Gin-tonic: De remedio medicinal a cóctel de moda

Cuidado con las proporciones de ginebra y tónica si no quiere estropear la mezcla

12 agosto 2017 18:14 | Actualizado a 08 noviembre 2017 13:29
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Es el cóctel de moda, sea verano o invierno. Hablamos del Gin-tonic, una bebida que va más allá de mezclar ginebra, tónica y hielo. Estos tres ingredientes son el punto de partida, pero deben combinarse con imaginación. «Existen muchos botánicos que sirven para dar un toque diferente a cada Gin-tonic», afirma la sumiller y enóloga Anna Casabona. Mejor empezar la casa por los cimientos. ¿Qué es la ginebra? Según la experta es un destilado de alcohol que debe tener, sí o sí, bayas de enebro, además puede incluir otros botánicos como raíces aromáticas, pieles de cítricos, especias, frutas… «El enebro es imprescindible, sino ya no es ginebra», asegura Anna Casabona. El origen es algo peculiar. «La ginebra fue descubierta por sus propiedades medicinales, ya que el enebro mejora la circulación de la sangre, el funcionamiento de los riñones… Y estas propiedades se potencian con el alcohol», detalla la enóloga y recuerda que «si nos remontamos al siglo XVII, cuando no existía el agua potabilizada, la gente bebía bebidas más higiénicas, por lo general eran alcohólicas». «En los Países Bajos se extendió la costumbre de beber mucha ginebra», añade. Seguimos con los apuntes de historia. «Cuando los ingleses intentaron conquistar lo que hoy en día es Holanda descubrieron la bebida y se apoderaron de ella. De hecho hoy en día uno de los estilos más reputados de ginebra es el London Dry Gin, desarrollado por los británicos», detalla Anna Casabona.

No hay Gin-tonic sin tónica, una bebida que también nació como una medicina. «Cuando los soldados británicos estaban en la India, para no contraer la malaria debían tomar quinina, una sustancia muy amarga», detalla la sumiller y añade que «en aquella época un médico apellidado Schweppe, para conseguir que la ingesta fuera más ‘apetecible’, mezclo la quinina con agua carbonatada, azúcar y limón». Pero la historia no acaba aquí. «También en la India, el típico sargento ebrio añadió ginebra a la mezcla», detalla Anna Casabona. Así que este ‘mal trago’ ha pasado de remedio medicinal a cóctel de moda. En el mercado existen muchas tipologías de ginebra que, según la sumiller, son diferentes en función «del agua, del número de destilaciones que se realizan, de la tipología de botánicos...». Se elabora ginebra en todo el mundo. 

La mezcla perfecta 

En España el boom de los Gin-tonic Premium se remonta una década en el tiempo. Como dato curioso la enóloga destaca que «España ha llegado a ser el país con más consumo de ginebra de todo el mundo, a pesar de que nos ganamos la vida elaborando vino».La mezcla perfecta tiene sus proporciones. «Podemos estropear el Gin-tonic si ponemos demasiada ginebra o si acabamos por hacer una ensalada dentro de la copa con los botánicos», asegura Anna Casabona. La copa ideal es la tipo balón que llenaremos hasta arriba de hielo. «Los cubitos deben ser compactos, para que cumplan su función, la de refrescar sin diluir la mezcla», destaca la sumiller. El siguiente paso es añadir la ginebra, unos 50 cl. 

En tercer lugar, según Anna Casabona, añadiremos los botánicos que queramos. «Para simplificar el proceso y no equivocarse, una apuesta segura es un twist de lima, y después cada uno que eche mano de la imaginación», asegura la experta. Lo divertido de preparar un Gin-tonic es que cada uno tiene su propia receta. La tónica debe estar bien fría y cuando la echemos en la copa debemos intentar no perder el gas carbónico. Por último, Anna Casabona aconseja «mezclar los ingredientes, pero no agitarlos». Ya tiene en sus manos el Gin-tonic perfecto, y que puede disfrutar como aperitivo, copa de sobremesa o copa de noche.

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