«Fomento conoce la preocupación de las empresas de TGN por los plazos»

Defiende que su trabajo consiste en aportar un relato a un proyecto que, con la inclusión del  brazo por Madrid en 2011, sirvió para financiar actuaciones en el túnel de Chamartín a Atocha

18 noviembre 2018 18:12 | Actualizado a 18 noviembre 2018 18:15
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Josep Vicent Boira es geógrafo y profesor. Es uno de los impulsores del Corredor del Mediterrani. Fue Secretari d’Habitatge, Obres Públiques i Vertebració del Territori de la Generalitat Valenciana desde 2015 a julio del año pasado cuando fue designado comisionado del Corredor del Mediterrani. 

Puede hacer una diagnosis sobre la situación del Corredor del Mediterrani...
Está más avanzada la infraestructura que la reflexión de los servicios y una de nuestras acciones será acompasar su puesta en marcha conjunta. Más allá de esto, la situación es muy heterogénea. En algunos tramos se pide una doble plataforma cuando en los otros ni siquiera existe.  

¿Cuáles son los principales problemas que están surgiendo?
En el Corredor del Mediterrani hay que saber hacer de todo. Desde una plataforma en aquellos sitios en los que no la hay, a la conexión con los puertos y zonas logísticas. Hay dos o tres elementos que me preocupan, como por ejemplo el paso por las ciudades. Debemos poner la atención sobre los nodos urbanos ya que entre Barcelona y Almería hay once ciudades de más de 100.000 habitantes. Otro tema que aún debemos impulsar es la conexión de los puertos.

Sitúa en la primavera de 2019 la entrada en funcionamiento de la variante de la costa. ¿Por qué es tan importante este tramo?
Es la única fecha que he dado porque debemos ser cautos. Éste es un proyecto muy importante, suponiendo una reducción en el trayecto entre Alicante y Barcelona de media hora. Permitirá un aumento notabilísimo en la fiabilidad del servicio y además es una obra que enlaza con la línea de alta velocidad Madrid-Zaragoza-Lleida-Barcelona, con lo que por primera vez esta infraestructura queda enlazada con una línea de alta velocidad. 

Habla de resolver la conexión con las ciudades pero en el caso de Tarragona pasarán las mercancías por el centro y los pasajeros por fuera. ¿Éste es el modelo?
Esta situación también está pasando en otras ciudades del territorio. En Valencia hace mucho tiempo que lo estamos sufriendo, con la coexistencia de las mercancías, cercanías, media y larga distancia, que pasan por la misma vía y por dentro de la ciudad. Por ello hace falta esta visión global del Corredor del Mediterrani y allí a donde se pueda hay que no condenar a las mercancías y, con una inversión relativamente sencilla, mejorar las prestaciones para los pasajeros.

Otra de las demandas es que el tercer carril sea provisional.
Efectivamente, los terceros carriles siempre deben ser provisionales. Es una solución rápida y más barata porque entre otras cosas no necesita un estudio de impacto ambiental. Esto nos permite desarrollar más ágilmente el ancho estándard.  
 

¿Se contempla la recuperación de la antigua línea Reus-Roda?
En estos momentos todas las posibilidades están abiertas pero hay unas limitaciones técnicas. ¿La línea Reus-Roda está capacitada por un transporte de mercancías competitivo? Es necesario estudiar los desniveles y las pendientes, también los túneles que hay por el recorrido. Antes de pronunciarnos sobre cualquier alternativa hay que estudiarlo técnicamente.

Empezó estudiando este corredor como académico, más tarde como responsable político en la Generalitat Valenciana y ahora como comisionado. ¿Ha cambiado su visión de este corredor?
No, la orientación final y la reivindicación es la misma. Sigo pensando que el Corredor del Mediterrani es el mejor instrumento para corregir el modelo radial de las infraestructuras en España. Lo único que yo añadiría en estos momentos es una consideración de los aspectos técnicos.  
Afirma usted que hay vientos a favor tanto desde el Ministerio de Fomento como desde Adif.
Efectivamente.

¿Cómo se encontró el proyecto cuando accedió al cargo hace tres meses?
En una diversidad de actuaciones que ahora nos hemos esforzado en integrar en un único esquema. Hemos racionalizado los esfuerzos, empujando algunos proyectos que estaban paralizados y priorizando otros. Dar una lógica y un relato.

¿Había situaciones ilógicas?
Sí, se había avanzado mucho en tramos en el sur que después no tenían una conexión en el norte. Tenía su lógica desde el punto de vista territorial, pero no a escala de Corredor del Mediterrani.

¿Se habían desviado fondos para financiar otras infraestructuras?
Cuando en 2011 se decidió que se incluía el brazo que pasa por Madrid en el Corredor del Mediterrani se destinaron fondos para actuaciones en el túnel de Chamartín y Atocha. En la etiqueta del proyecto pone Corredor del Mediterrani. 

Se está desarrollando una infraestructura con un tercer carril que nada tiene que ver con el proyecto definitivo. 
El modelo a implantar es trabajar en lo concreto, lo que pueda ponerse en marcha y que repercuta en la movilidad de las mercancías y las personas, y, al mismo tiempo, tener los estudios informativos y de obra para cuando se produzca una saturación de la línea. 

La presión que ha ejercido la sociedad civil y el tejido económico ha sido la clave para desencallar el proyecto.
Es evidente que ha tenido una repercusión fundamental la presión mediática y social, pero también fue muy necesaria la presión académica, para poner las bases intelectuales de un proyecto que era viable. Es muy importante trasladar al resto de corredores que nadie ha dado nada al eje mediterráneo, sino que son las propias fuerzas las que se lo han ganado. 

Había unos compromisos en cuanto a los plazos y hasta el momento la administración no ha estado a la altura.
He trasladado al Ministerio de Fomento la preocupación de algunas empresas asentadas en el Port Tarragona y el polígono petroquímico relacionada con los plazos. Es cierto que si, para una determinada administración el Corredor del Mediterrani no era importante, los plazos dejaban de ser un elemento real para ser un arma de combate. Ahora se hace una actualización semanal de los trabajos en el corredor, con las actuaciones y la financiación para que en un determinado momento puedan detectarse retrasos, problemas surgidos o que la obra no vaya según lo previsto. Lo que pido es tiempo, porque podemos aportar racionalidad y seguimiento de los objetivos. 

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