«Hay que desnaturalizar dinámicas en las collas»

Castells. Solé y Martínez son las caras visibles de las comisiones
de género que trabajan en un protocolo contra actitudes sexistas

04 septiembre 2019 11:20 | Actualizado a 04 septiembre 2019 11:34
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A raíz de la agresión que sufrió una periodista durante la actuación castellera de Sant Fèlix, el tema del género ha centrado el debate del mundo casteller en los últimos días. Pero lo cierto es que son muchas las collas que llevan meses trabajando esta cuestión. Es el caso de la Colla Jove y de los Xiquets de Tarragona, quienes han puesto en marcha una comisión de género y están trabajando en un protocolo que les permita hacer frente a circunstancias como la del pasado viernes en Vilafranca del Penedès. El objetivo es identificar situaciones de riesgo para acabar con ellas.

Inés Solé es la cara visible de la comisión de género e igualdad de los Xiquets de Tarragona. En el año 2017 se constituyó el grupo, pero no es hasta éste cuando se presenta al resto de la colla. Los Xiquets llevan meses trabajando en un protocolo, que se presentará en unos días aprovechando la celebración del 50 aniversario de la entidad. La colla apuesta por el modelo brazalete lila. «En cada ensayo, en cada actuación y en cada fiesta, habrá tres o cuatro miembros de la colla con un brazalete de color lila. Cualquier persona que se sienta agredida o incómoda deberá dirigirse a ellos para comunicárselo», explica Inés Solé, quien también es vicepresidenta de la Coordinadora de Colles Castelleres de Catalunya. Además, los Xiquets tienen un teléfono móvil a disposición para aquellas personas que quieran informar sobre algo. «Hay que tener en cuenta el derecho a la intimidad y a la propia imagen. Son temas delicados que hay que tratar con total respeto», añade Solé. De cara al año que viene, la entidad trabaja en elaborar una encuesta para hacer un diagnóstico de cómo los castellers tratan el tema del género.

La Colla Jove ya hizo la radiografía el año pasado. Aida Martínez es la responsable de la comisión de género de los de la camisa lila. «Empezamos a detectar algunos problemas y decidimos activarnos. Lo primero que vimos necesario era hacer un diagnóstico para analizar la colla», explica Martínez. La entidad empezó a darse cuenta de aspectos, como por ejemplo, que solo había habido una presidenta en sus 40 años de historia. O que el porcentaje de mujeres castelleras que dejaban la colla entre los 27 y 40 años era muy superior al de los hombres. Ahora, la entidad trabaja en la elaboración de un protocolo. «Tenemos dos o tres personas de referencia para alertar de posibles actitudes sexistas. Además, contamos con un registro en el que solo tienen acceso dos miembros de la colla. Si algún casteller tiene alguna queja, se activa el mecanismo», explica Martínez.

Riesgo elevado

Ambas comisiones están formadas por unas ocho o nueve personas. Hay juristas, psicólogos y otros expertos en materia de género. «Claro que pasan cosas, como en todos los sitios. Las collas castelleras son un reflejo de la sociedad, no vivimos dentro de una burbuja», explica Martínez. Solé, por su parte, asegura que «hay que estar muy alerta. Pensad que tenemos una actividad muy intensa. Que si ensayos, que si actuaciones, que si fiestas. Hacemos más cosas juntos que otras asociaciones. El abanico de escenarios con riesgos reales es muy elevado».

Las dos representantes explican que nunca han expulsado a ningún miembro de la colla, aunque aseguran que en más de una ocasión se han visto obligadas a actuar. «Es un tema incómodo y depende de cómo lo trates, genera rechazo. Pero tenemos claro que esto requiere de una repuesta unánime y contundente por parte del mundo casteller», opina Solé, quien añade que «hay que empezar a desnaturalizar dinámicas. Hay cosas que las sentimos como naturales, pero son hechos delictivos. Y hay que denunciarlo». Martínez, por su parte, confiesa que le da rabia que, a raíz de lo ocurrido en Sant Fèlix, se dé más importancia que antes a estas comisiones. «Llevamos dos años picando piedra, y ahora parece que se están dando cuenta de que estos grupos de trabajo son necesarios», opina. Ambas aseguran que seguirán trabajando duro para evitar que ninguna persona se sienta incómoda dentro o fuera de las plazas castelleras.

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