Hospitales sin médicos ni UCI

Análisis. El coronavirus se ensaña, sobre todo, con las personas mayores, que vivenen las residencias del país

13 abril 2020 06:20 | Actualizado a 13 abril 2020 07:51
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Cada día fallecen por coronavirus en España 242 ancianos que viven en residencias. O lo que es lo mismo: cada hora mueren 17 huéspedes. La tasa de letalidad es 71 veces mayor que en el resto de la población. Cuando el virus entra en un geriátrico, se lleva por delante a quien quiere. Que se lo digan a los familiares y responsables de la residencia Nostrallar de Els Pallaresos, quien ya ha registrado un total de 27 fallecimientos a causa del maldito bicho. Con estos datos sobre la mesa, está más que demostrado que el Covid-19 se ensaña, sobre todo, con las personas mayores. ¿Y entonces, por qué los gobiernos han tardado tanto tiempo en poner el foco en las residencias?

Empecemos por el principio. Cuando aparecieron los primeros casos de positivos en los geriátricos, los afectados fueron atendidos como usuarios de una residencia, no como pacientes enfermos en centros médicos. Es decir, estos equipamientos que se dedican a cuidar de ancianos, se convirtieron sin darse cuenta en hospitales. Eso sí, sin médicos, sin enfermeras, sin respiradores y sin UCI. Solas ante el peligro se encontraban –y podríamos seguir hablando en presente– las auxiliares que, arriesgando su vida y extralimitándose de sus funciones, seguían al pie del cañón intentando salvar vidas.

Los responsables de estas residencias han tenido que cambiar las reglas del juego a mitad de la partida. Cuando el asunto se iba de las manos, entonces llegaban las indicaciones de las autoridades.

En este último mes, el escenario en los geriátricos ha sido devastador. Personal causando baja por miedo a contagiarse, profesionales fabricándose los EPI ellos mismos con bolsas de basura, trabajadores quedándose a dormir en los centros, residentes con síntomas pero sin test que certifiquen que padecen coronavirus y familiares a la desesperada intentando saber el estado de salud se sus seres queridos. Y la gran pregunta que no tiene respuesta. ¿Por que estos ciudadanos no han tenido derecho a una cama en un hospital?

El pasado miércoles, casi un mes después de que la pandemia nos tocara de lleno, el gobierno catalán cae en que la gestión de las residencias debe ser asumida por el Departament de Salut. Hasta entonces, las competencias eran de Treball, Afers Socials i Família. 27 días después. 27 días han tardado. Como lo oyen.

Y ahora viene lo mejor. Tras semanas y semanas en las que las auxiliares y las responsables de estos geriátricos han dado su vida entera para evitar la inevitable oleada de muertes, la Fiscalía anuncia que investigará la gestión de algunos de ellos. El delito que se les imputa es el de omisión de socorro. Les acusan de coleccionar cadáveres y de no haber hecho las cosas bien. Es como si denunciaran al director de un hospital por todos los fallecidos del último mes. Si no fuera por la crueldad de la situación, pensaría que estamos de broma.

Hace unos días, una amiga que trabaja en una residencia me decía que, ahora, sus esfuerzos están concentrados únicamente en salvar vidas. Pero que, cuando pase, será momento de poner a cada uno en su sitio. ¿Quién es el responsable de esta tragedia? ¿Los directores de las residencias, los gobiernos, los recortes históricos en sanidad?

Mientras tanto, en los hospitales siguen curando a enfermos por Covid-19 y llenando los falsos datos y estadísticas que dan los gobiernos. Si vives en una residencia, lo siento. No estás de suerte. No puede tratarte un médico. No tienes el mismo derecho a vivir.

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