«Hay personas sin casi recursos que nos están donando alimentos»

La asociación de vecinos del barrio de La Granja, en Tarragona, recoge productos de primera necesidad cada miércoles por la mañana

27 mayo 2020 18:20 | Actualizado a 27 mayo 2020 18:26
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«El otro día vino una señora mayor que cobra 500 o 600 euros al mes a donar comida. Eso es admirable», cuenta Francisco Rosillo, presidente de la asociación de vecinos del barrio tarraconense de La Granja. Cada miércoles, de 11.00 a 14.00 horas, un grupo de 16 voluntarios recoge comida en la sede de la entidad (en la calle Gran Canaria, 17) para entregársela a Cáritas y que vaya a manos de personas y familias necesitadas que lo están pasando mal con esta crisis del coronavirus.

Desde hace un mes, la asociación reúne cada semana entre «300 y 400 kilos» de productos no perecederos de primera necesidad, como legumbres, leche, aceite, arroz, zumos, batidos, azúcar, latas de conservas, embutidos e incluso pañales, artículos de higiene personal o de limpieza del hogar. No quiere dinero. «La respuesta de la gente está siendo buenísima. Es fantástico ver cómo se está volcando desde el primer día», afirma Rosillo.

Las personas solidarias que llevan alimentos son, sobre todo, del barrio, de La Granja, pero también de los limítrofes Torreforta o Campclar. La zona de Ponent siempre se ha caracterizado por su apoyo a los más desfavorecidos cuando ha sido necesario, pese a que no sea un lugar que nade en la abundancia. «Hay gente sin casi recursos que está colaborando muy amablemente», comenta el presidente de la asociación, que asegura que el local de su sede «está al servicio del pueblo».

«Estamos en una situación de alarma. La gente lo va a pasar muy mal cuando las empresas no puedan aguantar más a sus trabajadores y se acaben los ERTE. La gente va a pasar hambre, así que ahora es el momento de ayudar de verdad y no de hacerse la foto», apunta Rosillo, que echa en falta más implicación por parte del Ayuntamiento de Tarragona para capear esta grave crisis social en ciernes.

«El consistorio solamente colabora con nuestra iniciativa poniendo la furgoneta que viene a por la comida para llevársela a Cáritas. Con los buenos sueldos que perciben el alcalde y los concejales, considero que se deberían implicar más y contribuir económicamente con una parte de lo que cobran o comprando alimentos para donarlos», concluye Rosillo.

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