Es el botín –valorado en 82,60 euros y no recuperado– que consiguió un hombre que entró a robar en un domicilio de la Part Baixa. Posteriormente, utilizó dichas tarjetas bancarias para comprar en gasolineras, estancos y tiendas de alimentación de Tarragona. Todo esto le ha llevado a ser expulsado de España, El Juzgado de lo Penal 2 de Tarragona lo condenó a tres años y medio de prisión –también a pagar una multa de 240 euros por estafa, pero la Audiencia lo ha absuelto de este delito– por robo con fuerza en casa habitada. Se le ha tenido en cuenta la agravante de reincidencia y la atenuante de drogadicción.
Pero se sustituye dicha pena por su deportación, no pudiendo regresar a España antes de ocho años. Y mientras no se proceda a su expulsión, seguirá en prisión preventiva.
En la madrugada del 26 de agosto del año pasado, este ciudadano marroquí trepó por los tres metros de fachada que separa el suelo de un piso de la calle Sant Miquel de Tarragona. A través de la ventana del comedor –que estaba abierta– accedió al interior, donde dormía el inquilino. Se apoderó del botín mencionado anteriormente. Los agentes encontraron una huella del acusado.
El hombre había sido condenado el 29 de enero del año pasado a medio año de prisión por un delito de robo con fuerza. La pena quedó en suspenso a cambio de que no volviese a delinquir en el plazo de dos años, circunstancia que no cumplió. El encausado presenta un historial de consumo de sustancias tóxicas, especialmente hachís y cocaína.
