Habrá fiesta de fin de año en Tarragona, pero aún no se sabe dónde

El equipo de gobierno de Ricomà estudia la posibilidad de externalizar la organización por falta de recursos económicos y de personal

27 noviembre 2019 08:40 | Actualizado a 29 noviembre 2019 17:21
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El Ayuntamiento de Tarragona está ultimando los detalles de la fiesta prevista para Fin de Año. O esto es lo que quieren hacer creer. Todavía no ha trascendido el lugar, aunque todo parece indicar que, en caso de hacerse, la plaza escogida será la Corsini, donde se celebró la festividad el año pasado. Ayer, la concejal Mary López aseguraba ante los medios de comunicación que se estaba barajando la idea de externalizar la fiesta, «por falta de efectivos», es decir, de recursos, tanto económicos como personales, aseguraba la edil republicana. A falta de poco más de un mes para el 31 de diciembre, los organizadores –ya sea el Consistorio o bien una empresa privada– deberán espabilarse para tenerlo todo a punto y a la altura.

Ya hace años que Tarragona organiza un acto festivo durante la última noche del año. Pero no siempre con el apoyo y colaboración del Ayuntamiento. Primero fue en el Pla de la Seu, cuando el dinamizador tarraconense Jordi Viñoles, con la complicidad de otros actores de la ciudad, organizó un videomapping en la fachada de la Catedral.

La Plaça Corsini fue la ubicación escogida el año pasado, con el reloj carillón de protagonista

Parecía que Tarragona llegaría al 2018 desde la Plaça Corsini. Pero no hubo suerte. Las obras del Mercat Central se retrasaron y no se pudo celebrar la fiesta. El gran momento llegó el año pasado, con el reloj carillón como protagonista.

A partir de las once de la noche, empezaba la música. Un cuarto de hora antes de las campanadas, los más pequeños de la Plaça Corsini fueron los protagonistas de un Pasapalabra gigante, que dio paso a un videomapping en la fachada del mercado. La temática era la economía circular. Y finalmente, a las doce en punto, el reloj carillón –inaugurado en noviembre de 2018– se abría de par en par para da la bienvenida al 2019, a ritmo de Amparito Roca. La música se alargó hasta las dos de la madrugada.

El coste total de la celebración fue de aproximadamente 30.000 euros. Y es que cada minuto de videomapping costaba unos mil euros.

No es fácil organizar un acontecimiento como este a un mes vista. Los comercios y restaurantes del entorno pueden jugar un papel decisivo en la celebración. Por el momento, nadie sabe nada de cómo irá todo. Solo contamos con la promesa del Ayuntamiento: que se hará.

Lo que seguro que no habrá es la pista de hielo en el centro de la ciudad, tal como ha estado ubicada años anteriores en la Plaça Jacint Verdaguer. En esta ocasión, una empresa privada, la TAP, será la encargada de instalar –como desde ya hace años– la pista en un solar de Les Gavarres.

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